7- ¿Tú Cuarto O El Mío?

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Mismo día a la noche —En el departamento

—¡Mierda! —era la única forma de expresarse que tenía Lena cada vez que miraba el reloj. Ya eran la una de la madrugada y no había indicios de que Kara pisara el departamento. Apenas pasó la puerta del estudio de tatuajes, salió decidida a esperar a que la chica llegara a su departamento y hacerle las miles y miles de preguntas que tenía dándole vueltas en la cabeza desde que la conoció. Pero esperar a Kara no estaba siendo nada fácil.

La tarde entera había sido un suplicio. Primero fue Samantha quejándose por todo, desde la poca presión que Lena había puesto sobre Kara acerca del tatuaje, hasta de como Alex le había dado el teléfono a ese "barbudo seguramente recientemente salido de la cárcel", según palabras de la misma chica. Por supuesto que esto desató una pelea entre ambas chicas dejando nuevamente a Winn, que aún seguía un poco agitado por el susto que le pegó Kara, y a la misma Lena entre medio de ellas nuevamente. Y por supuesto que después de eso todo siguió con Alexandra yéndose a dormir al departamento de Winn y con Samantha yendo a algún bar de mala muerte a buscar a cualquier chica con la que pudiera pasar la noche. Objetivo que su amiga cumplió a la perfección, porque horas más tardes, cuando Lena estaba empezando a leer un libro que le ayudará a pasar más rápido el tiempo, su amiga cayó con una pelirroja ebria que fue a parar derecho a la habitación de su socia. La pelea de Alex y Samantha fue el único momento en que Lena no quiso ver que Kara aparecía por la puerta, si llegaba a ver la dramática forma en que Alexandra lloraba y la exagerada forma en que Samantha la trataba, la empresaria estaba segura que se quedaba sin su socia. No conocía a Kara , pero por la forma en que se había preocupado por la bailarina, Lena dedujo que la rubia tenía un lado protector muy desarrollado.

Otra de las cosas que Lena optó por hacer ese día con vistas a que el tiempo fuera más rápido, fue llamar a sus padres. Ella venía de una familia muy unida y donde el respeto, cariño y comunicación nunca habían faltado, por eso tanto sus padres, su hermana o ella, se encargaban de hablar a diario y de decirse cuanto se extrañaban.

La conversación con su padre fue desde campeonatos de golf, a obligar a que Lena le prometiera que los iba a visitar, a cuánto extrañaban a Lena en Metrópolis, a recordarle cuanto Lionel detestaba al vago de su novio, hasta los negocios de Lena en National City. Por su parte Lillian, su madre, le contó acerca de cada preparativo que la pareja estaba llevando a cabo para el aniversario de sus bodas de plata, le chismeó acerca de su vecino y la manía del hombre de mirar a su madre mientras esta toma sol en la pileta, despotricó también en contra de su novio y finalmente, para sorpresa de Lena, le preguntó por Kara.

Ahora bien, estos dos últimos temas consultados por cada uno de sus padres, eran dos mundos distintos para Lena. Mientras que en los negocios la pelinegra se movía como un pez en el agua, con Kara parecía el padre de Nemo entre las anémonas, sabía que si hacía un paso en falso se podía quemar o algo parecido. Lena tenía un talento natural para los negocios, ya desde chica lograba que el estúpido vecinito de la casa donde creció, le cambiara el delicioso helado de dulce de leche cubierto en chocolate por su sana manzana, para ella era simple y todo le resultaba a su favor. Con la rubia era distinto, con Kara sentía que perdía cada vez que hacía un intento para acercarse a ella. Con la tatuadora Lena sentía que era la última en ser reconocida, Kara no parecía tener la misma debilidad que ella sentía por la rubia... En

fin, todo el mundo de Kara le era desconocido y eso la frustraba cada vez más. Por eso después de que se encargó de contarle a su madre la poca información que tenía, estuvo más decidida que nunca a quedarse hasta la hora que sea a enfrentar a la rubia, su madre le había hecho ver cosas que quizás a ella se le estaban pasando y por eso ahora estaba recostada en el sillón, con uno de sus libros preferidos y cada vez que miraba el reloj y volvía a insultar —¿Cuándo llegarás Zor...?.

No Soy Para Ti (Adaptación Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora