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Tres; wRecked


My mind is a place that I can't escape your ghost
...
I'm a wreck
They say that the time will heal it, the pain will go away
But everything, it reminds me of you and it comes in waves
Way you laugh when your shoulders shook
The time you took to teach me all that you had taught
Wrecked– Imagine Dragons





La casa de Jungkook era el punto de reunión desde que adquirió la propiedad, y comenzando su trabajo en el consorcio de sus padres pudo tener un aval que requería. Esto para hacer de su patrimonio, uno del que ya estaba decidido a un año de tener una relación con Park Hina.

Porque no tenía dudas, y ahora, le haría saber su decisión a su familia. Sus padres por supuesto que estaban más que gustosos con la noticia, tanto que la madre de Jungkook lo acompañó a elegir ese precioso anillo que guardaba con añoranza el joven. Ahora, sólo faltaba comunicársela a ella y a sus hermanos.

—Yo... quiero hablarles sobre algo.

Dijo él. Taehyung frunció el ceño, notando el nerviosismo en su amigo de tantos años.

—Pero hasta que Jimin llegue no lo haré —rió un poco, amenizando el ambiente. Hina estaba sentada a su lado, con ambas piernas encogidas, el brazo de Jeon sobre estas. Mantenía la cabeza recargada en el respaldo, esperando que sus hermanos se fueran de ahí para poder disfrutar de su sexy novio.

—Su terapia terminó hace quince minutos —anunció Namjoon, quien paseaba por el comedor. Si bien era el punto de reunión para cualquier eventualidad a la que quisieran ir como grupo de amigos, era el único que no lo conocía—. Livier dijo que estarían aquí en veinte más.

Calculó observando su reloj. Ese que le fue obsequiado por la misma chica que ahora esperaba impaciente ese anuncio tan importante. No lo imaginaba, en absoluto.

El timbre sonó, y los nervios de Jeon se intensificaron, pero cuando Namjoon abrió la puerta ofreciéndose, sólo se encontraba Lucas junto a Kerr con algunas bolsas con papitas que los jóvenes habían encargado. Su trabajo consistía en cuidarlos, pero también en comprar sus chucherías.

— ¡Yo pedí una paleta de hielo! —grita Jin desde su asiento en la cómoda sala blanca. Esa que Jeon había elegido con consejos de su madre. Y la que había estrenado con su novia, la misma noche que se mudó.

Alcanzando la paleta, Lucas pasó también las papas que Hina pidió, y pateó sin querer el pie tembloroso de Jungkook, quien apenas escuchó su disculpa. Entonces, Hina y Lucas se dedicaron una mirada confundida.

— ¿Le diste a Moon lo suyo? —pregunta Jin, pasándole la basura a su hermano menor para que la tirara. Taehyung la toma de mala gana, ahora llevándose a la cocina la de todos.

Kerr asintió—. Paleta de fresa entregada.

Le sonríe, ocupando el lugar de su jefe, a lado de Lucas. Todos parecían estar más familiarizados con el hogar de Jeon Jungkook, menos Namjoon. Seguía dando vueltas, probó casi todas las sillas, sentándose en ellas, y observó con detalle los arreglos que el joven novio de su hermana hizo en la casa.

Parecía ser la mejor opción que ella tenía para un futuro, él pensaba, y aunque quisiera que ambos tuvieran una mejor idea de la responsabilidad, como él, estaba seguro que si algún día ellos decidían estar juntos, lo harían bien.

Transcurrido el tiempo, entre muchas bromas y comentarios hacia Taehyung sobre su reciente nota aprobatoria con excelencia; con un rumor latente sobre si él había comprado esa calificación en una materia imposible. Jimin llegó interrumpiendo ese ambiente ameno, en cuanto entró a la casa, el aura negra sobre su cuerpo los transmitió de esa sensación extraña.

𝒔𝒊𝒓𝒆𝒏𝒔 » 𝐛𝐭𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora