Capítulo 19

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Capitulo 19

Shen Yuan se ha mantenido algo pensativo, desde que regreso al pico, después del regaño de su hermana marcial, se retiró con su grupo de discípulos los cuales le siguieron observando.

Él se desconectó del universo y de lo que sucedía a su alrededor cuando la palabra "enamorado" salieron de ambos labios de las dos mujeres quienes estaban explicando el porqué de esa planta carnívora no pudo actuar sobre él.

Si bien se perdió parte de la conversación por irse a cambiar, debe agradecer que sus pequeños tuvieran sus otras túnicas listas para usar.

Sus dedos tamborilean el escritorio, al querer pensar quien es la afortunada jovencita que le robo el corazón, ha intentado recapitular la todas las interacciones que ha tenido a lo largo de su transmigración.

Las únicas con las que ha entablado relaciones, es con sus hermanas marciales, la cultivadora errante y las mujeres del burdel la cual frecuenta, ya que es parte de una misión permanente.

Por más que lo piensa no llega a nada, puede que ser alguna doncella X o Y, de alguna misión a la cual acudió.

Si es así, solo le queda rememorar un poco más.

Hasta que su vista se posa en sus pequeños, tan guapos como siempre, lo cuales en esos momentos están mostrando las poses a realizar con las espadas.

Como esos labios forman una sonrisa, sus manos sujetan con fuerza la espada, como el cuerpo se mueve con una elegancia.

Donde esos ojos parecen brillar de entusiasmo.

Sin darse cuenta a contenido el aire en sus pulmones al verlos, su mano se dirige a su abanico que reposa en la mesa, para tomarlo, comenzando un movimiento, arriba y abajo.

Sigue observando esas poses, esos cabellos que se mecen, esas mejillas teñidas de rojo de seguro por el calor de la tarde y ese sudor que se desliza por sus frentes.

Shen Yuan ha tragado saliva, con la boca entreabierta, su mente intenta conjurar recuerdos de las doncellas que ha conocido, lo único que está en su mente son sus dos discípulos tan serviciales.

Tan apuestos, hasta que el rubor sube a su rostro al ser visto por los dos y estos le regalen una sonrisa que no puede descifrar.

Un jadeo sale de sus labios, levantándose de golpe, para trastabillar con su mesita, necesita ir por té a la cocina.

Para los dos Binghes, es una diversión latente desde que regresaron de la misión, descubriendo que su Shizun no cayó en los encantos de esa asquerosa demonio, todo por estar enamorado.

Se sienten plenos al saber que ellos son esa razón, lo que les divierte más es como su Shizun les observa.

Ellos se pavonean más de lo debido cuando su Shizun los mira, sonríen e intentan coquetear con él.

Logrando que se aleje de ellos con el rostro rojo y torpeza al huir.

No pueden estar más extasiados por los resultados.

Eso no quita el hecho de hacer lo que dijeron antes de ir a la misión.

Quieren estar seguros que Shizun los escoge a los dos y no solo a uno, por mucho que Bingge esté seguro, Bing-mei quiere tener sus reservas y con la esperanza como último recurso.

Los dos en un acuerdo tácito, han practicado sus mejores poses y ataques antes de pedirle a su Shizun que les observe.

Al verlo irse, ellos terminan las practicas con sus Shidis, los cuales agradecen, partiendo a sus habitaciones con grandes sonrisas en sus labios.

Un cambio de historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora