Samuel Wellesley, justo después de despertarse, comenzó a escribir en una de sus libretas, apiladas en un escritorio sin orden alguno.
Esta, en concreto, ya estaba comenzada, y, mientras buscaba una página sin usar, se le olvidaron ciertos detalles. Pero no se le olvidó el color de la isla, ni que flotaba.
Así que se puso a escribir, de lo que se podía acordar. Todo estaba ordenado de manera muy incoherente, con grandes espacios entre cada frase o dos. Estaba esperando que, con suerte, se acordara de más mientras trabajaba.
Aunque fuera un sueño, se sentía... demasiado real. Como si no hubiera sido un sueño. Pero él sabía que lo fue. Estaba dormido, se encontraba durmiendo y, al levantarse, se encontraba preparado para un nuevo día.
Siguieron encontrando más y más estatuillas, todas mostrando lo mismo que las anteriores. Pero una le resultó extraña. Porque, después de examinarla con lupa, vio un estilo muy moderno, un traje de 3 piezas, una indumentaria no muy común para la época.
Se sentía como una broma, pero, a la vez, nadie enterraría cientos de estatuillas, todas diferentes unas de otras, como los soldados de terracota, para poner solamente una figura de entre miles con un traje de 3 piezas. Estas figuras debían tener un origen moderno. Eso, o los griegos micénicos pudieron predecir una moda separada de ellos por unos míseros dos milenios. Que, por cierto, es muy absurdo que tuvieran tales poderes premonitorios en cuanto a la moda, pero que no pudieran predecir su caída.
En esos momentos, mientras estaba considerando seriamente el hecho de que, el hallazgo de su vida no era más que una broma gastada por gente con máquinas con el potencial para detallar esculturas a nivel microscópico, decidió salir y decirle a unos cuantos miembros del equipo que, a lo mejor, no era la mejor idea seguir excavando a 300 metros al este de donde estaban actualmente.
Varios de ellos no tuvieron problema alguno, siempre que fuera por poco tiempo, menos de una semana. Les aseguró que sería así, les dió palas, una de las personas trajo una retroexcavadora, y comenzaron con la nueva excavación.
El primer día, no encontraron absolutamente nada. Lo mismo con el segundo.
El tercero, cuando excavaron más o menos hasta el periodo que Samuel investigaba, devolvieron la retroexcavadora y comenzaron con las palas. Solo encontraban trozos de ánfora.
El cuarto, encontraron algo bastante peculiar. Un hueso de un dedo de la mano. Continuaron con esta pista, excavando sobre ese lugar, con mucho cuidado de no partir nada. Al desenterrarlo, vieron un esqueleto bastante completo, de más o menos el periodo micénico.
Samuel se extrañó. ¿Qué haría un esqueleto tan lejos de un pueblo? Esto no era una necrópolis. Ni mucho menos. Supuso que debió haber muerto en el viaje a otro pueblo, o a un asentamiento cercano.
Continuaron excavando, y encontraron más cuerpos. Todos puestos tumbados, con la misma orientación, como si fuera una tétrica caravana en 2 dimensiones.
Esto empeoraba por momentos.
ESTÁS LEYENDO
La Ola
Mystery / ThrillerDr. Samuel Wellesley descubre una figura del periodo micénico, sin saber lo que le iba a traer esta.