Iba caminando por los pasillos de mi escuela, con los auriculares en mis oídos iba escuchando aquella canción que tanto amaba, «Running Up That Hill», el volumen estaba al cien por ciento solo podía sentir las miradas miradas mi, y eso que importaba ahora si estaba muerta no quería seguir aquí.
Vestía unos jeans claros, una camisa negra de maga corta encima de esta llevaba una camisa algo grande de cuadros color naranja, mis tenis blancos, en mi hombro derecho cargaba mi mochila de color negra, mi cabello iba recogido de una coleta no tan alta.
No había hablado con Aidan por días, solo me encerraba en mi y solo en mi, mi mamá había dejando su trabajo para estar conmigo, como si eso me trayera de vuelta a Cassie.
Gente que no conocía ni me hablaban por tres años, ahora me preguntaban si estaba bien, si nesecita algo y solo los ignoraba, como si en verdad se preocuparan.
Llegue hasta mi casillero sin quitarme los auriculares lo abrí, sacando mis libros de este, había un espejo pegado en mi casillero me miré, dios mi rostro se veía tan demacrado, mis ojeras, mis ojos rojos, mis labios resecos.
Cerré con fuerza mi casillero, colgué mi mochila de nuevo en mi hombro, pero una mano toco mi hombro gire aver quien era y Ahí estaba Aidan, vestido igual con su chamarra negra de cuero, sus jeans claros, sus botas negras.
Me hizo una seña que me quitara los auriculares y lo hice de mala gana.
Alce una de mis cejas para luego mirar hacia otro lado.
―No me has hablado por días―me lo reprocho en la cara.
No dije nada solo mantuve mi mirada hacia otro lado.
―Por favor mírame, no podemos seguir así―seguía mirándome.
Así que lo mire sin ninguna expresión en mi rostro
―Se que no estas bien y se que sigues en luto por lo de cassie, pero te pido que no sigas así te vas a matar tu misma con ese dolor―tomó mi mentón.
―No entiendes lo que siento―le dije con una voz tan vulnerable.
―Se que no, pero quiero que vuelvas, quiero a mi novia de vuelta no puedes seguir así _____.―dejo mi mento, para luego subir sus manos hasta mis mejillas.
―¡Estoy aquí!, para ti―sus ojos verdes se conectaron con los míos.
No le dije nada me mantuve firme, ya no quería llorar ni derrumbarme en mil pedazos de nuevo.
―lo se y te lo agradezco―le dije.
Aidan me jalo hacia el y me abrazo, sus manos se enrollaron en mi espalda, igual mis manos, podía sentir su corazón latir muy rápido, podía oler su perfume que usa, por una extraña razón me sentía segura en sus brazos de el.
Estuvimos ahí abrazados por un tiempo, hasta que decidimos no entrar a ninguna clase y ir algún lugar alejado de la cuidad y de toda la gente.
♡̸
Espero que les este gustado.
Puede que allá maratón.
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Saturno
Random«Alguna vez me has amado» Esta historia no tiene un final feliz por que no siempre todos tenemos un final feliz, nada es color de rosas.