Aparcó mi coche en el garaje y subo a casa, necesito pensar en cómo voy a salir de este lío en el que me he metido yo solita por bocazas.
Tenía que haber mantenido la boca cerrada y contarle nada a ese idiota, es un niño de papá dudó que pueda ser un buen padre para nuestro hijo.
Es un mujeriego, inmaduro, pedante, egocéntrico y narcisista bueno y quién sabe que más apenas le conozco.
Mientras subo en el ascensor no puedo dejar de pensar que voy a hacer con Matías si tengo algo claro es que no puedo casarme con él pero,como le cuento la verdad.
No quiero ni imaginarme cómo se pondrá mi madre.
Todavía recuerdo el rebote que cogió cuándo mi hermano rompió con su novia de toda la vida.
Con decir que mi hermano pidió el traslado a otro país para no aguantarla.
Bueno menos mal que Matías no viene hasta mañana y hoy puedo descansar.
Bajo del ascensor y abro la puerta de casa…Entro y escuchó voces y música mis padres tienen una especie de fiesta me temo lo peor.
Voy de puntillas intentando hacer el menor ruido posible y miro desde la puerta.
No puede ser es peor de lo que me imaginaba, están mis padres y mis suegros.
De pronto unas manos rodean mi cintura desde atrás él corazón comienza a latirme a mil por hora.
Me giró y veo a Matías sonriéndome de oreja a oreja.
—Sorpresa, cariño—Pense que estabas que no venías hasta mañana.
—Bueno al final la convención termino antes de lo que esperaba.
No puede ser no tengo ni idea de cómo reaccionar.
—Como queda tampoco para la boda hemos decidido hacer una pequeña reunión familiar.
—Y no habéis contado conmigo.
—Cariño pensé que estarías de acuerdo.
—Ese es el problema de nuestra relación que siempre piensas por mí.
—Esta actitud no es propia de ti Amalia las arpías de tus amigas te han estado comiendo la cabeza.
De repente entra en escena mi queridísima suegra se acerca hacia nosotros con cara de mala leche bueno siempre la tiene así.
—Amalia querida esa no es forma de tratar a tú prometido y mucho menos si te acaba de dar una sorpresa.
No valoras al hombre que tienes a tú lado.—Sabes lo que te digo Delia que por una vez en tu vida te metas en tus asuntos.
—Amalia, quién te crees que eres para hablarle así a mi madre.
Mi suegra entra al salón llevándose las manos a la cabeza y contándole q mi madre el chisme.
—Matias, sabes lo que te digo que estoy harta de tus padres de los míos y de tener que hacer todo lo que los demás esperan de mí.
Me doy la media vuelta y entro en el salón seguida por Matias.
El salón está lleno de gente todos amigas de mi suegra la fiesta se la ha hecho para ella.
Apagó la música y me pongo en medio de la sala.
—¡Atencion! Tengo algo muy importante que deciros a todos.
Todos se giran a mirarme…
—Siento, deciros que mi boda con Matías queda suspendida definitivamente.
Comienza a cuchichear unos con otros mientras mi madre, mi suegra y Matías me miran petrificados.
—Amalia, que estás diciendo hija te volviste loca.
—Mamá, lo que dije es cierto.
—No puede ser debe de ser una broma.—dice la madre de Matías costernada.
—Amalia, acompañame por favor estás desvariando.
Matias me agarra con fuerza del brazo y me saca del salón.
—Sueltame, Matías
Me zafó de su agarre y él me mira visiblemente molestó.
—Matias, vamos a mi habitación tenemos que hablar.
Subimos las escaleras y entramos a mi habitación.
Respiró profundamente, me siento más fuerte que nunca yo creo que mi pequeño bebé me da fuerzas.
Matias se cruza de brazos y me mira con la chuleria que lo caracteriza.—Soy todo oídos.
—Recuerdas mi viaje a Ibiza verdad.
—Como olvidarlo.
—Salí de despedida de soltera y bebí más de la cuenta, sabes que yo no estoy acostumbrada pero no voy a excusarme.
—A donde quieres llegar, me estás poniendo de los nervios
—Cuando me levanté estaba en la cama con un hombre que conocí en la fiesta.
El abre los ojos como platos…
—Amalia, te acostaste con un desconocido.
—Y eso no es todo estoy embarazada.
Matias, se pone rojo de ira parece que va a explotar.
—Me estás diciendo que vas a tener un hijo con un completo desconocido con él que follarte cuando estabas borracha
—Resultaste ser una zorra que perdió la virginidad con un desconocido bueno eso si fue el primero con el que me engañaste.
—–Te recuerdo que acaba de romper contigo no estábamos juntos.
—Ahora entiendo todo planeaste todo lo del enfado para tener una excusa para largarte a zorrear con las pérdidas de tus amiguitas.
—Tu tampoco eres un santo me mentiste no renunciaste al trabajo si no que no te lo dieron a ti.
—Si es cierto pero, me estás comparando tus mentiras con que esperes un hijo de otro hombre.
De pronto mi madre acompañado de la madre de Matias entran en la habitación.
—¿Se puede saber qué pasa vuestros gritos se escuchan en toda la casa hija.?
—Matias mi vida estás pálido que pasa.
—Que os cuente Amalia la clase de zorra que es.
— Que pasa, este comportamiento no es propio de tí.
—Que te cuente tu hija lo que hizo.
Vamos Amalia cuéntale a tu madre si tienes huevos.—Me reta Matías.Estoy cansada de esta situación se que cometí un error y que le hice daño a Matías pero no tengo que aguantar este trato.
—Mamá, estoy embarazada de otro hombre.
A mi madre y a mí ya ex suegra se le descuelga la mandíbula de la impresión.
—No eres más que una zorra que iba de mojigata nunca me gustaste.Dice Delia levantándome la mano dispuesta abofetearme.
Para mí sorpresa mi madre le agarra la mano con firmeza.
—Entiendo tu enfado pero no te atreves a levantarle la mano a mi hija o te aseguro que te arrepentirás toda tú vida.
—Es lo que me faltaba encima te pones de su parte.
—Si estuvieras en mi lugar harías lo mismo.
Siento que me ahogo no puedo respirar aquí dentro mientras mi madre y Delia se enzarzan en una fuerte discusión.
Salgo corriendo de la habitación bajo las escaleras necesito salir a la calle.
Cuando al fin consigo llegar a la calle me llevo las manos a mi tripa con ternura y respecto respiro profundamente.
Hasta que escucho la voz de Matías a mis espaldas.—Eres una zorra ni te imaginas la vergüenza que voy a pasar por tu maldita culpa.
Gracias a ti todos mis conocidos van a saber que soy un cornudo.—Eso es lo único que te importa el que dirán.
—No te imaginas el asco que me das.
Sus ojos son la misma imagen de la ira.
—No pensarás tener a ese bastardo verdad.
—Voy a tener a mi bebé y no vuelvas a llamarlo así.
Se abalanza sobre mí y me arrincona contra la pared, sus ojos destilan rabia nunca le había visto a si está fuera de control.
Levanta la mano para golpearme cuando de pronto alguien le sujeta el brazo con fuerza.
Miró no me puedo creer quién es...
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Casada con mi jefe
RomanceDerechos de autor: Defne Rivera. Derechos de autor reservados historia registrada en safe creative no se admiten copias ni adaptaciónes. De lo contrario se tomarán las medidas legales pertinentes. Después de una discusión con su prometido Amalia va...