Él se enamoró de la persona menos indicada, tal vez no era parte de su mundo pero, aún así insistió hasta conquistar aquel corazón.
Incluso por esa persona cometió miles de estupideces que más tarde se lamentaría.
"-Porque no te quitas la venda de l...
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La música se escuchaba en cada rincón de aquel hospital, algunos niños aplaudían y otros miraban al joven quién animosamente toca una guitarra.
—Hanagaki-san eres muy bueno tocando la guitarra, haces muy feliz a los niños. —menciona una enfermera una vez llegó.
—Realmente yo también estoy feliz de que ellos puedan disfrutar un poco de esto. —dijo el chico oji-azul dejando a un lado la guitarra acompañado de una sonrisa que derretiría cualquiera.
—Estamos muy agradecidos de que puedas venir todos los días y ayudarnos en el hospital.
—No se preocupe, créame que esa es mi misión, para eso nací, para ayudar a los demás.
El rubio sonrío y se despidió de los niños para salir de la habitación y caminar un poco hacia otra habitación donde se encontraba su mejor amigo. Al entrar a la abitación miro a su amigo acompañado del alma de un niño por lo que ambos sabían que tenían que marcharse.
—Hora de muerte 12: 30 horas.. —mencionó el ángel pelo rubio bicolor, Chifuyu.
—Descuida, no tengas miedo en este momento irás al cielo, fuiste un gran niño y luchaste hasta el final. Estoy seguro que Dios te recompensará por eso.. —habló Takemichi con la voz más dulce que podía.
El niño solo asistió no muy bien enterado y convencido de lo que pasaba a su alrededor, y así los dos ángeles comenzaron a guiarlo en su camino para ir directo al cielo. Ellos tenían prohibido entrar así que solo lo podían dejar en la puerta celestial. Los ángeles que aún no eran completamente celestiales tenían prohibido pisar el cielo hasta que no cumplieran con sus mandatos.
Y así otro día comenzó, Hanagaki despertó aproximadamente a las 6 de la mañana y comenzó a prepararse para ir nuevamente al hospital hoy tendría que ayudar a cruzar el camino a una anciana y hacer misiones en el hospital obviamente no le costaba trabajo ya que amaba hacerlo, realmente era un ser que disfrutaba hacer feliz a los demás.
Por otro lado en las afueras de la ciudad algunos jóvenes se reunían para hacer una competencia de carreras. El premio mayor será más de mil yenes y obviamente había mucha competencia, ya que todos querian ganar ese dinero.
—Mikey te toca correr hoy. —mencionó su mejor amigo Ken Ryugujio o más conocido como Draken.
—Pan comido, me llevara ese dinero a casa y después iré con algunas bellezas, así que no verás ese dinero, estás advertido.
—¿Estás bromeando? Le debes mucho dinero a Kisaki!! Sabes que si no pagas a fin de mes nos mataran... —habló el de tatuaje de dragón muy molesto.
—Al diablo Kisaki, al diablo tú...! es mi dinero y yo puedo hacer con él, lo que se me venga en gana! no le tengo miedo. —hablo consumo descaro el peli-negro—Es más, dile que si quiere su dinero que venga por él y aquí mismo nos arreglamos.
