One Shots Male Reader [|] [Terminado]

Paso - Seungho [Pintor Nocturno]

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Advertencia: +18

(Si soy sincera, no termine de leer pintor nocturno, no lo haré hasta enterarme que tuvo un final feliz :) , espero te guste, si quieres agregar o quitar algo, dímelo:D

pd: alguien ayúdeme que mi tía se entero que escribo y quiere leer, como le doy a leer vatos que se dan por donde no llega el sol) 

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Sus manos agarraban firme la cintura del aturdido chico, respiraba agitado y recargaba su mejilla sonrojada en los hombros del pelinegro, habían pasado ahí toda la tarde.

Lo único que era capaz de escuchar era aquel conocido choque de pieles, sentía como Seungho se frotaba por sus muslos para después volver a empujar dentro.

Todo empezó cuando su señor se puso sobre su pecho, quedando su parte íntima muy cerca de su boca.

—Chupa... —Ordeno frotando su pene en los labios dejándolos ligeramente húmedos por el presemen.

Apenas metía la punta en su boca, quizá nunca supo hacerlo bien, o solo le gustaba la forma en la que Seungho le hablaba.

—No uses tus dientes, abre más la boca —Su lengua afuera chupaba más no lo metía por completo como Seungho ordenaba.

El mismo metió más de la mitad de golpe, pequeñas arcadas involuntarias salieron de él, abría más su boca para evitar el roce de los dientes, de igual forma el pelinegro le tomaba más importancia al empujar su cabeza hacia su pelvis.

Sus piernas se movían debajo de él mientras buscaba recuperar el aire que no llegaba a sus pulmones por la culpa de ese gran pedazo de carne que gusta de tener en su boca.

Si boca se llenó de líquido espeso y poco salado sin aviso previo. Seungho se levantó de de él para que ahora el castaño se siente arriba de él.

Paso poco raro para sentir como su parte baja era abierta por el miembro del pelinegro, sus gemidos altos eran callados por su mano, la mordía con fuerza antes de soltar algún ruido, o que le quitarán la mano de la boca.

Espero hasta que alguna pasará, Seungho envolvió su muñeca para jalarla hacia abajo, su pene era sujetado por la mano del pelinegro. Lloriqueos sonaban por el cuerto.

Su espalda se arqueaba con suma delicadeza y desesperó cuando las embestidas tomabanas y más fuerza. Sus rosados e irritados botoncitos parecían y juguete de goma para el mayor, estiraba, apretaba y jalaba a su antojo, ocupando su boca para dejar marcas en el cuello.

—Estas más apretado esta vez, ¿Acaso esto te exita? —a nada de mirarlo mal cambio de parecer, ignorando eso y gimiendo más fuerte después de que sus manos fueran inmovilizadas.

Después de eso no tuvieron intención de parar, así paso hasta que  el castaño cayó dormido.

Las mañanas eran silenciosas, tranquilas. Al menos para la mayoría de personas, digamos que _____ si se despertaba tranquilo, mucho, para después sentir los fuertes brazos de Seungho rodear su cintura.

Ver la pared era lo mejor que podía hacer mientras esperaba a que él despertara y pudiera levantarse sin molestar.

Terminaron enamorados a pesar de todas las negaciones de Seungho sobre eso, fue bastante difícil, pues se conocían desde jóvenes y _____ sabía de sobra como es que era su señor.

De todas formas, siempre se perdía en su mirada profunda y lasciva, todo aquello que le hacia sentir con una mirada o un acercamiento.

Hasta que sucedió, empezaron con algunas ocasiones a acostarse, tener sexo y _____ aparentar que nunca paso hasta que se se vuelva a repetir, así la paso un tiempo hasta que Seungho comenzó a dejar marcas, y por último, prácticamente lo declaró suyo.

De igual forma pasaron años de esa forma, no es como si alguien quisiera acercarse luego de saber quién era su pareja y como era. Cualquier pensamiento sobre eso de esfumaba al solo escuchar su nombre.

Y era bien sabido que era una relación problemática, pero a ninguno le importaba realmente.