Capítulo 31: Empaca Tu Mierda

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"... ¿Happy?"

"Hey, niña. Perdón por despertarte".

"Es... "Revisaste tu teléfono, entrecerrando los ojos ante el brillo antes de que volviera a tu oído mientras bajabas las escaleras, mirando detrás de ti para asegurarte, "Apenas son las cuatro de la mañana, es mejor que te estés muriendo".

"Es una emergencia", te dijo con seriedad y tu postura se enderezó cuando te despertaste más rápido con sus palabras, "¿Qué tan rápido puedes vestirte y dirigirte a Praga?"

"Mierda", siseaste, cerrando los ojos con fuerza mientras te frotabas la cara con la mano libre, pensando, y luego le dijiste, "¿Treinta minutos?"

"Que sean veinte".

"¡Espera no!" Lo detuviste, sabiendo que estaba a punto de colgar, "Dije treinta, así que volare a la jodida Praga. Nunca he estado allí antes, así que necesitaré detalles o algo así".

"VIERNES te llevará allí", se quejó, y comenzaste a arrastrar los pies por la sala de estar en busca de pantalones, ya que apestabas en ser organizada, "¿Qué es ese ruido?"

"Uh... nada", mentiste, yendo al fregadero de la cocina para cepillarte los dietes ya que habías dejado tu cepillo de dientes allí la última vez porque Kate estaba tomando una ducha en el baño y luego te encogiste al darte cuenta, "No puedo simplemente irme".

"Regresarás en dos días, ¿Cuál es el problema?" Él espetó con impaciencia y tú hiciste una mueca, sabiendo que no podías decirle exactamente que no querías abandonar a la chica de la que podrías estar enamorada justo después de que se acostaron por primera vez, pero luego volvió a hablar, "Oh, Dios mío", sonaba horrorizado, "¿Estás... en el baño?"

"¿Qué? No".

"¿Estás... orinando?" Le dolió preguntar.

"¡No!"

"Bien, preferiría que me mintieras de todos modos". Él suspiró y tú arrugaste la cara.

"¡Me estoy lavando los dientes! ¡En el lavabo!" Gritaste susurrando.

"¿Por qué estás susurrando?"

"Porque nadie más que tú y yo nos levantamos tan temprano, idiota".

"Hey, cuidado". Él advirtió.

"¿Quién eres? ¿Mi papá?" Resoplaste y luego avanzaste rápidamente después de aclararte la garganta, "Entonces, cuéntame sobre Praga".

Menos de veinte minutos después, te cepillaste, te lavaste, te vestiste, terminaste de hablar con Happy y te agachaste junto a la cama donde Kate estaba dormida, con la cara adolorida porque la dejaste sin calor en su espalda. Habían estado cuchareando mientras dormían ates de que fueras tan bruscamente despertada por el hijo de perra de Hogan y fue tan difícil levantarte de la cama para responder una llamada que habías ignorado dos veces antes de eso.

"Goldberg", dijiste en voz baja, apartando el cabello de su cara, habías pensado en dejarle una nota, pero eso se sentía muy mal, "Bebé, tengo que irme un rato". Murmuraste en voz baja, pero no demasiado bajo como para que no la sacara de su sueño, y frunciste el ceño cuando ella frunció el suyo, sus párpados revolotearon mientras suspiraba en voz baja, "Pero volveré pronto y te lo compensaré, lo prometo", te sentiste tan culpable y luego finalmente dejó escapar un suspiró, sus ojos se abrieron lo suficiente para procesar quién estaba frente a ella, sonriendo soñolientamente, "Hola, Robin".

"Amor", saludó suavemente, bostezando mientras trataba de despertarse más rápido, y luego se vio confundida cuando procesó lo que llevabas puesto y cómo no estabas en la cama junto a ella, "Estás vestida", señaló en voz alta, extendiendo la mano con cansancio para pasar sus dedos por tu cara, "¿A dónde... vas?" Ella preguntó en un bostezo y sonreíste disculpándote.

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