Capitulo 23 🔞📞

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Eran oficialmente vacaciones de verano y Seokjin bajaba las escaleras de su casa feliz mientras silbaba y palpaba el bolsillo de sus pantalones cortos en busca de sus llaves.

A Namjoon aún le faltaba cerrar un curso para ser libre, por lo que ese día salía antes del mediodía de la universidad. Seokjin lo iría a buscar para ir juntos a su casa y pasar la tarde con Jungkook.

Eun Soo habia estado llamándolo por las noches para intentar reunirse, porque al parecer la idea de darse un tiempo debido a la presión académica no había sido tan brillante como pensó en un principio, al menos no en vacaciones.

Sin embargo, Seokjin la evadió de la mejor forma posible, excusándose vagamente en tareas que le estaba dando su padre para empaparse un poco de conocimiento sobre la administración de la empresa familiar.

Siendo sincero, Jin nunca se había sentido muy a gusto con su novia, ni siquiera cuando eran amigos, porque incluso eso fue orquestado e impuesto por los padres de ambos, pero de alguna forma, podía pasar tiempo con ella, le era imparcial la mayoría de las veces y haciendo uso de su paciencia y una respiración profunda, aguantaba su humor cambiante, sus caprichos y berrinches.

Pero después de Namjoon, había comenzado a sentir un rechazo cada vez más grande hacia Eun Soo, como si su voz le hiciera daño en los tímpanos y su toque lo estremeciera, no en el buen sentido.

Ella no era culpable, pero Seokjin tampoco la consideraba una santa, era una chica rica pero de las manipuladoras, con una sonrisa bonita que engaña para su beneficio en particular, porque en cuatro años era imposible que no notara el desinterés de Seokjin, que la falta de deseo no era por un problema físico, ni siquiera mental, era imposible no darse cuenta que Seokjin se sentía frustrado, amarrado a algo que nunca quiso y ella tampoco le daba una salida.

Nunca se la daría.

Seokjin condujo por las calles de Seúl, relativamente tranquilas a esa hora del día, llevaba la ventana abajo para sentir la brisa del verano alborotando su cabello y unas gafas de sol que le daban un aspecto de chico genial en su Dodge rojo

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Seokjin condujo por las calles de Seúl, relativamente tranquilas a esa hora del día, llevaba la ventana abajo para sentir la brisa del verano alborotando su cabello y unas gafas de sol que le daban un aspecto de chico genial en su Dodge rojo.

Con una mano en el volante y el brazo contrario apoyado en la ventana, sabía que atraia miradas. En cada semáforo que se detuvo las chicas en uniforme escolar cuchicheaban entre ellas, las mujeres que iban hacia sus oficinas lo miraban con ojos soñadores, a él y su auto e incluso era objeto de la envidia y admiración a partes iguales de los hombres.

No era tonto, sabía que podía tener a la chica que quisiera, podía comprar amigos simplemente abriendo su billetera e invitándolos una ronda de tragos, podía adquirir ropa y viajes.

No obstante, lo único que quería en ese momento era detenerse frente a la universidad de Namjoon y bajarse para esperarlo apoyado en el capó, quería ese momento de película cuando todo se moviera a cámara lenta en cuanto su interés amoroso lo viera y corriera a sus brazos, salvo que no usaría un vestido que se agitaba al viento ni saltaría a sus brazos para reír suavemente mientras giraban en el medio de la gente. Por el contrario, serían unas manos fuertes las que lo aferrarian por la cintura, lo abrazaría con tanta intensidad que sus pies se despegarian del suelo y entonces llegaría un beso en sus labios, profundo y tan necesitado que haría que el resto del mundo desapareciera mientras mantuviera sus ojos cerrados.

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