Me aleje de Peter ya que no quería que pasara algo más, estaba un poco nerviosa pero no lo iba a demostrar.
-Bueno, ya esta tarde y tengo mucha tarea. – Dije, con un tono muy natural.
-No te vayas, nuestra conversación está muy interesante ¿no lo crees? – Dijo Peter con una sonrisa coqueta.
-En serio tengo mucha tarea. – Sabía que iba a seguir insistiendo, así que no le di tiempo de hablar y me dirigí a mi habitación lo más rápido que pude.
Ya estando en mi cuarto empecé a buscar mis cuadernos dispuesta a realizar todas las tareas, tenía un gran trabajo de cálculo y otra de historia. Después de un largo tiempo me percaté de que no se escuchaba ningún ruido en la casa, no sabía si Peter había salido, pues estaba tan concentrada en los trabajos que todo alrededor se me olvido por un buen rato. Terminé con las tareas y decidí salir de mi cuarto para saber si Peter estaba o no.
No sé por qué me importaba el hecho de que estuviera en la casa, pero de igual manera fui a buscarlo. Lo busqué por todas partes, menos en su cuarto, pues no me sentía muy bien golpeando a su puerta ya que estaba cerrada, además, ¿Qué le diría? Decidí por golpear y así lo hice.
- ¿Si? – Contestó Peter detrás de la puerta, me pegué un pequeño susto, pues pensé que nadie iba a responder. No sabía que decirle y me quede un buen tiempo callada, hasta que él abrió y me encontró mirando al suelo. - ¿Quieres algo? – Dijo con tono coqueto, pues estaba sin camisa.
Realmente no quería mirarlo, pero fue irresistible, tenía unos buenos pectorales y un abdomen muy bien trabajado, me quede en blanco, no sabía que decir, pero tenía que actuar de manera natural.
-Vine por si querías comer algo, pues ya esta tarde y no sé, pensé que tenías hambre y que querías algo de comer, yo tengo hambre y quiero comer algo y... - No sabía si seguir o parar, parecía una loca hablando tan rápido, sentía que mi cara estaba como un tomate.
- ¿Estas bien? – Me preguntó este con una sonrisa burlona.
- Claro, ¿Por qué no lo estaría? – Respondí a su respuesta con cara de fastidio al ver que él sabía lo que estaba pensando.
- No sé, estas muy roja – Al terminar sonrió y me guiño el ojo, odiaba cuando se ponía de esta manera, se notaba que le encantaba que las mujeres babearan por él, pero yo iba a ser la excepción, no iba a dejar que su ego creciera más y más.
- Solo quería saber si quieres ir por algo de comer o no, pero veo que no tienes hambre, así que nos vemos al rato. – Dije con un poco de rudeza en mi voz mientras me daba la vuelta dispuesta a irme.
- Espera, yo te acompaño – Dijo mientras me agarraba de la mano.
- No te preocupes, no necesito de compañía. – Trate de soltarme de su agarre, pero fue en vano.
- Pues si voy no es por hacerte compañía, no es esa mi intención, no te creas. – Su comentario sonó tan engreído. – Ya que preguntaste si tengo hambre, pues sí, tengo y mucha. – Terminó de decir, mientras me soltaba de la mano.
- Bueno, te espero. – Dije sin ninguna emoción, no quería darle importancia.
Después de un rato, Peter salió de su cuarto, iba con una chaqueta negra que lo hacía lucir muy bien, un jean casual y unas converse negras hermosas.
-Bueno, ya estoy listo – Dijo mientras se acercaba a mí. - ¿A dónde me vas a invitar a comer?
-Que chistoso Peter, no te estoy invitando. – Arquee los ojos por su absurda pregunta.
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Al despertar.
RomanceSentí una puntada en el pecho, como si me clavaran una navaja, ya no podía respirar y en mi interior quería que todo fuese un sueño.