Estoy esperando un hijo tuyo

47 5 0
                                    

Días después, el médico me confirmó que estoy embarazada aún así todavía no logro asimilarlo.
No sé cómo decírselo a Matías él no se merece lo que le hecho.
Rechazó su ascenso solo por mí…
Y lo peor de todo es que mi jefe ese hombre es un verdadero imbécil se la paso metido en el despacho con su amiguita una modelo internacional.
Me fastidia que él pueda seguir con su vida como si no pasará nada.
Salgo del trabajo por fin estoy agotada camino por el parking hacia mi coche, cuando alguien pone su mano en mi hombro, me giro sobresaltada para ver quién es…
—Amalia, cuánto tiempo sin verte—dice Claudia con una sonrisa de oreja a oreja.

Claudia una compañera de trabajo de Matías la conozco de las cenas de empresa a las que Matías insiste en llevarme todas las navidades.

Claudia, qué alegría verte—digo poniendo mi mejor sonrisa falsa.

—Gracias por invitarme a tu boda, eres un sol.

—De nada es un placer

Yo ni siquiera sabía que Matías la había invitado.

—Siento que a Matías no le dieran el ascenso pero estoy segura que otra vez será.

Me quedo completamente paralizada, no puede ser Matías me mintió no rechazó el ascenso.

—Bueno no pasa nada otra vez será.Me ha encantado verte pero tengo unas gestiones que hacer.

—Claro no te entretengo más…

Nos despedimos con dos besos en la mejilla.

Llegó a casa muy enfadada pero sobre todo decepcionada Matías ha vuelto a manipularme a su antojo él no rechazo el trabajo por mí, como he podido ser tan idiota él jamás hubiera hecho algo así ni por mí ni por nadie por qué es un maldito egoísta.

Entró en casa y subo las escaleras con cuidado de no hacer ruido, lo último que quiero es escuchar a mi madre hablarme sobre la dichosa boda.

Justo cuando estoy apunto de entrar a mi habitación escucho a mamá llamándome.

—Amalia hija, qué bueno que viniste estaba eligiendo las flores para la iglesia—dice mostrándome el catálogo—dime cual te gusta más rosas o orquídeas.

—No estoy de humor, ya hablaremos.

—Pero hija qué mosca te ha picado ahora no habrás discutido con Matías.

Ignoro su comentario y entro a mi habitación.

Me tumbó en la cama abrumada por todos los acontecimientos.

Al día siguiente, todavía no he hablado con Matías, resulta que está en un viaje de negocios me avisó cuando ya estaba en el avión ese hombre no cuenta conmigo para nada.

Pasó por enfrente de la puerta de Darío Jones mi jefe para ir a la máquina de café cuando veo salir a la modelo colocándose el vestido estoy harta de que ese hombre sea tan feliz y yo este en un callejón sin salida.
Respiro profundamente, la felicidad de este idiota se acaba hoy voy a entrar a ese despacho y le voy a decir que estoy esperando un hijo suyo el también tiene que asumir sus responsabilidades.

    

           ••••••••••••••••••••••••••••••••••

           Narra Darío Jones

Me coloco la ropa estos encuentros eróticos con Eliza tienen que parar los empleados no son tontos ya empiezan a comentar y no tardará en llegar a oídos de mi padre.

En ese momento la puerta de mi despacho que da a la sala de juntas se abre de par en par y entra mi padre con cara de pocos amigos.

—Hasta cuando vas a dejar de darme disgustos no crees que ya tengo bastante con la enfermedad de tu madre como para tener que lidiar con tus escándalos.

No puede ser seguro que ya se enteró de lo de Eliza…

—Papá, no sé de qué estás hablando.

—Que no sabes de qué estoy hablando—dice llevándose la mano al pecho—Vas acabar conmigo.

—Papá, no es para ponerse así

—Que no es para ponerse así, tuve que darle una fuerte cantidad de dinero a un periodista para que no publique tus vídeos.

Eso es nuevo, no tengo ni idea de lo que está hablando.

—¿De qué vídeos hablas papá?

—Unos videos tuyos de tu viaje a Ibiza acompañado de una señorita completamente bebido, cuando vas a madurar hijo.

Así que hay vídeos así compraré si es un orco o no.

—No vas a decir nada

—Gracias papá por comprar los vídeos.

—Cuando vas a sentar la cabeza.
Me encojo de hombros...
Da la media vuelta y se va a la sala de juntas seguro que va a enseñarme los vídeos…
           •••••••••••••••••••••••••••••••••
                    Narra Amalia
Sin pensarlo muy bien y completamente fuera de mi entro al despacho de Darío.
Él está de pie mirándome de arriba abajo.

—¿Se puede saber por qué entra a mi despacho sin llamar?

—Claro que se puede saber.
Me mira contrariado y se cruza de brazos esperando mi respuesta.
—Estoy embarazada

—Genial me alegro por usted pero ese no es motivo para entrar a mi despacho.

—Estoy esperando un hijo tuyo.

A Darío se le descuelga la mandíbula de la impresión, su cara es un poema.

—Que está diciendo.

—Estoy embarazada vamos a ser padres.

De pronto escucho la voz del señor Jones.

—Escuchado bien, está esperando un bebé de mi hijo.

Pero que acabo de hacer me metido en un buen lío...

                 Narra Amalia

Me quedo completamente paralizada ante la atenta mirada de mis jefes.
Por qué seré tan bocazas estoy metida en un lío mayor al que ya estaba.

—Señorita le hice una pregunta puede responderme—dice el señor Marcos con tono serio.

—Papá, escuchaste mal apenas nos conocemos es imposible.

—Le estoy preguntando a ella hijo no a tí.

No me queda más remedio que decir la verdad.

—Si señor estoy embarazada de su hijo.

Darío niega con la cabeza…

—Papá esa mujer no sabe lo que dice.

—Dario, esa no es forma de tratar a la futura madre de tu hijo.

—Señorita, Amalia discúlpenos unos segundos, tengo que hablar unos segundos con mi hijo.
Espere afuera no tardaremos.

—Claro señor.

Doy media vuelta y salgo por la puerta.

Casada con mi jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora