au's // HEAD-CANON

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Todos conocían que el clásico guardarropas de Bakugou consistía en prendas negras, grises, cafés y tonos "coloridos" pero en tonalidades oscuras, como los azules y verdes.

Era como el toque personal del rubio, juntándole a eso cosas como calaveras y picos de metal, dándole un aspecto "rudo" y de "chico malo".

Pero nadie sabía que Bakugou en secreto y en su propia habitación disfrutaba de modelar conjuntos en tonos pasteles, especialmente el rosa. Es decir, su cabello rubio más el color rosa pastel le daba un aspecto como de muñeca, y los ojos rojos iban muy bien a tono.

¿Y qué color combinaba muy bien con tonos pasteles? ¡Pues el blanco! Accesorios y zapatos de dicho color para armar un outfit perrón. Y no olvidemos su "maquillaje", que independientemente qué ropa usara –hasta su traje de héroe–, nunca faltaba su delineado definido.

Aunque no lo demostrara, Bakugou tenía un problema de autoestima. Por eso no era lo suficientemente valiente para salir vestido así, no quería "arruinar" la reputación que había creado de él vistiendo cosas lúgubres.

Todos se le quedarían viendo raro, más que de costumbre. Fue como la vez que Jirou bajó con un vestido amarillo y zapatos de tacón. No faltó el comentario de que se veía extraña.

Así que su ropa colorida sería un secreto. Modelaría frente a su espejo de tamaño completo tomándose fotos que jamás deberían ver la luz del sol. O al menos esa era la idea hasta que un tonto chico de dos colores tomó su celular al confundirlo con el de él.

><><

Después de un arduo entrenamiento, los estudiantes de la UA debían ir a los vestidores para tomar una ducha y cambiarse. Ahí sucedió la tragedia.

Era común que los teléfonos celulares no estuvieran durante las prácticas para evitar accidentes con ellos –entiéndase romperlos–, así que los chicos los dejaban en sus casilleros. Al terminar las clases, unos iban rápidamente a jugar con ellos mientras los otros chicos se bañaban.

Porque las duchas no eran tantas, no había capacidad para una a cada chico. O sea, son 14 alumnos masculinos en una clase, y solo había 6 duchas; a menos que haya quienes se quieran bañar juntos no homo, tocaba esperar.

Bakugou veía el celular sentado en una banca a la espera que se desocupara una de las duchas; cuando Sato salió de ella, el rubio dejó su teléfono en dicha banca, sin querer junto a otro que era exactamente el mismo modelo que el suyo.

Katsuki se metió a bañar y solo un minuto después Shouto salió del cubículo de al lado, con una toalla en la cintura y la otra en su cabello. Fue directo a su casillero para ponerse la nueva muda de ropa limpia y tomar su teléfono que había dejado en el banco.

Salió de los vestidores junto con su grupo de amigas, metiendo el celular en el bolsillo sin rectificar si realmente era el suyo. No le tomó importancia o no se dio cuenta, probablemente lo segundo.

Bakugou salió unos minutos después de la misma manera, se secó y se puso su ropa limpia antes de tomar su celular de la banca donde lo había dejado. Tampoco se molestó en verlo de cerca.

Cada uno tomó su camino hacia sus respectivas habitaciones después de que la última clase del día –la de práctica– había terminado. Solo entonces Todoroki pudo ver su teléfono para continuar su juego de gatitos que había dejado pausado.

Excepto que al apretar el botón de desbloqueo, el fondo de pantalla era diferente; curioso pasó el dedo para desbloquearlo sin contraseña y en efecto, vio que no se trataba del suyo. Pero para saber quién de sus compañeros era el dueño, había que investigar.

Por otro lado, a Bakugou en realidad no le importaba el teléfono fuera de cosas muy específicas, pero le surgieron unas ganas tremendas de poner música así que fue por sus audífonos y los conectó a su celular, que al sentir la nueva entrada se iluminó.

Katsuki sintió que los colores se le iban del rostro, porque el fondo de pantalla no es el que recuerda que le tiene puesto. Deslizó el dedo en la pantalla para desbloquear y se dio cuenta de que no era su teléfono.

Alguien más lo tenía, podría encontrar esas fotos. Bakugou no necesitaba ponerle contraseña al suyo, ¿Quién en su sano juicio le robaría el teléfono al maldito Bakugou Katsuki? Alguien que no apreciaba su vida lo suficiente, eso es seguro.

Pero ahora se arrepentía como no tienen idea.

Desesperado se metió en las redes sociales para ver el perfil de la persona que era dueña del teléfono y que de seguro tenía el suyo. Solo que antes de eso le llegó un mensaje de su propio celular que decía un "hey, tenemos qué hablar".

Sudó frío, el contacto puesto como Bakugou mandando un mensaje serio le dio pánico. Regresó a su tarea de investigación solo para descubrir que el teléfono que tenía le pertenecía a Todoroki Shouto. Entonces lo entendió y más rápido que Iida salió de su habitación para subir al quinto piso.

Llegó jadeando a la puerta del bicolor porque no se molestó en tomar el elevador. Tocó fuerte y rápido, Todoroki no tardó en abrirle.

– Pasa.

– Con un demonio, icyhot, dame mi puto celular.

– Sí pero quiero hablar contigo antes.

El rostro inexpresivo de Todoroki no dejaba saber si sabía algo o no, pero si quería hablar con él era por algo que había visto en el celular. Chasqueó la lengua pero entró.

– ¿Qué quieres? – Lo quiso decir con molestia y hastío, pero la mirada desviada y el sonrojo en su cara le quitaba seriedad.

Todoroki no contestó, pero aun con ese rostro estoico el rubor que adornó sus mejillas fue evidente. Desbloqueó el celular del rubio de forma rápida y se metió en la galería. Bakugou casi chilla pero no reaccionó rápido para quitárselo.

– Aquí – Le mostró el álbum de sus fotos prohibidas, antes de picarle a una e irlas pasando con su dedo – Permíteme comprarte ropa así a cambio de fotos.

Bakugou se quedó en shock, confundido y sonrojado.

– ¿Q-Qué?

– Por favor, pásame las fotos y te compraré todo lo que quieras.

Katsuki simplemente se quedó impactado por la información, preguntándose una y otra vez cómo rayos consiguió un sugar fan sin hacer nada realmente.

Pero si ven la oportunidad, ¡ÚSENLA! 

TodoBaku WeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora