•
Había muy pocas casi nulas ocasiones en las cuales Mitsuki había perdido el control sobre su lado alfa, desde que se presentó como uno a los 9 años había sido un alfa bastante tranquilo, aquello le causó burlas de parte de muchos, pero con sinceridad a él no le importaba lo que los demás pensaran de él al fin y al cabo no eran nadie en su vida, estaba acostumbrado a que lo tacharan de raro o blando por ser como era, su llegada a Konoha no cambió aquello.
Él sabía a lo que iba pues su único objetivo era encontrar y acercarse a su sol, ser cercano a él fue difícil para Mitsuki, iba aprendiendo sobre la marcha de forma lenta pero segura, siendo que no sabía nada sobre emociones fue un proceso largo pero no menos gratificante para él, desde aprender sobre la empatía hasta el miedo o la felicidad.
Aprender todo eso y estar cerca de su sol era lo mejor para él, poco a poco fue descubriéndose a si mismo y estuvo en constante cambio, quererse y verse a si mismo queriendo vivir no sólo por Boruto sino también por si mismo era un cambio que apreciaba mucho, su sol estuvo a su lado en cada paso del camino. Desde la primera vez que vio la foto de Boruto supo que era especial, al conocerlo solo término de confirmarlo, Boruto era como una hermosa tarde soleada donde las nubes pasaban tranquilamente bajo un hermoso cielo azul mientras los rayos del sol iluminaban la ciudad, donde se podía respirar el aire fresco, Boruto era la encarnación de un día perfecto de verano, Orochimaru siempre le recordaba que acercarse mucho al sol podría quemarlo pero con sinceridad Mitsuki moriría feliz si podía estar al lado del sol hasta el último de sus latidos, el pequeño rubio bien lo valía y siempre lo valdría. Había dejado de tener a Boruto en un pedestal y mientras más lo conocía más entendía que Boruto era un ser humano como cualquier otro, con sus errores y sus defectos, y aún así eso no impidió que se enamorara irremediablemente de él, Boruto despertó en él sentimientos que tardó en terminar de comprender, pero al estar cerca de su sol pudo entender que lo que sentía no era más que amor, amaba como Boruto era tan alegre y optimista, amaba la pasión con la que protegía a sus seres queridos, amaba la amabilidad que demostraba con su mamá y su hermana, amaba que cuando se equivocaba no temia pedir perdón y crecer como persona, amaba sobre todo la sonrisas que le regalaba a él en particular. Al principio fue merecedor de sonrisas hermosas que estaban reservadas para sus amigos, conforme paso el tiempo esa sonrisa se transformó en una que guardaba especialmente para su familia y al final estaba la sonrisa que siempre guardaba para él, esa sonrisa donde Boruto se sonrojaba sutilmente y sonreía todo dientes y ojos cerrados, Mitsuki quería que esa sonrisa fuera lo primero que viera al despertar y lo último que viera al dormir.
Dio gracias al cielo cuando Boruto correspondió sus sentimientos, Mitsuki jamás oculto sus intenciones del omega, desde el principio fue él y siempre sería él su primero y último, tardo que Boruto se diera cuenta por si mismo de sus sentimientos y estaba bien, Mitsuki no tenía prisa y jamás precionaria a su sol, por lo cual espero pacientemente hasta que pudo llamar a Boruto suyo. Ser novio de su sol fue hermoso, pero también complicado, si bien siempre había tenido control sobre sus instintos como alfa, con Boruto parecía que esto simplemente desaparecía, desde que lo conoció tuvo la inmensa necesidad de protegerlo y guardarlo de los daños del mundo, sin embargo se controlo se dijo a si mismo que Boruto era capaz de protegerse a si mismo, y pese a ello Boruto tenía la manía de ponerse en peligro sin importarle las consecuencias y el alfa interior de Mitsuki arañaba en su interior por tomar Boruto y esconderlo de cualquiera que pudiera hacerle daño.