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Otra vez volvimos con las clases de defensa en la sala secreta, pero en esta clase en especial practicábamos como aparecer nuestro Patronus. Era muy divertido ya que todos teníamos un Patronus diferente, en mi caso pude ver que era un gran escorpión negro con la cola muy larga.
Todos tenían algo adorable o muy lindo pero el mío solo daba miedo pero tenía que aceptar que no a todos les tocaba lo mismo.
En ese momento comencé a ver a Harry y a Hermione hablando por lo bajo, se que estaba mal meterme en conversaciones ajenas pero sentía que esto era de mi incumbencia así que en ese momento cerré los ojos y traté de que sus voces lleguen a mi.

Harry: Deja de pensar así, ¿Podrías confiar en ella de una vez por todas?

Hermione: Cada uno tiene su perspectiva y la mía no es muy buena.

Al abrir los ojos sabía que estaban hablando de mi, eso me dejo totalmente devastada ya que aunque lo intente Hermione sigue desconfiando en mi, hice de todo para ganarme su confianza al igual que con Harry pero aún así no me quiere cerca. No importa lo que haga, no importa lo que diga, la gente siempre me juzga por mi apellido.

Fuera de eso estábamos tan concentrados en la práctica hasta que empezamos a sentir un gran temblor en esa misma sala que hasta el candelabro en el medio comenzó a mecerse, nadie entendía absolutamente nada que comenzaron a verse las caras unos a otros.
El temblor se hizo muy notorio hasta que un espejo que estaba ahí se rompió sin explicación alguna dejando trozos de vidrio por todo el suelo y en medio del espejo roto se encontraba un pequeño agujero dejando ver el otro extremo.

Harry se acercó primero para ver cuál era el problema.

- Le pondré fin a todo esto. - se logró escuchar una voz del otro extremo del muro. - Bombarda Máxima.

Harry salto rápidamente al ver que el muro había estallado por completo dejando de ver a la profesora Dolores y otros estudiantes.

Por favor que no sea él, por favor que no sea él. - es lo único que repetía mi cabeza.
Hasta que finalmente pude ver a Draco mientras sostenía a Cho fuertemente.

- Esto es mi culpa. - susurré. Y Hermione volteo a verme con una expresión muy enojada dándome a entender que escucho lo que acababa de decir.

Dolores: ¡Agarrenlos!

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Luego de eso no pudimos escapar, todos los estudiantes nos encontrábamos bajo las reglas de la nueva directora Dolores Umbridge ya que el director Dumbledore había escapado por negarse a ir a Azkaban, todo esto me enteré minutos después de que Harry tuviera una charla intensa con el Ministerio y Dumbledore.
Lo que si sentía en ese momento era culpa y dolor, culpa al saber que yo fui la que le di la idea a Draco de hablar con Cho, y dolor al saber que otra vez ese maldito castigo me estaba lastimando la mano.

"Defiendete.."

Esa susurro en mi oído me hizo sobresaltar al instante, pensé que solo podía escucharlo en mis sueños.

"No dejes que te hagan eso."

- ¿Que? ¿Quien habla? - dije en voz alta y todas las miradas se pusieron en mi.

- ¿Ocurre algo soñorita Riddle? - preguntó Dolores de cabeza.

- Nada...

- Entonces cállese y escriba. - dijo dándole un sorbo a su té.

Al terminar el castigo todos salimos de la sala y veía muchas caras largas, obvio a nadie le gusta ser torturado de esa manera pero era el castigo que debíamos cumplir por romper las reglas. Al salir pude ver a Cho pero todos la evitaban hasta el mismo Harry, el chico que no paraba de hablar de ella evitaba hablarle, la culpa empezó a consumirme otra vez y me acerque a ella.

The RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora