-Doctora, ¿qué es lo qué tengo? -preguntó mientras veía inquietantemente como ella escribía algunas cosas en su libreta.
Esta era la primera vez que pisaba un hospital. Siempre había tenido buena salud, por lo que nunca fue necesario ir a uno salvo...
Listo, el anzuelo ya había sido puesto y después de un silencio que había sido eterno para Naruto, vio a Sasuke caminar hacia él.
—Dame esa botella —dijo a lo cual el rubio se la dio obediente, mientras tenía una sonrisa de oreja a oreja.
Ambos se acomodaron en la sala y se sentaron uno al frente del otro.
—Bueno, tu primero.
—¿Yo por qué? —preguntó el rubio en forma de queja.
—En primer lugar, fue tu idea usuratonkachi.
—Uh...—dudó mientras sostenía aquel vaso—. Esta bien —dijo derrotado.
Naruto no quería arriesgarse a que Sasuke se enojara y que ya no quisiera tomar con él. Así que, tomó de un solo trago todo el vaso e hizo una cara chistosa, podía sentir como ese líquido bajaba desde su garganta y le quemaba el estómago.
Mientras que Sasuke al ver que su rival había terminado de beber, se sirvió y tomó de igual manera que este para no quedarse atrás. Ellos dos siguieron esa rutina hasta llevar como 5 botellas. Ya para este momento, se encontraban hablando del pasado muy despreocupadamente y el rubio se reía más de lo normal.
—Eres un dobe, siempre hacías eso cuando Kakashi nos entrenaba —comentó el azabache con un poco de nostalgia.
Naruto sentía sus sentidos más lentos a causa del alcohol y no sabía por qué, pero cada vez que miraba a Sasuke no podía apartar los ojos de él, nunca había visto a Sasuke tomar tanto como para tener la cara roja, ni tampoco lo había visto tan relajado. Era sorprendente.
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A pesar que Sasuke estaba hablando, Naruto no ponía mucha atención, estaba sumergido en sus pensamientos, extrañamente, ahora se sentía muy bien a pesar de que hoy no había sido el mejor día para él por lo sucedido con su esposa.
—¿Sabes? —hizo una pausa a lo cual Sasuke lo miro curioso—. Hinata prácticamente me echó de la casa ttebayo—dijo soltándolo sin más, haciendo que Sasuke agrandara un poco los ojos debido a la sorpresa. El Uchiha lo miró como si dudara en hablar.
—No eres el único.
—¿Qué?
—No eres el único al que echaron —explicó al ver la cara confundida de Naruto—. Las cosas con Sakura nunca funcionaron, lo sabes bien. A lo mejor, no debí darle mi esperma— dijo mirando a otro lado mientras se servía otro vaso— Pero si no hubiera hecho eso, no hubiera nacido Sadara.
—¿Cómo que le diste tu esperma? —preguntó sin entender.
—Una muestra de semen. Ya sabes, hay un único Uchiha en el mundo y los ancianos temían que no tuviera descendencia o, mejor dicho, temían que se perdieran mis poderes oculares.
El rubio no podía creer que Sasuke le contará esto tan tranquilo, a lo mejor estaba muy borracho. Agarró el vaso de Sasuke, el cual se encontraba vacío y le sirvió. Estaba decidido a sacarle más información.
—¿Entonces Sakura se introdujo tu semen? Siempre pensé que Sadara había sido hecha como cualquier otro niño, ya sabes teniendo sexo y todo eso —le ofreció el vaso servido el cual, Sasuke tomó de un solo trago.
—Todo fue planeado por los ancianos, ellos decidieron conservar la muestra de semen o al menos eso es lo que estaba planeado, la encargada de guardar y hacer todos esos procedimientos era Sakura pero al parecer ella los desobedeció, agarró la muestra de semen para ella, se hizo una inseminación artificial y pues, terminó embarazada y no me dijo nada hasta que estuvo a punto de dar a luz —hizo una pausa para ver al rubio el cual estaba con la cara desencajada—. Los ancianos se amargaron en un principio con ella, pero después que nació Sadara, se encontraban satisfechos. Ahora el único Uchiha tenía una descendiente y no necesitaban hacer nada más.
—Nunca me dijiste nada —dijo afligido, pensaba que se tenían confianza o que al menos pediría su ayuda.
—Yo... —dudó—Pensé en decírtelo, pero ¿qué podía hacer? Ya habías hecho mucho por mí, estabas ocupado preparándote para ser hokage y encima, Hinata estaba embarazada —explicó.
Sasuke sabía lo mucho que Naruto había sufrido a causa suya, lo sabía perfectamente. No podía estar más arrepentido cada vez que miraba el brazo faltante del rubio en aquel tiempo. Es por eso que decidió no ser una carga aún si la gente de la aldea lo tratara mal o si los ancianos le pedían cosas imposibles.
—Eres un tonto. Yo siempre tengo tiempo para ti.
—¿Ah, sí? —preguntó sorprendido.
—Sí. Pude haber sacado algo de tiempo. Pude haberte ayudado, debiste decirme y, por cierto..., hablaré con Sakura, ¡no puedo creer que haya hecho eso sin tu consentimiento ttebayo! —gritó molesto.
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*Inseminación artificial: Tratamiento de reproducción asistida de baja complejidad. Consiste en introducir una muestra de semen, ya sea de la pareja o de donante, en el útero de la mujer por lo que no es necesario el acto sexual.
