⁰⁰⁸𝘆𝘂𝗺𝗺𝘆!

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—Buenos días hyung ¿sabes que día es hoy?—dijo Sunoo mientras caminaba detrás del mayor

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—Buenos días hyung ¿sabes que día es hoy?—dijo Sunoo mientras caminaba detrás del mayor.

—No se Sun ¿jueves?—dijo Sunghoon con su voz mañanera, grave y rasposa.

—Hoy es el día de los enamorados tontito. —dijo Sunoo dejando un beso en la comisura de los labios contrarios, soltándose del mayor para avanzar hacia la cocina.

—Yo haré el desayuno ¿que quieres? No, ¿sabes qué? Voy a hacer algo especial, ve a despertar a los demás. —dijo Sunoo sonriendo para luego caminar apresuradamente hacia la cocina.

Sunghoon caminó de nuevo hacia las habitaciones, pasando su lengua por la comisura besada por el menor, saboreando el bálsamo sabor cereza. Ignorando lo bien que se sintieron los labios de Sunoo sobre su piel, se dirigió a las habitaciones, una por una, para despertar a los demás.

Sunoo, por otro lado, se encontraba haciendo un moño con los hilos de tela de su delantal. Tomó un tazón y comenzó a preparar la mezcla de los panqueques, batiendo bien para que no queden grumos. La mezcla ya estaba lista, por lo tanto Sunoo preparó la sartén, encendiendo la hornalla y poniendo un poco de aceite en la sartén. La mezcla alcanzó para hacer tres esponjosos panqueques para cada miembro, los cuales puso en siete platos.

Agitando su cabeza de lado a lado volviendo a lo que estaba haciendo, mientras caminaba hacia la heladera para tomar el frasco de crema batida y el tupper con frutos rojos. Dejó esas dos cosas en la mesa, junto a los ocho platos, y fue por una cuchara, era hora de armar los platos. Con paciencia colocó la crema batida sobre los panqueques, al igual que dibujaba un corazón con los frutos rojos. Sonrió al ver su hermosa creación.

Rápidamente llevó los platos a la mesa junto a los cubiertos, más siete vasos de vidrio. Caminó nuevamente a la heladera y sacó una jarra con jugo de naranja y la llevó a la mesa. Los chicos fueron apareciendo poco a poco, todos ellos con una cara adormilada.

—Muchas gracias Ddeonu. —dijo Sunghoon indicándole al chico que se siente junto a él.

—No hay de que chicos, espero que les guste. —dijo Sunoo dejando el delantal donde siempre lo guardaba y caminando hacia la última silla vacía, la cual estaba junto a Sunghoon. Todos comenzaron a comer, alagando a Sunoo y sus dotes culinarios.

...

El día pasó lento, los chicos habían salido a ver una película, quedando en el departamento Sunghoon y Sunoo solos. El menor se encontraba sentado en el sofá mientras que el mayor estaba en la ducha.

Los cabellos color grises de Sunghoon estaban empapados y su mente divagaba en los recuerdos de ese beso que le dio Sunoo. Amaba los labios del australiano, y ese bálsamo de cereza le encantó. Quería besarlo de nuevo. Lavó rápidamente su cabello y se terminó de duchar en pocos minutos, saliendo de la ducha en busca de una toalla. Había una colgada por lo que la tomó y se la llevó al cabello para secárselo un poco. Olía a Sunoo. Trato de evitar cualquier pensamiento impuro y procuró secarse bien, poniéndose los bóxers y su jean negro. Se lavó los dientes en menos de cinco minutos y salió del baño, dirigiéndose al pequeño lavadero para colgar la toalla. Este estaba al lado de la sala, por lo que sí o si tenía que ver a Sunoo en la sala.

Sunoo no se percató de la presencia de Sunghoon en la habitación, pero se levantó del sofá, dispuesto a irse a su cuarto. Sunghoon notó las acciones del menor y se apresuró hasta llegar al más bajo, abrazándolo por la cintura. Un jadeo de sorpresa se escapó de los labios de Sunoo, quien rápidamente se dio vuelta para ver quién era el que lo abrazaba, encontrándose con un sonriente Sunghoon.

—Hola Hoonie. —dijo Sunoo abrazando el cuello de su mayor.

— ¿Y el hyung?—preguntó Sunghoon alzando una ceja divertido.

—Me dijiste que te diga así cuando estamos solos, ¿o prefieres daddy?—murmuró Sunoo enredando sus dígitos en el pequeño mullet que caía en la nuca del mayor.

—Mejor sigue diciéndome Hoonie. —dijo Park, incomodo por el apodo dado por Sunoo. Le incomodaba mucho que le digan daddy, no había razón, solo se le hacía raro.

—Está bien. —dijo el Sun acercando sus labios a la mejilla del mayor, besándola suavemente.

Su corazón se sentía cálido junto a Sunghoon, se sentía amado. Las caricias que el mayor dejaba en su cuerpo le causaban cosquillas, hacían que riera sinceramente. Se sentía muy bien con Sunghoon. A veces, cuando el mayor lo abrazaba, sentía cosquillitas en el vientre. Sus mejillas se pintaban de rojo cuando lo veía sonreír, y sus días eran mejores cuando recibía el más mínimo mimo por parte de Sunghoon. Ahora, pensándolo mejor, estaba demasiado enamorado como para ser sólo un juego.

Los besos de Sunghoon pasaron por toda su carita, dejando una sensación cálida donde sea que estos besen. Sus pies comenzaron a moverse torpemente, siendo impulsados por el cuerpo de Sunghoon, quien comenzó a caminar hacia su habitación. Amaba estar así con Sunoo.

 Amaba estar así con Sunoo

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