"Vaya día de mierda"
—Agh —se agarró la garganta. Si no hubiera tratado de estar calmado, Naruto sentía que en estos momentos sería un mar de vómito.
Se agarró la cien, hoy había sido un día muy largo y ahora tenía que pensar en donde se quedaría a dormir.
—Sí me quedo aquí, será mucho peor. —dijo mirando un cuadro en la pared antes de irse.
No lo pensó mucho, seguramente se le ocurriría algo mientras caminaba por la aldea.
En otras ocasiones, no lo hubiera pensado tanto y se hubiera quedado a dormir simplemente en su oficina junto a esos montones de papeles que siempre estaba acostumbrado a ver. Sin embargo, allá no había ninguna cama y esa silla no era para nada cómoda. Incluso aún tenía pequeños dolores de espalda, por lo que mejor sería buscar otro lugar.
—Ahh —suspiró con pesar.
Luego caminó y pensó "No seas tonto Naruto, tus problemas no se resolverán suspirando".
—Oh, Naruto, ¿estás paseando?
Una voz familiar le hablo. Naruto levantó la mirada buscando al dueño de aquella voz y se alegró al ver que se trataba de su antiguo maestro, Iruka.
—¡Iruka sensei!
Era muy nostálgico verlo por parte del rubio ya que, como ahora era Hokage ya no se veían tan a menudo.
—Te invito un ramen —sonrió a Naruto. Es como si le hubiera leído la mente al rubio. Naruto se dirijo a aquel puesto, tomó una silla y sentó.
—Gracias ttebayo —sonrió sinceramente y en un dos por tres ya estaba el plato al frente suyo.
—¿Todo bien en casa? —preguntó. Le parecía ver a su alumno con un semblante cansado.
—¿Mmm? ¿Por qué pregunta sensei?
—Bueno, digamos que es una corazonada. —analizó su rostro—. ¿Tienes algún problema con Hinata?
—Bueno, podría decirse que sí ttebayo.
—miró a Naruto—. Sé que no estoy casado y quizá no tomes mi consejo pero déjame decirte que a veces las cosas suceden por algo, no todo es malo. A veces solo pasan cosas que debieron suceder —sonrió.
—Gracias... —sonrió de igual manera.
—Aquí tienen —dijo Teuchi, dejando un refresco como cortesía.
"El viejo Teuchi sigue teniendo la misma rapidez de siempre", Naruto pensó con nostalgia.
—No pierdes el toque, viejo. Sigue estando tan bueno como siempre.
—Jajajaja obviamente, yo siempre tendré el mejor sabor de ramen en toda Konoha, Naruto... —lo miró pensativo— ¿O debería decir "Señor Hokage"?
—Jajajaja Señor Hokage jajaja —Iruka se agarró el estómago, le causaba mucha gracia.
—Llámeme como siempre, viejo. Hokage solo es un cargo —sonrió.
—Esta bien, Naruto. —observó el plato de Naruto que yacía vacío— Tu también no has cambiado, sigues terminando tu plato al mismo tiempo que cuando venías con Iruka san y Kakashi san —recogió el plato—. Eran buenos tiempos.
—Sí eran buenos tiempos. Con Kakashi sensei venía aquí, sí lo recuerdo —dijo con nostalgia.
"Kakashi sensei", pensó.
"Kakashi sensei" , resonó en su cabeza.
"¿Kakashi sensei?"
—¡Cierto! —dijo sacando el dinero y poniéndolo en la mesa— ¡Gracias viejo!, estuvo muy rico. ¡Tu siempre sabes que decir!
—¡Naruto! —lo detuvo— Yo iba a pagar...
—No se preocupe sensei, usted siempre me invitaba de niño, esta vez corre por mi cuenta y gracias, aunque fue breve, disfrute mucho de la platica —respondió con una sonrisa sincera antes de correr a toda prisa.
Naruto salió corriendo del lugar. Se había acordado que Kakashi le había dejado una casa sola para él por si estuviera cansado y no tuviera donde quedarse. Esta era una casa que Kakashi no utilizaba y sí es que lo hacía, era en raras ocasiones, por lo que no le hizo ningún mal en dejárselo a Naruto.
Y lo mejor de todo era que estaba un poco apartado de la aldea, por lo que podría relajarse. Sin embargo, no contaba con que al llegar a aquella casa, la luz ya estuviera prendida.
"¿Qué está pasando?"
Abrió la puerta rápidamente.
—¿Sasuke? —dijo sorprendido— ¿Qué haces aquí?
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Hola, disculpen la demora, pase por algunas circunstancias familiares y no tenía cabeza para escribir.
Por otra parte, ya por fin se encontraron Sasuke y Naruto. Yeah. :3
Sí hay alguna corrección o recomendación, me la dicen, no hay problema.
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Pequeña circunstancia
Fanfiction-Doctora, ¿qué es lo qué tengo? -preguntó mientras veía inquietantemente como ella escribía algunas cosas en su libreta. Esta era la primera vez que pisaba un hospital. Siempre había tenido buena salud, por lo que nunca fue necesario ir a uno salvo...