5. Pasado: El peor de los Cumpleaños.

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Varios meses han pasado, las cosas en el preescolar no habían mejorado demasiado. Los niños seguían diciendo palabras hirientes sin saber, pues él era el único que no tenía un don. Katsuki seguía con sus "juegos pesados" y burlas, varias veces lo llegaba a herir mucho con sus explosiones.
Aún cuando le va tan mal en el preescolar, su madre siempre estaba para animarlo, aunque se sentía culpable de la angustia que ella vivía por él, era un niño pero no era tan tonto. Además, también estaba esa aspirante, Rumi Usagiyama a veces los venía a visitar y su madre la invitaba a comer con ellos. Ella se volvió una inspiración para él, ella y All Might lo motivaban mucho.

De hecho, hoy ella venía a visitarlos para ayudar a decorar la casa. Después de todo, el día siguiente era muy especial. Izuku cumplía los cinco años.

El timbre resonó por todo el apartamento.

-¡Yo abro! —Izuku salió corriendo a la puerta, con su capucha de All Might puesta— ¡Usagi-san! —Al abrir la puerta, la chica conejo estaba justo ahí.

-¡Soy una mujer de palabra, conejillo! Dije que vendría y aquí estoy —Proclamó con sus manos en la cintura.

-Oh, Rumi —Inko se asomó por el pasillo desde la cocina— Viniste muy temprano, querida. Ya que estás aquí, podemos desayunar juntos —La invito con una sonrisa.

-¿Temprano? No es porque haya pasado la línea segura con un compañero y lo haya mandando a la enfermería por consecuencia de mi falta de control, aunque claramente le advertí que su equipo de apoyo no estaba lo suficientemente reforzado para aguantar una de mis patadas. En fin, les aseguro que no estoy aquí antes de la hora porque huyera de la detención, no soy una cobarde... Sólo... Ya sabe, quiero ayudar en todo lo que se pueda —Se excuso entrando y dejando la bolsa que traía en la mesa del comedor.

-Claro —Inko y su hijo sonrieron con escépticismo. Ya habían convivido suficiente con ella para saber que siempre se metía en problemas, aunque no eran exactamente por causar problemas, sólo era muy... independiente.

-¿En qué ayudo? Puedo encargarme del trabajo pesado si quiere, señora Midoriya —Ofreció estirandose para preparar sus músculos.

-Bueno, primero deberíamos comer —Inko la obligó prácticamente a sentarse amablemente en la mesa, apoyando sus manos en sus hombros— Además, ya te he dicho que me puedes decir Inko —En su rostro estaba una sonrisa amable, pero parecía esconder algo más. Quizás quería que la chica se relajara, siempre venía muy alerta y voluntariosa. Todos necesitan un respiro.

-Oh, pero... -.

-Nada de peros, es muy temprano y de seguro la señorita no ha probado bocado —Dijo mientras iba a la cocina y preparaba un plato para ella. Huevo, salchichas y unas tostadas con jugo de naranja son su ideal de desayuno— Estómago lleno, vida plena —Dejo el plato frente a ella— Provecho, pequeña Rumi -.

La chica miraba el plato de comida sin expresión, no sabía que pensar pero debía estar acostumbrada a la hospitalidad Midoriya a esa altura, pero no, era independiente y odiaba verse débil ante los demás; los Midoriya podrían ser una escepcion pero no quería doblegarse.

-Gracias... Señora Inko —Habló casi en un susurro, mirando duramente la comida por la vergüenza que sentía.

-De nada —Sonrió posando una mano en su hombro.

-¡Usagi-san, juguemos después de comer! —Exclamó el peliverde al sentarse en la esquina de la mesa.

-Es Usagiyama. Y, claro, podemos jugar un rato. Pero hay mucho trabajo por hacer -.

Inko le sirvió a su hijo y a sí misma para sentarse en la mesa.

-Mañana iremos a buscar el pastel de Izuku, tuvieron problemas así que hasta mañana estará listo. Si quieres, nos puedes acompañar, Rumi —Dijo Inko al sentarse.

Criado por el Mal [BNHA] [Villain Deku] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora