2- Mira, Torcer y Abrir

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—Mañana mismo nos mudamos —Aseguró sin una pizca de duda en su tono al mismo tiempo

que la puerta de entrada se abría.

—¿Quién se va a mudar a MI departamento? —la actual inquilina hacía acto de presencia.

Samantha y la vendedora giraron su cabeza inmediatamente hacia la voz que habían

escuchado, de hecho la chica lo hizo tan rápido que le quedó doliendo el cuello, que disimuló él

dolor transformando la mueca en una sutil sonrisa.

Pero al contrario de las otras dos, Lena giró lentamente y con la suma tranquilidad que la

caracterizaba. No temblaba a la hora de hacer negocios por sumas gigantes, menos lo iba a

hacer a la hora de sacar a patadas al desagradable ocupante de SU departamento... O al

menos eso creía, porque el temblor, que digo temblor, el terremoto, que te digo terremoto, él

tsunami, que recorrió todo su cuerpo, apenas sus ojos encontraron el cuerpo y rostro de la

inquilina, tiró por la borda la tranquilidad y templanza anterior. En tan solo dos segundos, ese

pequeño cuerpo blanco que se había quedado estancado en la puerta de entrada, había

logrado hacerle sentir lo que en sus 24 años de vida había sentido. Con tan solo una mirada, la

rubia que tenía a tan solo 18 pasos, calculó Lena rápidamente, había hecho que la empresaria

se sintiera desnuda como Dios la trajo al mundo.

—¿Se puede saber qué carajo eres? —La voz de Samantha sacó a las tres mujeres de sus

distintos pensamientos —¿Tuviste una cita con Chris Brown o algo así? —preguntó nuevamente la chica que claramente se había centrado en los moretones, rasguños y pequeñas cortaduras que ocupaban la mayor superficie del rostro de la rubia, aunque las lastimaduras no eran recientes, le daban un aspecto tétrico a su cara.

—Ella es Kara Zor-El, es quien vive aquí —Antes de que la inquilina pudiera contestar, la

señorita agente inmobiliaria, apresuró las presentaciones para tratar de alivianar el momento –

Señorita Zor-El, ¿se encuentra bien? —preguntó haciendo varios pasos hacia la rubia.

Apenas vio que la vendedora caminó varios pasos hacia ella, la inquilina retrocedió

rápidamente, alejándose de cualquier inquisición. La pared hizo que no pudiera retroceder más

y agradeció que la mujer hubiera detenido su avance al notar su incomodidad —¿Por qué están en mi casa? —volvió a preguntar a ninguna en particular.

Era lo único que iba a decir Kara, para después descansar contra la pared, esperando que

alguna de las otras mujeres le explicará por qué estaban allí mientras ella se dedicaba a

inspeccionarlas desde su lugar. Cuando se topó con la mirada evaluadora de Lena decidió que

era mejor mantener la cabeza abajo, sus ojos contaban demasiadas, ella misma quería

recordar. En cambio, la pelinegra acortó la distancia un poco sin sacar la mirada de la otra

muchacha, no porque no quisiera, simplemente, no podía.

—Señorita Zor-El —la vendedora carraspeó antes de seguir hablando —tengo entendido que usted le informó a mi jefe que no tenía problemas en tener compañeros de departamento —le dijo

No Soy Para Ti (Adaptación Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora