*ೃ࿔ Entre Dos Mundos

𖤝05

Esa misma mañana Johanne decidió salir a dar un paseo por los Jardines en compañía de blacky,después del desafortunado encuentro con aquel pervertido, cuando vio a lo lejos que llegaba Rose corriendo hacia ella, toda agitada y asustada.

-¡Señorita!, escuche que un pervertido irrumpio en su dormitorio- decía exaltada.

-Estoy bien - hablo tranquila y despreocupada.

Luego de examinar alrededor se dio cuenta que literalmente el palacio estaba abandonado.

A lo mucho había cinco personas contando con ella que habitaban el castillo, no había guardias suficientes, los muebles y demás objetos del palacio estaban cubiertos de polvo, quizás hasta viejos.

Estaba abandonado ese lugar, parecía un castillo fantasma y desolado y viejo.

¿Quién estaba administrando el palacio?

- Rose, ¿Quién gestiona el presupuesto del palacio del príncipe?

-Hmm...El asistente probablemente se encargue de ello.- respondió la castaña

-¿Asistente?, Nunca lo eh visto antes.

-Bueno, es que...- dijo nerviosa - nose mucho acabo de llegar aquí, por eso había mucha preocupación por parte de los sirvientes, incluso antes de que llegara usted.- explicó

- No te preocupes, más bien quiero conocer a ese sujeto

- Si, yo se lo diré - afirmo y salió corriendo dejando sola a Johanne con blacky.

Cuando Rose salio solo estaban Johanne y blacky en el Jardín, pero la princesa notaba inquieto al cachorro, entonces decidió acercarse hacia el y hablar.

-¿Qué pasa pequeño?,¿Estás inquieto por el asistente?, ¿por Rose?, ¿Por El pervertido?- cuestionaba curiosa la rubia.

El perro gruñía y se aparraba.

La rubia no entendía lo que hacía el perro, pero se le hacía tan adolorable su comportamiento.

-Hay bebé, quieres protegerme, que lindo y hermoso eres~- decía la rubia sonriente y amable mientras abrazaba al canino.

Días después...

Al ver que el asistente no iba a ver a la princesa, Johanne decir ir ella misma a verlo, para pedirle una explicación sobre el rendimiento y administración del palacio.

Al llegar al lugar, estaban dos guardias de custodia en la entrada de un kiosco en el jardín del palacio, el mayordomo bebía tranquilamente un té.

Al llegar Johanne junto a Rose y blacky, los guardias le impidieron entrar.

—¿ Ustedes saben con quien están hablando,verdad? — dijo molesta la rubia.

Los guardias miraban al rubia nerviosos y tensos.

—S-saludos a la princesa Imperial — respondieron ambos.

—Muy bien, así me gusta — dijo satisfecha. — Con su permiso entraré

Iban detrás de ella Rose y blacky, hasta que un guardia intento alejar al canino con ayuda de una rama.

Johanne vio las intenciones del guardia y con un ágil movimiento le dio un puñetazo al guardia, dejando todos en shock.