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Había pocas cosas en las cuales Boruto se contenía, sus instintos era uno de ellos, si bien no le importaba proteger y defender a sus seres queridos, con el tiempo había aprendido a controlar sus instintos como omega; desde pequeño sus instintos omega estuvieron muy alerta. Cuando nació Himawari sus instintos se habían intensificado con el propósito de proteger a su hermanita, siempre estaba pendiente de ella viendo que nada le pasará además de ayudar a su madre a cambiarla y darle de comer sin que nadie se lo pidiera, con su padre había desarrollado un gran apego hacia él ya que se había acostumbrado a pasar mucho tiempo con él, jugando o practicando o simplemente durmiendo la siesta juntos, cuándo Naruto se volvió Hokage eso había cambiado de la noche a la mañana, no pudo asimilarlo con tiempo y sus hormonas omega se alborotaron por el cambio repentino teniendo como resultado un pequeño resentimiento con su padre, que si bien lo habían resuelto aún recordaba. Para Boruto sus instintos eran parte de él y no lo escondía.
Era por ello que no le extraño que al enamorarse de Mitsuki sus instintos se intensificarán, siempre había sido muy posesivo con sus seres queridos, eso era un rasgo distintivo de él, pero con su lunita sus celos podían volverse peligrosos; no le gustaba cuando Mitsuki era el centro de atención de las personas, más cuando sabia que muchos estaban detrás de él como omegas en celo, cada que alguna persona se acercaba a Mitsuki con segundas intenciones su lobo arañaba su interior para que defendiera lo que era suyo, aunque en ese tiempo aún no era suyo.
No fue hasta meses después que decidió confesarle sus sentimientos a Mitsuki y se vio gratamente correspondido, llevaban una relación sana y llena de amor y comunicación, Boruto intentaba controlar sus instintos por el bien de su relación, pensaba que si demostraba cuan posesivo podía ser Mitsuki lo dejaría y eso era algo que no quería que pasará, así que simplemente perfumaba a su amado hasta el cansancio, podían pasar horas perfumandose el uno al otro y el estaría feliz, los momentos que más amaba era cuando Mitsuki y él iban a su departamento para una sesión de besos o hacer el amor, esto último lo dejaba en las nubes pues su aroma y el del alfa se mezclaba y duraba dos semanas en su piel, su omega se acicalaba por ello. No podía esperar a que Mitsuki lo marcara como suyo, aveces imaginaba como Mitsuki lo follaria hasta el olvido para luego morder su glándula de olor dejándole marca permanente mientras su nudo se expandía en su interior. La sola idea hacia que Boruto se corriera sin necesidad de más, ansiaba poder morder a Mitsuki también para que todos vieran que su pálido amigo era suyo y de nadie más.
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Boruto tenía la mente confusa, recordaba estar con Mitsuki en una de sus citas semanales cuando un hermoso omega se había acercado a ellos, recordaba como el omega solo se dirigió a Mitsuki diciéndole que era uno de sus admiradores y que quería un autógrafo, recordaba la incomodidad de su novio porque nunca se había acostumbrado a la atención romántica de las personas, recordaba haberlo animado para firmar un autógrafo al omega para que los dejará en paz, el chico en cuestión se había acercado más de lo debido a Mitsuki y luego vio rojo cuando ese omega había aprovechado la cercanía para robarle un beso a su novio, y en su cara.
