Son las 6 de la tarde. Evelyn Maurie se levanta del sillón, donde tapada con una cobija de polar color salmón disfruta, por enésima vez, de "Lo que el viento se llevó". Está sonando el teléfono en el comedor. Es domingo "debe ser, Milena"_ piensa. Ella es profesora del Liceo Municipal de ciudad de Getel, desde hace diez años, e investigadora aficionada. Separada y con una hija estudiando en la Universidad, vive sola en una pequeña cabaña a orillas del gran Lago Getel, desde donde se puede ver el imponente volcán del mismo nombre. Antes de cumplir los 40 años, decidió que no habría más cumpleaños para ella, su jovialidad y energía, son sus mayores características.
- Aló - habló inmediatamente tras levantar el auricular.
- Buenas tardes... disculpe que la moleste a esta hora, profesora... pero tenemos un caso que quizás le interese - se escuchó una voz joven y titubeante - ya que...
- Dígame Javier, espero que sea bueno... _ le interrumpió. Continuó escuchando, de vez en cuando giraba la cabeza, asistía, luego negaba, impaciente esperó a que terminara.
- Bien, iré inmediatamente - colgó a toda prisa. Cogió el abrigo, una bufanda, su bolso y abrió las cerraduras de la puerta principal. Calzó sus bototos de montaña que estaban junto a la puerta, con dedos temblorosos colocó la llave y cerró. Cruzó la calzada donde había estacionado su camioneta Roja 4x4, con neblineros en el techo. Echó andar el motor, giró y se perdió tras la esquina.
Evelyn Maurie no sabía con qué se iba a encontrar. Era solo un caso más, entre los cientos, que se apilaban en su escritorio, desde aquel que la había hecho famosa. Tenía que saber más, dentro de su pecho latía el corazón de una madre, que aunque no se jactara de ser un ejemplo, daría su vida por la de su hija.
En la calle hacía frío, "es viento puelche... mala señal..." pensó al bajarse de la camioneta frente al edificio de madera de dos pisos, el más moderno del pueblo, donde estaba la Policía de Investigaciones.
-Buenas tardes, sra Evelyn - saludó la recepcionista, pasándole un sobre con su nombre y la palabra "URGENTE" atravesado y subrayado. Lo tomó y observó, la letra le pareció familiar. No había remitente. Miró a su alrededor buscando con que abrirlo, pero no encontró su abrecartas, así que rasgó el borde, cuidándose de no romper la nota del interior.
Angostura, martes 13 de Julio de 1993
Estimada Sra. Evelyn M.:
Le escribo con gran angustia. Mi hija Elena ha desaparecido. Salió el domingo y no la hemos vuelto a ver. Iba a quedar con su amiga, aquí cerca, pero nunca llegó. Avisamos a la policía y con la comunidad la hemos buscado y nada. Por favor, le pido que nos ayude a investigar. Sé que no es su trabajo, pero no sé a quién más recurrir para que las autoridades nos ayuden a buscar a nuestra hija.
Atte
Sonia Pineda.
Había pasado tiempo, pero la recordaba. Se limpió una lágrima que amenazaba salir, y con el profesionalismo que le caracterizaba, salió a la calle.
- Estaré fuera unos días... llamaré! - les dijo antes de cerrar la puerta, más fuerte de lo que acostumbraba.
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Bajo el manto blanco de la noche [En Curso]
Misterio / SuspensoEn el lugar más aislado y seguro, una joven ha desaparecido. Todos participan de su búsqueda, pero solo ella sabe dónde está y dará las pistas para ser hallada y desenterrar oscuros secretos de sus habitantes. Elena, es una adolescente de 14 años, q...