CAPÍTULO 2

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Dormí profundamente durante toda la noche, esta vez no tuve pesadillas y pude descansar mejor. Me despertó el zumbido del despertador de mi móvil, ya eran las 7:00 de la mañana, tenía que levantarme. Salí de la cama y me fui hacía el baño casi arrastrándome, la verdad que mi despertar no era precisamente mi fuerte, entré en la ducha como pude, necesitaba una ducha para poder despertarme. Cuando salí de la ducha me miré al espejo del baño, es verdad que, de hacía un tiempo, no notaba esa iluminación en la cara tan característica mía, me notaba apagada, necesitaba darle algo de vida a mi cara, a decir verdad.

Me vestí con un baquero ancho, alto de cintura que se me ajustaba muy bien a mi figura, lo convine con un jersey corto pegado, que quedaba justo a la altura de la cintura de mis pantalones, y procedí a pintarme un poco, algo natural, me delinee el ojo con una fina línea negra, así resaltaba el verde de mis ojos, me puse un poco de mascara de pestaña y un poquito de colores, realmente parecía otra persona.

Desayuné lo más rápido que pude, quería llegar a casa de Miguel y Elena pronto, antes de marcharme cogí mi chaqueta negra y me paré en el espejo para darme un último vistazo antes de irme, seguro que hoy Marcos estaba orgulloso de mí, me reí cuando pensé eso.

Pegue al portero de la casa de Elena y Miguel, solo había estado 2 o 3 veces allí desde que Elena se mudó con él.

— ¿Quién es? — se escuchó al otro lado del portero.

— Miguel, soy yo Emma — acto seguido el portal se abrió.

Subí en ascensor hasta la 7º planta, realmente no sabía que buscar, pero estaba realmente segura de que tendría que encontrar algo, aunque sea alguna pista de porque había desaparecido Elena, quizás estuviera huyendo de alguien, pero tenía que averiguar de quién.

La puerta del piso se abrió y vi a un Miguel con el rostro triste, vestía unos baqueros y una camiseta negra, era un tipo moreno y alto, se podía apreciar en su cara una barba de llevar varios días sin afeitarse, se notaba en su mirada preocupación, debía de estar pasándolo realmente mal.

— Entra Emma — me dijo dejándome espacio para que pasase.

— Hola Miguel, ¿Qué tal estas?

— Pues como quieres que esté — suspiró — No entiendo nada Emma, ella no se iría así sin más.

— Tenemos que averiguarlo, quizás se fue para protegerse y para protegernos, tenemos que averiguarlo.

Realmente el piso era pequeño, no era mucho más grande que el mío, se podía ver un solón con un sofá al fondo y la tele, a la derecha una diminuta concina.

— ¿Quieres café o algo?

— No gracias, ¿sabes si Elena guardaba cosas del trabajo aquí?

— Solía utilizar su portátil, pero no está, fue lo primero que busqué cuando vi la nota.

— Vale voy a mirar en su armario y en sus cosas ¿está toda su ropa?

—Los armarios están llenos, si se ha llevado algo de ropa, ha sido poca cosa.

Abrí uno de los armarios, pero tal y como me había dicho Miguel, se había dejado su ropa allí. Eché foto tanto al armario, como a su ropa. Entonces ví que su chaqueta de cuadros negra y blanca estaba allí, era su favorita y la llevaba casi siempre, mire en los bolsillos, al mejor podría encontrar algo. De pronto noté un papel en las manos, estaba doblado, lo cogí y lo abrí:

"DEJA DE INVESTIGAR O LO PAGARAS"

Vale era lo que me estaba temiendo, alguien le estaba amenazando, realmente me hubiera gustado no tener razón, aunque quizás es verdad que se ha ido para huir de esa persona y Elena está bien.

El caso imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora