Capítulo 23

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Hola ¿Cómo están? Espero de maravilla, mucho éxito que se lo merecen, en sus trabajos, tareas, proyectos, clases, ustedes pueden.

Agradeciendo a todos los que votan, comentan, se lo llevan a sus bibliotecas, muchas gracias.

También agradeciendo por esperar pacientes las actualizaciones ya que mi herramienta de trabajo la estoy prestando, así que tengo poco tiempo para usarla, pero no dejare de actualizar las dos historias.

Voy a empezar a corregir la historia ya que me di cuenta que tengo faltas de ortografía y otros errores, pero como lo he hecho con la otra historia si ven alguna inconsistencia, es por que no deseo perder sus bonitos comentarios. :D

Ya vieron el arte oficial del 4 volumen de SAVE estoy feliz, esta tan hermoso y lo de la boda ufff preciosidad.

Aunque me hubiese gustado que saliera cuando Binghe es un niño chiquito.

Sin más que decir disfruten la lectura.

Disculpen las faltas de ortografía sin querer se me van.

Capítulo 23

Bingge y Bing-mei se pusieron de acuerdo en regresar antes de tiempo, para no dejar solo a su Shizun, esa mirada de tristeza ha logrado que se pongan manos a la obra e investigaran todo lo más pronto posible.

Montando los caballos y dejarlos descansar lo necesario para no cansarlos hasta la muerte, llegaron al pueblo que necesitaban su ayuda.

Ambos son recibidos por al gobernante del pueblo, recibiéndolo con los brazos abiertos y una sonrisa satisfactoria al ver dos prominentes cultivadores, espera lograr que alguna de sus hijas logre engatusarlos y casarlas.

Saben que son un buen prospecto.

—bienvenidos—declara el señor del pueblo quien se mantiene sentado en su silla, mientras que sus cuatro hijas observan tan atractivos jóvenes.

Bingge comprende lo que desea el anciano, sin embargo, su corazón ya le pertenece a otra persona, un cultivador de gran poder y bondad ilimitada.

— este señor agradece la llegada de tan importantes cultivadores, mis cultivos han estado peligrando por unos días, temo que puedan perderse las cosechas y quedar en la quiebra— se lamenta el señor, mientras sus hijas se acercan a servir té, mientras pestañean con coquetería a ellos.

BIng-mei niega con educación, sabe más o menos lo que quieren, pero no puede aceptar a otra persona que no sea su shizun.

No puede imaginarse una vida sin él.

Bingge por su parte, puede ver cada monería que hacen las mujeres, intentando en vano llamar su atención.

Chasquea la lengua en disgusto.

—nos podría mostrar sus cultivos, así podremos verificar que se trata de un demonio— explica Bingge quien se ha puesto de pie.

Le sigue su hermano.

Las cuatro mujeres tuercen el gesto al no llamar la atención de los dos cultivadores.

Su padre asiente turbado, sus hijas son unas bellezas, deberían verlas con interés, acaso no son lo suficientemente atractivas.

Espera que puedan quedarse un poco más para poder mostrarle a estos jóvenes cultivadores que sus pequeñas son una excelente opción para matrimonio.

—si, si, lo llevare al lugar. — dice el padre de las doncellas, encaminándolos a la salida.

Las cuatro se quedan de pie cuando desaparecen de su vista.

Un cambio de historiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora