Capítulo 2: Los Sueños se Materializan

117 33 55
                                    

El sonido del despertador rompe la tranquilidad de la habitación, pero mis ojos ya están abiertos, incapaces de encontrar el consuelo del sueño. Me siento en el borde de la cama, sintiendo el peso de la fatiga acumulada durante otra noche de pesadillas interminables. Mis manos tiemblan ligeramente mientras me obligo a levantarme y enfrentar otro día que comienza con el peso de lo desconocido.

Cada paso que doy hacia la cocina está lleno de una sensación de anticipación ansiosa.

Mientras el aroma del café llena el aire, me encuentro perdida en mis pensamientos, recordando las imágenes vívidas que me acosaron durante la noche.

Veo la oscuridad que se cierne sobre mí, envolviéndome en su abrazo helado mientras intento desesperadamente escapar. El eco de mis propios gritos de terror resuena en mi cabeza, recordándome la impotencia que siento cada vez que me enfrento a estas pesadillas.

Sin embargo, esta vez algo es diferente. Mientras revivo la escena una y otra vez en mi mente, una sensación de inquietud se apodera de mí. ¿Podría ser que lo que vi en mis sueños realmente pueda suceder en la vida real? Sacudo la cabeza, intentando deshacerme de la idea absurda, pero la semilla de la duda ya está sembrada debido a los últimos sucesos.

En uno de sus sueños perdí un objeto muy preciado, un reloj heredado de mi abuela, tiempo después el reloj desapareció de su mesita de noche, sin ninguna explicación lógica, lo busqué desesperadamente y nunca lo encontré.

El timbre del teléfono me saca de mi ensimismamiento, arrancándome bruscamente de mis pensamientos.

—Hola. — Mi voz sale sin apenas fuerzas, mi atención dividida entre la llamada y los pensamientos que me asaltan.

—Laia, ¿estás bien? — La voz familiar de mi amiga irrumpe al otro lado de la línea, cargada de preocupación. —He estado intentando comunicarme contigo desde esta mañana. ¿Qué está pasando? — inquiere, su tono revelando una mezcla de inquietud y afecto genuino.

—Oh, hola. — Respondo, mi ánimo visiblemente decaído. —Sí, estoy bien, solo un poco fatigada. No he tenido un buen sueño últimamente.

—¿Otra vez las pesadillas? — su pregunta es como una caricia de preocupación. —Laia, esto ya no es normal. ¿Has considerado buscar ayuda?

—No sé qué hacer, de verdad. — Mis palabras salen cargadas de desesperación. —Estas pesadillas... están empezando a invadir incluso mi vigilia. Es como si cobraran vida de alguna manera.

—No puedo ni imaginar lo difícil que debe ser para ti. Pero, ¿has pensado en hablar con alguien sobre esto? Tal vez un terapeuta o un especialista en sueños podría ayudarte a comprender lo que está sucediendo.

—No lo sé... Siento que estoy perdiendo el control. Y ahora, algo extraño está ocurriendo. Las imágenes de mis sueños... están materializándose en la vida real.

—¿Qué quieres decir con "materializándose en la vida real"? — Su voz se llena de incredulidad ante mis palabras.

—Es difícil de explicar. Pero estoy empezando a pensar que estas pesadillas no son solo sueños. Tal vez son advertencias de alguna manera. — Confieso, sintiendo un escalofrío recorrer mi espalda mientras miro a mi alrededor, temerosa de que algo nos esté escuchando.

—Laia, esto suena muy preocupante. Necesitas tomarte esto en serio y buscar ayuda lo antes posible. No puedes seguir enfrentándolo sola.

—Lo sé, lo sé. Gracias por preocuparte, de verdad. Voy a intentar averiguar qué puedo hacer al respecto.

—De acuerdo, pero no tardes demasiado, ¿vale? Estoy aquí para ti si necesitas hablar o si necesitas que te acompañe a alguna parte. — Su voz es cálida y reconfortante, transmitiendo un sentido genuino de apoyo.

Sombras del pasado, sueños del futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora