Complicité

314 34 7
                                    



Agosto 2020




Papá ya ha sido dado de alta, por lo que los últimos días he estado trabajando desde casa para ir luego a encontrarme con Pierre, quien se ha enfocado netamente en mí, en hacer todo esto más suave, en complacerme.

Porque a pesar que lo de Mauro fue corto, ha sido lo más serio que he tenido en mi vida. Nunca había logrado tener ese estilo de intimidad en una relación, pero no me afectaba por el momento, Pierre lo hacía bastante simple y eso nos ayudaba a funcionar.

Marie me indica las últimas anotaciones sobre el proyecto y finalmente me tomo el atrevimiento de preguntar lo que he venido pensando estos días.

- Mmm, Marie, en el hipotético caso de que quisiera pedir unos días, ¿tú estarías bien con ello? Claro, hipotéticamente hablando. - Sonríe a través de la cámara y asiente.

- ¿Por tu papá?

- No, la verdad es que papá ya está en casa, pero estamos en pleno parón...

- Y hay un francés bastante atractivo, entiendo. - Me sonrojo, ella es la única mujer con la que puedo hablar sobre mis cosas, no es lo suficientemente mayor para ser mi madre, pero tampoco lo suficientemente joven para ser mi mejor amiga, está ahí y se adapta a cualquiera de las dos facetas.

- Son solo unos días...

- Bea, no hay problema, anda. Sólo revisa tu correo de vez en cuando, estaré actualizando ciertas cosas pero de resto está todo encaminado. No hay problema.

Mi sonrisa refleja cómo me siento por dentro, Pierre había escogido una ruta bastante nueva para mí, que sólo conocía Milán y Maranello.

- Me traes algún souvenir para la oficina, si? De resto, te mereces todo esto. Anda, estaremos bien.

Terminamos la reunión dejando claros los días en los que estaré sólo para cosas muy puntuales o urgentes, dejo las anotaciones por escrito y envío el correo necesario para que todos estén al tanto, o al menos, mis jefes inmediatos, quienes responden aceptando.

Cojo mi taza de café y voy hacia la cocina, el olor me lleva hasta Fabrizio que se encuentra haciendo mi comida favorita.

- ¿Sopa?

- Para ti, Tata, para consentirte. - Sonrío y él deja un beso en mi frente. - Ya has pedido permiso, ¿no?

- Si, sólo faltaba hablar con Marie, pero ha ido bien, entonces cogeré lo necesario para poder salir ésta noche.

- Cuídate, Tata, Renato vendrá a finales de ésta semana para ayudarme con Papá, pero debería ir bien, se siente mucho mejor.

No era verdad, lo de papá era cuestión de tiempo, hay enfermedades que tardan más, otras menos, y la de él se estaba tomando su tiempo, consumiendo cada parte de su ser, de su humor, de su esencia.

- Está bien, al llegar vendré directo a visitarlos. - El asiente y continúa con la cocción del almuerzo. - ¿Sandra vendrá?

- Si, al terminar de trabajar se quedará aquí conmigo.

Sandra es lo más cercano que he tenido a una amiga, estudiaron juntos desde pequeños y prácticamente sabíamos como terminaría esa historia. Pero Fabrizio estaba demasiado ocupado con nosotros como para darse una oportunidad con ella, y aunque no lo decía en voz alta, se que todo esto lo consumía.

𝗕𝗲𝗹𝗹𝗶𝘀𝘀𝗶𝗺𝗮 | 𝗣𝗶𝗲𝗿𝗿𝗲 𝗚𝗮𝘀𝗹𝘆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora