𝘳𝘶𝘯𝘢𝘸𝘢𝘺 𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘮𝘦

VI

—El rosa es mi color favorito —dijo Sunoo mirándose en el espejo.

—A partir de ahora, será el mío también —dijo Sunghoon —Te queda muy bien ese traje.

—Gracias —respondió Sunoo con una sonrisita y un leve sonrojo.

Después de estar varios minutos probando trajes, ambos habían decidido que el rosa era la mejor opción.

—Iré a prepararme para la ceremonia, nos vemos más tarde —Y sin más se fue agitando la mano a modo de despedida.

Mientras caminaba por los pasillos pensaba en Sunoo y la extraña reacción que había tenido al abrazarlo.

"¿Debería disculparme entonces?"

Sin darse cuenta, sus pasos lo guiaron a la habitación de Haewon, por lo que al estar frente a la puerta tocó de la manera en que solo el solía hacerlo para que ella supiera que era Sunghoon quien llamaba.

—¡Al fin apareces! —dijo ella mientras abría la puerta —¿Donde estabas metido? ¿Ah?

—Estaba..... Con el príncipe Sunoo —respondió avergonzado.

—Ah.... ¿Y que hacías con él?

—Nada, solo lo ayudé con algo que me pidió. Eso es todo.

—Ok, en realidad no me importaba mucho. Espero que le hayas hablado muy bien de mi para que me elija más tarde. En fin, que bueno que apareces porque necesito tu ayuda para entrar en este vestido —dijo mientras sacaba del armario un gran vestido color morado.

—Bien, manos a la obra —vociferó Sunghoon riendo

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Después de varias horas, ya era el momento de que todos se reunieran en el lugar donde se llevaría a cabo la ceremonia.

Al entrar, Sunghoon y Haewon jadearon en sorpresa, ya que el lugar era bastante espacioso y estaba decorado muy lindo.

Tenía algunos detalles que cuando Sunghoon vió le recordaron a Sunoo,  por ejemplo, habían muchas rosas blancas y rosadas decorando el lugar.

—Esto es hermoso —escuchó decir a haewon.

—Si, pero ¿Ya viste la mesa de la comida? —dijo Sullyoon de repente —Adiós, me iré por allá —y se fue hacia el lugar antes mencionado.

—Bueno, yo iré a hablar con lily, esa princesa si que me agrada. Nos vemos Sunghoon —se despidió también Haewon.

El peliblanco se quedó en su lugar, pensando que hacer, pero de pronto sintió que alguien se posicionaba a su lado.

—Sunghoon ¿verdad? ¿Quieres quitarme el trabajo acaso? —río brevemente —Soy Jake, es un placer conocerte

—Soy Park Sunghoon, el placer es mío —respondió mientras le estrechaba la mano.

—¿Cuando va a salir el príncipe? —exclamó una princesa y en su voz se podía notar frustración.

—¡Oh! El príncipe saldrá en unos minutos, agradecemos su paciencia —dijo entonces Jake, con un tono de voz bastante alto para que le escucharan todos los presentes.

—¿Tuvo algun percance o algo así? —preguntó Sunghoon a Jake.

—Bueno, lo último que supe de el es que lo estaban arreglando.

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Sunoo estaba todo menos feliz. Había sido llamado por su padre justo cuando estaba a punto de salir, al llegar se encontró con el rey y este no espero mucho para decirle:

—Debes elegir a la princesa heredera Karina, por el bien de nuestro Reino y el suyo.

El príncipe se asustó por la sombría expresión que tenía el rostro de su padre.

—¿Que? ¿De que estas hablando?

—¿Como que de que estoy hablando? Tu sabes muy bien que Kavamid es el segundo Reino más grande del continente, justo después de nosotros. Si tú contraes matrimonio con ella, nuestros reinos se harían uno y el territorio de Niffathor será mucho más extenso. Solo traería beneficios a nuestro Reino, así que hazlo. ¿O me vas a decir que ya tenias a alguien en mente? —eso último lo dijo con una extraña sonrisa que Sunoo no pudo descifrar.

—Yo..... No quiero casarme con ella... Digo, ni siquiera la conozco y su aura me da miedo —sentía que con cada palabra que salía de su boca, se encogía en su lugar —Y si tenía a alguien en mente.

—No me vengas con mentiras como esa —se río brevemente antes de decir —¿Es Haewon a quien quieres? Claro que si, pero no es por ella. No es por su reino ni tampoco es por el nuestro.

—¡Obviamente no es por nada de eso! ¡Es por amor! —mientras hablaba retrocedía, ya que su padre estaba caminado cada vez más cerca de él. Se sentía bastante pequeño.

—¿¡Por amor a quien Kim Sunoo!? —exclamó bastante alto, asustando al pequeño príncipe. Se río bruscamente antes de decir: —¡Quieres a su estúpido consejero! —volvió a reírse —¡No creas que no me di cuenta de que eres un marica! ¡Lo supe desde el primer momento!

—¿¡De que hablas!? ¡No es así! ¡Yo no quiero a Sunghoon de esa manera! ¡Tampoco soy un marica!

—¿No? Entonces ¿Por qué lloras Kim?

Sunoo llevo sus manos a su cara para darse cuenta de que, efectivamente lágrimas caían de sus ojos sin siquiera tener su permiso y aunque intentó detenerlas, no lo logró.

—Ningún hombre que se merezca ser llamado de esa manera llora por este tipo de cosas. ¿Que le temes a una mujer? Es obvio que eres marica. Pero tranquilo, yo haré que que te cures — se dió la vuelta para irse, pero cuando estaba a punto de salir miró a Sunoo y le dijo — Yo sé que me harás caso y me agradecerás cuando estés mayor.

—¿¡Donde esta mamá!? Quiero hablar con ella —en su voz se escuchó su desesperación por salir de aquella situación.

—Ella no tiene porque estar aquí. Ella no tiene porque saber nada de esto. Le dices una sola palabra sobre esto y te vas a arrepentir toda la vida.

Sunoo se estremeció ante el tono de voz usado y dió un pequeño brinquito al escuchar el sonido de la puerta al cerrarse.

Escuchó las voces de Sunghoon y Jake y quiso salir, pero cuando estuvo por abrir la puerta escuchó a su padre decir:

—¿Que hacen por aquí, muchachos?

—Oh... Su majestad... Pues, estaba buscándole para preguntarle por Sunoo, la gente está bastante impaciente y se están quejando —escucho decir a Jake.

Al escuchar su nombre, el príncipe pensó en gritar, pero sintió que alguien lo tomaba por detrás y le tapaba la boca.

—Ni lo pienses, bonito.

—Inventate algo para decirle a los invitados, Jake. Sunoo estará listo en unos minutos —dijo el rey con una sonrisa malévola. Dejando a Jake con un amargo sabor de boca.