Loren
Han pasado 1 mes después de la muerte de Dilan y de la despedida de Walter. Toda había cambiado, ya nada era lo mismo, Logan tenía una que otra depresión por lo de Dilan, Walter nos escribía de vez en cuando, y yo realmente seguía destrozada, pero ¿Quién no? Aunque estando con Logan me sentía mejor, siempre salíamos y tratábamos de estar bien y distraernos un rato para no recordar más lo que tanto nos destrozaba.
Era lunes, día de ir a la escuela aunque la verdad no quería ir, pero que más daba, tenía que seguir con mis deberes. Estaba en mi cama acostada pensando en todo lo que había pasado en estos días y lo raro que era estar sin Dilan y Walter, pero ya tendría que acostumbrarme pues Dilan ya no estaba y nunca volverá. Me levante de la cama y me dirigí al baño a tomar una ducha, al salir escogí mi ropa, me puse una falda que dejaba ver mis rodillas, una blusa sencilla color blanca y unas converse negras, me arregle un poco el cabello, y baje a la cocino donde estaba mi nana quien me esperaba con un gran desayuno.
-Buenos días. – Salude a mi nana con una gran sonrisa.
-Buenos días Loren, ¿Cómo amaneciste hoy?
-Bien, gracias por preguntar. – Mentí, aunque casi siempre lo hacía cuando me preguntaban ¿Cómo estaba? ¿Qué tal tu día? O cosas así, pues no quería que se enteraran como realmente me sentía.
-Logan llega en unos minutos apresúrate Loren. –Después de lo ocurrido Logan siempre venía a recogerme y era algo que le agradecía mucho.
-Si señora, pero espero no atragantarme. –Nana se rio por lo dicho, ya que lo dije con cierta gracia.
-Loren, tengo que hablar contigo. – La mire con un poco de preocupación ya que con el tono que lo dijo parecía algo grave, o eso pensé.
-Dime nana, te escucho. – La miraba atenta mientras comía mi rico desayuno.
-¿Te acuerdas de Omar Smith? – Me pareció un poco rara la pregunta de nana, pues ya que él era amigo de mi padre y no me importaba en lo más mínimo sus amistades.
-Sí, obvio que lo recuerdo, nos invitó a cenar, y creo que fue mala idea en ir allá, tú sabes muy bien que tiene un hijo lo más de engreído y pues no me lleve bien con él. – Recordé esa noche donde nos encontrábamos en la casa del amigo de mi padre, estábamos en su comedor cenando, la comida estaba muy rica pero yo estaba muy aburrida ya que los adultos solo hablaban de negocios y cosas que no me llamaban la atención. Mamá al verme aburrida le dijo al hijo de Omar que fuéramos a jugar, este tenía mi misma edad pues yo tenía 10 años en ese momento, él acepto llevándome al patio. Cuando llegamos al patio le pregunte qué a que íbamos a jugar y este me miro con cara de asco diciendo que no jugaba con niñas feas, yo no me quede sin hacer nada, pues este trataba de hacerme que no valía nada así que cogí un balón que tenía en el patio y se lo tire en la cara, lo golpee tan duro que este cayó al piso mientras se tapaba la nariz que estaba sangrando. Y desde aquella vez odio a ese niño.
Nana siguió hablando.
-Que bien que recuerdes al hijo de Omar.
-¿Por qué? –Pregunte extrañada por el comentario que hizo nana.
-Omar le pidió a tu padre que su hijo viviera aquí con nosotras, pues Omar y su esposa tendrán un largo viaje de negocios y no tienen con quien dejar a su hijo. – Quede en shock, trataba de procesar lo que me había dicho nana. Esto no me podía estar pasando a mí. Sin dudarlo empecé a reclamar.
-Pero ¿Por qué? él no puede estar aquí, tú sabes cuánto lo odio, es tan engreído, antipático, lo detesto. Mi padre sabe muy bien lo que paso esa noche. – Nana me miraba como si estuviera loca. –Si yo sé que paso hace años pero también sé que él sigue siendo el mismo.
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Al despertar.
RomanceSentí una puntada en el pecho, como si me clavaran una navaja, ya no podía respirar y en mi interior quería que todo fuese un sueño.