- ¡Hey Mila! ¡Ya llegué! -
En la habitación de la castaña, esta trataba de arreglarse el poco maquillaje que cubría su cara hace un buen rato. Lo había logrado y estaba agradecida por eso, no sabría decirle que había estado llorando.
No, demasiado; pensó y bajó rápidamente a abrir la puerta.
- Pasa, -se dedicaron pequeñas sonrisas, Jauregui entró y suspiró. No sabía que hacia ahí, era estúpido. - s-siéntate.
- Uh- Camz,... esto es ridículo. Sólo habla, ¿hiciste que caminara más de seis cuadras para ofrecerme asiento?
- Bueno... de hecho no pero-
- Ya dime.
Camila cerró los ojos y respiró profundo, manteniendo la calma.
- Primero, ¿un vaso de agua? Debes estar cansada.
Lauren rodó los ojos; sin embargo aceptó.
Una vez Mila volvió, se sentaron en frente de la otra.
La castaña se encontraba nerviosa, sus manos sudaban y las pasó por sus pantalones para secarlas un poco, se arrepentía de haberle dicho que viniera para conversar. Pudieron haberlo hablado por Facebook, ya saben, como siempre.
De todas formas, no era una opción. Por chat podías retractarte a decir las cosas, en persona;... digamos que en persona no tienes muchas opciones.
- Yo, ehm... Vicky. -a penas la rubia fue nombrada, Lauren rodó los ojos, frustrada. Se terminó el agua y fue a dejar el vaso a la cocina
- ¿Qué pasa con ella? -dijo, con tono cansado puesto a que, sentía los celos de su amiga desde que salió de su casa.
- Son novias, ¿verdad?
- No, estoy en eso. Te empeñas en saber de mi vida, Camila.
- Bueno,... perdón por preocuparme por ti.
- No es eso, Camz. Quiero... quiero que me dejes en paz, déjame construir mi vida amorosa con quien yo quiera.
- Pero dijiste que querías encontrar a la chica de las cartas.
A tal punto sus ojos ardían, picaban y se regañó por eso. Debía ser más discreta, joder.
Lauren la miró.
- ¿Y para qué lloras? -elevó su voz un poco. El tono sólo provocó las lágrimas de Mila. -Me regañas por cosas que no logro comprender, y defiendes a esa chica, demasiado. Eres complicada, Camila Cabello.
- Lo sé, pero; Vicky no es quien te cartea, ¡entiéndelo!
- ¡No me importa! Me gusta, Vicky es muy bonita y atenta, en serio estoy sintiendo algo por ella.
Lolo suspiró; pasó su brazo por la espalda de la chica de ojos chocolate y tomó aire.
- Eres mi mejor amiga y aprecio que te preocupes, pero debes dejarme. No somos nada.
¿Escucharon eso? Fue el corazón de Camila rompiéndose en mil pedacitos.
- Lo sé, pero tú querías a la chica de las cartas y yo-
- ¡Tú no me gustas, Camz!
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La Hija del Zapatero (Camren AU)
FanfictionElla decide que la única forma de llamar su atención,... era mediante cartas.