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Después de aquella noche donde todo mi mundo se cayó en mil pedazos si aquella noche donde el dijo;

―Yo, hice una apuesta con Erica―y lo dijo mientras subía su mirada para verme.

―Que apostaste―dije incrédula.

―A ti―lo dijo tan seco como si yo no fuera nada, como si fuera un objeto.

O cuando le pregunte.

―¿Me has amado alguna vez?―le pregunte con un nudo en la garganta.

Me miró, esos ojos que tanto amaba pero a la vez odiaba.

―No―respondió seco.

Bien desde esa noche todo se fue a la mierda para mí, al otro día mi mamá me escucho llorar y le tuve que contar todo lo que paso.

Si, estuvo ami lado, me estuvo diciendo que todo estaría bien, que el fue un idiota pero esas palabras no servían para nada, así que me encere en mi misma de nuevo.

Oculte todo mi dolor y no lo di a demostrar a nadie, ni si quiera a mi mamá y bueno ya no tenía a nadie más estaba sola.

Mi dolor se convirtió en enojo y enojo.

Solo faltaba un día para el veinticuatro, y la pasaría con mi mamá, ella y yo solas como siempre lo hemos sido.

Bien ¿que ha pasado desde esa noche?

Bien, todos los días me la pase acostada en mi cama sin decir o hacer nada solo acostada llorando.

Mi mamá me llavaba la comida a mi cuarto, en ocasiones solo quería que riera con sus chistes malos pero ni eso me hacía feliz, como si la única parte de mi que tenia se cayera y así fue se cayo.

Hasta que lo peor llegó, empecé a tener ataques de ansiedad y depresión, los síntomas eran muy evidentes, también pesadillas frecuentes de la muerte de Cassie, la muerte de mi papá y aquella noche donde creía que me amaban.

Gritaba cada vez que tenia una pesadilla y mi mamá entraba corriendo para abrazarme, eso y más me pasaba en unos días y me seguía pasando.

Era tan jodido estar así.

Como una persona puede tocar fondo como alguien puede hacer que toda la felicidad que tenia se desapareciera en tan poco tiempo.

En mis rostro se podía ver mi cansancio, mis ojeras, mi piel blanca, mis pómulos muy notorios, los mareos constantes que tenia, el dolor en el pecho, el temblor en mis manos y piernas, y el sobre pensar todo.

Algo bueno era que estábamos estábamos vacaciones, así que nadie podía verme como estaba, nadie me iba a criticar y no vería alquel chico que alguna vez ame.

Por que aun que yo le creía mi Satellite

El era mi satellite, siempre quería girar en el y quería aquel me notara y lo hizo, pero lo hizo de la peor manera que alguien lo haría.

El sobrepensar las cosas hacia que todo se fuera a la mierda.

Sabía que mi mamá estaba harta de mi, de que todas las noches eran lo mismo, ya casi no dormía.

Ella decía que todo estaba bien, que me tenía que cuidar...

Pero podía oír afuera de su cuarto como lloraba.

¿Como una persona puede tocar fondo y salir de ahí?

♡̸

:(.

Saturno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora