Todo es eléctrico

Capítulo 15: Herida Abierta

Las dos pasaron la noche hablando, comiendo pizza, desempacando y bebiendo refrescos vencidos que ella tenía en su refrigerador – estoy bastante segura de que su tía los dejó allí porque estaban muy al fondo y tenían un sabor cuestionable.

"¿Peor lesión?"

Y ahora se acercaba la medianoche con ambas acurrucadas en los lados respectivos de su nuevo sofá haciendo preguntas aleatorias que comenzaron como un juego de nunca nunca, pero rápidamente se convirtió en solo preguntar lo que querían saber de una de la otra.

"Umm", arrastró la frase, mirando hacia arriba con un ojo cerrado, su rostro se arrugó un poco mientras recordaba, y luego dejó caer su mano sobre su rodilla, "el hueso de la rodilla".

"¡Oh, eso es – sin detalles, sin detalles!" suplicaste con una mirada de disgusto, y se rio a carcajadas.

"¿Eres un poco sensible, amor?"

"Rodillas, globos oculares, venas", te retorciste en tu lugar con tu propia lista, "o cómo", te moviste para tocar tu rodilla, "la parte posterior de las rodillas – todas las lesiones y cosas con cualquiera de lo que pueda dejar de hablar, no quiero saber, ¿entiendes?". Resoplaste una pequeña sonrisa cuando ella comenzó a hacerlo, "¡Hablo en serio, Robin! Y pies. Pies en general".

"Sin fetiches de pies", asintió formalmente cuando dejó de reír, sin dejar de sonreírte mientras hablaba, "Es bueno saberlo".

"¿Por qué?" Entrecerraste los ojos con sospecha juguetona, trayendo la manta que ella te arrojó antes cuando dijiste que tenías frio hasta cubrir la mitad de tu cara, "¿Tienes una, Goldberg?"

"¡No!" Ella se rio, "¿Eso es algo que tienen en el programa?"

"No lo sé", entrecerraste los ojos aún más, tu voz inquietantemente seria, "Pero tú – sin juegos de palabras – suenas terriblemente a la defensiva en este momento"

"¡Muéstrame esos cerditos!" Se abalanzó sobre tus piernas que estaban cubiertas por la manta y te apartaste de ella, golpeando tu espalda contra el reposabrazos, "Muéstramelos – sí, no tengo palabras para los pies, ¡pero muéstrame esos creadores de fetiches!"

Estabas riendo un poco sin aliento porque terminó tirando de tus piernas después de que golpeaste el reposabrazos – probablemente notando que era un poco doloroso – y se aseguró de que tu cabeza golpeara el cojín inferior en lugar de algo más duro. Y ella sin querer, estaba recargada en ti con el pelo pegado a tu cara.

Pero eso no fue todo.

"Para alguien interesado en mis pies..." Te callaste con un aire de escepticismo en tu tono, dejando que tus bromas cubrieran el hecho de que ella te estaba mirando con una mirada concentrada y parecía estar conteniendo la respiración, sus ojos haciendo lo mismo que han hecho antes donde dudaron en tus labios por un momento, pero tal vez eso es porque estabas hablando ahora, "Tu mano parece haber encontrado mi cadera y sigues mirándome como si quisieras- "

Un golpe en la puerta las hizo retroceder de un salto y ni siquiera sabías que guardaba un juego de flechas y un arco detrás del sofá, pero ahora estaba cargando un – no un arquero no, no conoces los términos correctos.

"Quédate aquí". Ella susurró y tú asentiste en silencio, con las manos detrás de ti en el sofá para ayudarte a sentar, observando como se acercaba lentamente a la puerta.

Dejó su arco a su lado después de comprobar quién estaba detrás de la puerta y la abrió un segundo después, pero manteniéndola lo suficientemente cerrada para que no pudieran verte detrás de ella en la distancia.

"Kate, ¿verdad?" La voz preguntó, y tú hiciste una mueca, reconociéndola, "¿Ella está aquí?"

"Vivo sola, y no conozco a Kate". Ella soltó y tú asentiste un poco, impresionada por lo creíble que sonaba, pensando que él podría comprarlo y marcharse.