5-UNA CONEXIÓN INESPERADA

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—¿A dónde vas? —cuestionó Ayanga mientras seguía a paso rápido a su amigo

—Necesito saber por qué Zhan no llegó a la escuela —instó Wang Yibo empujando a algunos de sus compañeros para salir por la puerta principal de la escuela.

—Tal vez está enfermo, o sólo faltó.

—¿Hablas enserio? —gruñó girando hacia él—. ¡Hay un asesino que disfruta de torturar a estudiantes varones! Van cuatro cadáveres, y escuché en el receso que el amigo de Wen Han tampoco llegó a la escuela. Tengo un mal presentimiento y necesito saber que Zhan-ge está bien. ¡Puedes venir conmigo para ayudarme, o hacerte a un lado y no estorbar!

—¡Chicos ya basta! ¡No peleen! —intervino Ziyi al ver al castaño rojo de enojo

—Bien, quieres ir a verlo, te acompañaré —señaló Ayanga—. ¡Pero después de comprobarlo regresas con nosotros hasta tu casa! ¿Qué no te das cuenta de que esta es la hora en la que los policías advirtieron que debían ir a sus casas! ¡No puedes solo arriesgarte así! ¡Piensa en tus padres también,y en tu propia seguridad!

—¿De que están hablando? —pestañeó Ziyi aturdida—¿Algo le pasó a Zhan? ¿A dónde van?

—No podré acompañarte a tu casa hoy —le dijo Ayanga a la muchacha—. Iremos a ver  por qué Zhan faltó a la escuela, si quieres venir te llevaremos después a tu casa, o aprovecha que las calles están llenas para ir de una vez.

—Yo debo ver el almuerzo de mi abuela... —murmuró Ziyi—. Espero que encuentren a Zhan y esté bien. Si necesitan algo, llámenme.

Wang Yibo asintió y empezó a caminar a paso rápido, siendo seguido por su mejor amigo que observaba si había algo extraño a su alrededor.

Tal vez estaba siendo paranoico y realmente solo estaba enfermo. Conocía la casa de Zhan por otros trabajos anteriores, además de que el profesor había insistido en qué todos supieran la dirección y número de sus compañeros, no quería admitirlo, pero era una buena idea.

Xiao Zhan no respondía al celular, así que la única opción era ir a su casa para ver que estubiera bien. Sabía que el grupo del azabache estaba jugando a los detectives, y tal vez el que el amigo de Wen Han, que creían sería otro objetivo, no llegara a clase, estaba relacionado con su conejito.

Metros más cerca de la casa de Xiao Zhan, Wang Yibo vio justamente al grupo del azabache corriendo en dirección a la casa, así que aceleró el paso para alcanzarlos, al parecer no era el único preocupado.

—¡Esperen! —el castaño tocó el hombro de Yubin para llamar su atención.

—¿Yibo?

—¿Saben algo de Zhan? No responde al celular

—No lo sabemos, por eso vinimos a buscarlo —dijo Mianmian

—¡Rápido, vamos! —gruñó Yue Yang

Los cinco muchachos llegaron a la casa de Xiao Zhan, pero se detuvieron al ver que sus padres estaban hablando con dos policías, y la señora Xiao lloraba.

—No, no no no no —se jaló del cabello Yue Yang— ¡Mierda!

—¿Qué le pasó? —murmuró Wang Yibo antes de avanzar hacia ellos.

—Espera, no podemos sólo acercarnos así —lo detuvo Mianmian—. A su padre no le agradaba que fueramos amigos, él era muy controlador con Zhan, aunque Zhan creía que no lo sabíamos.

—No me quedaré aquí sólo mirando—insistió

Ayanga caminó hasta los policías con aparente calma, aunque internamente estaba más que asustado de que uno de sus compañeros fuera otra víctima, pero sabía que no podían llamar la atención, o incluso el asesino los vería como presas.

A TRAVÉS DE TUS OJOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora