Epílogo

6K 456 155
                                    

────────|────────
La fin d'un amour, le début d'un autre.
────────|────────

El tiempo paso, pero el recuerdo de su amada vivía latente en su memoria. Su bello ángel, su amada cuya belleza brillaba como la luna, su luz, su luna, la estrella de su anochecer.

Nunca podría olvidar a la mujer que era culpable de darle tanta felicidad y tanto dolor. Odiaba con todo su ser que la vida fuera tan efímera y tan cruel. Su hijo, su amada, le fue arrebatado ambos. La ilusión del amor. La ilusión de ser padre, ¿Qué más quería Allah de él?

Su vida, por supuesto.

La culpa era algo que siempre estuvo presente en su corazón, si tan solo lo hubiera sabido, no solo su amada, sino el bebé en su vientre seguirían vivos, y tal vez en ese momento, en el que la vida parecía abandonarlo no estaría en completa soledad, pues pese a tener a personas preocupados por él y velando por su salud, desde la partida de su ángel, todo parecía triste y gris.

Su felicidad se fue con Miray.

Mehmed llevó su mano hasta su pecho, jalando del cuello de su ropaje y desabotonando algunos de los botones de la parte superior de su camisa, sintiendo que el oxigeno abandonaba sus pulmones.

—¡Gu-guardias! —llamó, en un tono jadeante.
A cada segundo la simple acción de respirar le era más difícil de lograr.

El príncipe, al ver que sus llamados no eran escuchados, se intentó arrastrar hasta el borde de la cama, cayendo de golpe al suelo. Sus párpados pesaban, sus pulmones ardían, la vida se le iba, sus latidos disminuían y cerró sus ojos. Sumiéndose en la oscuridad.

Amor mío —la melosa voz de una mujer lo hizo abrir sus ojos nuevamente. La mirada angelical de la rubia lo hizo sollozar, su amada lo veía amorosamente y acariciaba su mejilla con delicadeza, demostrándole tierno cariño y amor.

—Miray, mi ángel, perdón —habló en un débil y flojo susurro, y las lágrimas que habían sido acumuladas por tanto tiempo finalmente cayeron. —No pude salvarnos... —su voz se quebró, el sonido de las pisadas que resonaban por el pasillo fuera de su habitación, la puerta fue abierta de golpe.

Todo estará bien, mi amor, tranquilo —Y la mirada cariñosa y cautivadora de su amada le hizo confiar en sus palabras, la tranquilidad que reflejaba el rostro de su ángel lo convenció, todo estaría bien, Mehmed estaba de nuevo con ella y eso era lo que anhelaba desde el día en que se fue.

El sol volvió a salir, iluminando nuevamente su vida y con ello regresándole lo que más amaba.

Mi ángel, te extrañé.

Y yo a ti, mi amor. Y, esta vez, no nos vamos a separar nunca más.

¿Lo prometes?

Lo prometo, amor mío.

El príncipe y su ángel estaban juntos nuevamente, por la eternidad de los días.

Y así, la vida de su alteza, el príncipe Mehmed se esfumó, reencontrándose nuevamente con su amada en su fantasía eterna.


────────|────────

«Quizá, finalmente se reencontraron»

Sus hebras castañas danzaban debido a una gélida brisa de aire, las gotas de lluvia cada vez caían con más fuerza, golpeándola sin piedad alguna. Alyssa alzó su rostro, admirando el cielo estrellado, su atención la atraparon dos estrellas que brillaban con fuerza, dos estrellas que no eran opacadas por la fuerte lluvia que reinaba en Estambul esa noche.

Alyssa solía recordar una leyenda que la madre de "Ania" solía contarle a los niños del pueblo, cuando uno muere se vuelve una estrella, una como las que siempre admiro y envidio por su brillo y belleza resplandeciente, que iluminan el basto e infinito cielo.

De niña, creía que eso era algo ridículo, que carecía de lógica, pero hoy, quería creer que esas dos estrellas brillantes era Ania, velando por ella y alentándola a seguir su sueño y ser feliz, y el príncipe Mehmed, que acompañaría a su amada por la eternidad.

—Ania, te lo juró... ¡Seré una sultana y gobernaré el mundo! —exclamó con todas sus fuerzas, sintiendo su visión nublarse por las lágrimas. —¡Y algún día, estaré a tu lado nuevamente, molestándote!

Alyssa se dejo caer de rodillas al suelo, con una sonrisa triste plasmada en su rostro y su mirada cristalina.

────────|────────

¿Es el fin?, ¿Realmente lo es?... No, solo es el inició de otra historia de amor que ya pueden encontrar publicada en mi perfil, tiene como nombre "The flower of hell", la historia de amor de Alyssa y Selim recién comienza. Si les interesa pueden ir a verlo.












AGRADECIMIENTOS

Primero que nada, le agradezco a cada uno de ustedes que leyó, comento o voto mi historia, realmente me animaba mucho ver que les gustaba. Estoy tan agradecida sobre todo con aquellos que comentaban, realmente me sacaban una sonrisa con sus ocurrencias.

También quiero agradecerle a mi hermana porque aunque ella desconozca que escribo en esta plataforma fue en el amor que ella me tiene en el que me base para escribir el amor que Miray siente por Alyssa.

Jamás fui buena con las palabras, así que oficialmente le doy fin a "El ángel del príncipe"

CURIOSIDADES

1. Les seré sincera, hubo momentos en los que pensaba que debía dejar vivir a Miray y que fuera feliz al lado de Mehmed, pero me aferré a mi idea principal y la escribí.

2. Originalmente Alyssa no estaba incluida, ella ni existía.

3. Quería hacer de Miray una sultana que gobernará el mundo al lado de Mehmed, pero como ya lo dije me aferré a mi idea principal. Pero en caso de que hubiera vivido y no se le realizará el aborto tendría cuatro hijos con Mehmed; Sehzade Suleyman, el primogénito que se le fue arrebatado. Melek Sultan, obviamente tenían que tener una hija llamada "ángel", una mini copia de Miray. Osman y Hurrem, ellos serían de chiripada, serían los no planeados pero obviamente lo amarían sus padres con locura. Y a la niña le pusieron Hurrem en honor a su abuela.

4. Si Mehmed se hubiera enterado desde antes habría ideado un plan para ocultar a Miray hasta que estuviera en su provincia y ahí nacería Suleyman, se excusaron con que fue prematuro -nació antes de tiempo-. Hurrem al final terminaría encantada con Suleyman pues él habría nacido con cabello pelirrojo como ella.

5. Tenía pensado que si Miray vivía sería el crush de Cihanger, ese que te gusta de niño solamente.

Y, ahora sí, doy fin a esta historia la cual espero haya sido de su agrado total.

Dudas y quejas aquí:

El ángel del príncipe            ❝Sehzade Mehmed❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora