Llegamos a casa, Peter realmente tenía una buena actitud el día de hoy, creo que después de nuestras discusiones se dio cuenta que estaba actuando como un completo idiota, nos dirigimos a la cocina y recordé que era mi turno de cocinar, no sabía que hacer de almuerzo, esto de la cocina no se me daba muy bien, pues siempre mi nana preparaba todo, el desayuno, onces, almuerzo, onces y comida, yo solo entraba para ayudarle a lavar loza o a devorar todo lo que ella preparaba. Me dirigí a Peter que estaba sentado en un comedor pequeño que estaba dentro de la cocina.
- ¿Tu qué quieres almorzar? – le Pregunte esperando a que me diera alguna idea.
- Sorpréndeme – Contesto con una gran sonrisa mientras sus ojos me miraban fijamente, esta expresión de él me daba un poco de nervios. Rodee mis ojos tratando de disimular los nervios.
- Lo siento Peter, no creo que te sorprenda – Dije un poco seria.
- Prepárame tu plato favorito – Dijo con un brillo en sus ojos, estaba un poco sorprendida por su actitud.
- No creo que te vaya a gustar mi plato favorito – Dije recordando que no era gran cosa mi comida favorita.
- ¿Por qué? – pregunto intrigado.
-Porque, mi querido Smith, mi comida favorita es más como unas onces, no un almuerzo.
-Ok, enséñame – Respondió después de haberse quedado pensándolo.
-Bueno, necesitamos varios ingredientes, pero todos se puede encontrar en esta cocina – Dije con tono de burla – Primero que todo necesitaremos el ingrediente más importante, pan tajado, lo llenamos de pollo, queso, tomate, un poco de lechuga y lo acompañamos con jugo de naranja.
-¡Wow! Que plato tan maravilloso – Dijo Peter con tono de burla – Pero me gusta – Termino de decir.
Nos comimos 3 sándwiches cada uno, me encantaban este tipo de comidas porque son fáciles de hacer y se ensucia muy pocos platos. Peter estaba muy distraído tomando su jugo de naranja.
- ¿por qué tus padres tomaron la decisión de que te quedaras con nosotros? – Pregunte un poco intrigada – Siempre te llevan a sus viajes.
- Estaba un poco cansado de eso – Respondió sin mucho ánimo, cosa que me intrigo aún más.
- ¿Te molesta viajar? – Trate de que mi pregunta sonara muy casual.
-No es eso Loren – Esta vez su voz sonó seria, quise seguir preguntando, quería saber porque su cambio de ánimo al preguntarle eso, pero no sabía si seguir o solo quedarme con las dudas.
- ¿entonces qué es? - no podía quedarme callada, pensé que se iba a molestar por tantas preguntas, pero cuando me respondió me sorprendí un poco.
- Estaba cansado de mis padres, siempre diciéndome que hacer, que decir, como vestir, y siempre recalcándome lo importante que era que aprendiera sobre sus negocios. Nunca me dejaban respirar – Su última frase lo dijo con un poco de rencor.
- Así que no te importa los negocios familiares – Afirme y el solo asintió – Entonces, ¿Cómo le hiciste para que te dejaran venir?
- Mintiendo – Dijo con una rara voz, no entendía nada y se dio cuenta con tan solo ver mi expresión, así que decidió explicarme – Les dije que era muy buen amigo tuyo, no sé por qué pero tú les caes tan bien, y cuando empecé a hablar sobre ti y lo bueno que sería si me quedara contigo no se opusieron y antes me adelantaron el viaje.
No entendía porque sus padres reaccionaron de esa manera con tan solo hablarles de mí.
- Pero no me conocen lo suficiente, solo me vieron unas cuantas veces cuando era pequeña, ya crecí y pude haber cambiado, puedo estar metida en muchos problemas o puedo ser una drogadicta e influenciar a su querido hijo por malos pasos – Dije con exageración.
- Pues eres la hija del mejor amigo de mi padre, y él confía mucho en tu padre, tanto así que me dejo venir sabiendo que tú estabas sola o bueno, con tu nana.
- Realmente no entiendo a los adultos, mis padres no aprueban que tenga novio ni que me la pase con chicos, pero dejan venir a un chico de mi misma edad a vivir conmigo, son muy raros – Dije con tono de burla.
- Recuerdo que mi padre estaba hablando con tu padre sobre esta decisión, escuche algo sobre un mal momento y que sería bueno mi compañía, no pude escuchar más ya que notaron mi presencia, pero realmente no entendí nada, solo estaba conforme con que podía hacer lo que quisiera sin estar escuchando reproches.
Un escalofrió paso por mi cuerpo, ahora entendía un poco la decisión de mis padres al dejar que Peter se quedara en casa, no querían que estuviera sola y mucho menos en estos momentos.
-No eres tan engreído como lo pensé – Arquee mis cejas y sonreí un poco para que cambiáramos de conversación, no quería que me preguntara si yo sabía algo sobre esa decisión.
- Lo soy cuando me lo propongo – Dijo con voz coqueta.
-Pues me gustas mas así, se nota que este es el real Peter – Dije sin pensarlos – No quiero que malinterpretes, pero es bueno hablar con alguien de buena actitud – Termine de decir tratando de arreglar lo que anteriormente dije sin querer.
- Gracias Loren – Me sorprendí y Peter lo noto – Por escuchar, la verdad es que nunca he podido hablar con alguien así, como lo estamos haciendo tú y yo, gracias.
Al notar sus palabras tan sinceras me di cuenta que él se sentía solo.
-Creo que podemos a llegar ser bueno amigos – Dije sonriendo.
- ¿solo amigos? – Pregunto Peter arqueando una ceja.
- Solo amigos – Dije un poco sería, más de lo que quería que sonara.
- Esta bien, cálmate, pero espero que no vayas a cambiar de decisión, tengo el don de enamorar a las chicas – Y otra vez apareció el idiota de Peter.
- Pues te equivocas conmigo Peter, yo no me enamoro de idiotas, y no busco enamorarme en estos momentos.
-Te equivocas mi queridísima Safon, uno no busca enamorarse, tan solo llega, sin avisar – Dijo con un tono de voz muy rara y mirando a un punto fijo.
-Pues yo realmente no creo que me enamoré, o no por ahora – Dije recordando que todavía seguía enamorada de Dilan.
- ¿Y si yo te enamoro?
-Pues suerte con eso, porque no va a suceder Peter.
- ¿Por qué hablas como si supieras lo que va apasar? – Pregunto Peter un poco molesto –No entiendo, yo soy atractivo, inteligente, atractivo, buena onda y muchísimas cosasmás, tú no sabes que puede pasar el día de mañana – Se acercó a mí, poniendo suslabios frente a los míos, y una rara sensación recorría todo mi cuerpo.
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Al despertar.
RomanceSentí una puntada en el pecho, como si me clavaran una navaja, ya no podía respirar y en mi interior quería que todo fuese un sueño.