𝒔𝒊𝒓𝒆𝒏𝒔 » 𝐛𝐭𝐬

E

Cuatro; E

La mente joven puede ser manipulada hasta el punto de quebrarla.

Sometimes, I get a little bit scared at night
I get a little preoccupied
The sirens in my mind
I just wanna be good again
I wanna make it to the end
...
I feel everything, I
Drop, drop way down to the bottom
Boy with a heart of gold
Sirens – Imagine Dragons

Jimin mantenía la vista al frente, desapareciendo cada obstáculo que en esta se presentara. Cada persona que caminaba a su alrededor. Sus manos temblaban, pero él no lo sentía, sólo permanecía sentado ahí. Sin parpadeos, o algún movimiento; su respiración era calmada, tanto que su pecho apenas se movía cuando tomaba aire.

Él sólo podía mirar una imagen dentro de su cabeza, esa que se repetía una y otra vez cada segundo del día. El trance en el que entró difícilmente desaparecería; aún hablándole directamente, aún cuando él respondiera esas preguntas hechas por simple inercia.

Su cuerpo estaba ahí, pero él se había ido en el disparo.

No sentía hambre, no tenía sed, el bañarse no era una opción, una que ni si quiera era negada como la comida al frente. A veces se sentaba en el comedor por simple acompañamiento a sus hermanos, unos hermanos que ingerían sus alimentos en silencio; y si alguno hablaba, rápidamente callaba. La mirada siempre en el rubio delgado que con forme los días pasaban parecía moverse más, cobrar la agilidad en sus acciones.

Pero Jimin no lo notaba; la impulsividad por salir de ahí comenzaba a nacer. Y con ello sus ganas de caminar por toda la casa, o las calles. Ver dónde le deparaba el destino, querer encontrar ese algo que le fue robado hacía una semana.

Nunca volvería a tenerlo.

Apenas reaccionó cuando Livier llegó a su lado; ella le hacía preguntas, un tanto más profesionales que un simple cómo estás por parte de sus hermanos menores. Y más que esa mirada preocupada por parte de Kim Namjoon.

Él no lo vio llorar, mucho menos a sus hermanos. Él no podía distinguir si estaban tristes aún, o si sólo comenzaban a superar una perdida mayor.

El regreso a sus clases fue tranquilo, nadie se acercaba a más de tres metros de él cuando caminaba por el campus. Era ahuyentado por su mismo aspecto; e incluso Livier comenzó a fulminarlos con la mirada si los escuchaba hablar cerca de él. Creyendo que era un raro, un joven perdido, alguien que sólo vivía sin motivo alguno.

Y sentían pena por él.

Eso la molestó; nadie sabía lo que podía estar viviendo dentro de sí. Ni si quiera ella a ciencia cierta, podía entender que se encontraba en un estado deplorable; sin embargo, no sabía cómo se sentía. Su trabajo era cuidar de él, y hacerlo sobrellevarlo, si la necesitaba para hablar ella estaría ahí, si quería huir ella lo llevaría lejos.

¿Y si quería morir?

El pudo sonreír otra vez, una vez cualquiera cuando escuchó a su compañero de cuarto ser sugerente hacia su custodia; esa joven seria que no se sonrojaba fácilmente y que desde que llegó a la habitación de Jimin no se salvó de los comentarios de Yoongi.