Eres un egoista

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Mi móvil suena por cuarta vez esta tarde, no me hace falta mirar la pantalla para saber quien llama lo dejo sonar seguro que es Amanda otra vez para intentar convencerme de que vaya al viaje de despedida de soltera de Sara con ellas ya no se que excusa poner para justificar mi ausencia.

Si no voy es por Matias,aunque él no me ha pedido directamente que no vaya, lleva toda la semana haciéndome sentir mal.

Primero con que se había pedido unos días libres para estar conmigo, luego con que a esos sitios las chicas van en busca de hombres y una mujer respetable como yo no debería involucrarse, pero claro que lo deja a mi elección…Y yo no quiero hacerlo sentir mal así que no voy a ir al viaje.

Llaman al timbre debe de ser Matias, siempre pasa a verme cuando llega del trabajo. 

Bajo rápidamente las escaleras del ático de mis padres y abro la puerta, Matías me sonríe desde el otro lado más feliz que de costumbre.

-Amor no sabes lo feliz que soy…

Sin darme tiempo a reaccionar se abalanza sobre mí y me levanta del Suelo y me da vueltas en el aire.

_¡Bájame te volviste loco!

Matias me baja al suelo sin dejar de sonreír, normalmente no está de tan buen  humor.

_¿Bueno vas a decirme a qué se debe tanta felicidad.?

Me van a dar un ascenso de directivo.

Eso es estupendo, me alegro mucho por ti.

_ Gracias amor sabía que te alegrarías.

El ascenso es antes de la boda sería bueno que fueras haciendo las maletas. 

Le miró confusa…

_¿ Las maletas?

_Si el puesto es en otra ciudad, si todo sale bien nos vamos en una semana.

Pero que está diciendo se volvió loco toda mi vida está aquí.

_¿En qué ciudad?

En Nueva York- responde Matias de lo más tranquilo. 

_ Está a miles de kilómetros de aquí. _Si claro.

Mi trabajo, mi familia…

_ Bueno encontrarás otro trabajo allí qué problema hay..

Matías es una decisión muy importante tenemos que hablarlo.

Es la oportunidad que llevo años esperando. 

En ese momento se abre la puerta de la casa y entra mamá, cargada con un par de bolsas de la compra, deja las bolsas en el suelo y respira aliviada.

Matías hijo que alegría verte, te quedas a cenar cómo siempre verdad. 

_ No podemos mamá tenemos otros planes-contestó rápidamente sin darle tiempo a Matias para responder. 

_ Hija no sabía que teníais planes compre solomillo para la cena.

_ ¿Qué es lo que tenemos que hacer? Amalia-pregunta extrañado Matías.

Preparativos de la boda que tenemos pendientes. 

_ Bueno la boda es lo más importante, voy a dejar la compra en la cocina chicos que vaya bien.

Mamá sale del salón y desaparece por el pasillo.

_¿ Qué preparativos tenemos pendientes?

_ Ninguno, tenemos que hablar de tu ascenso.

_ Vamos no hay nada que hablar no es para tanto.

Que no es para tanto que valor. 

_Mira mejor vamos a tu casa y hablamos allí tus padres siguen de viaje y no quiero que mi madre nos escuche.

_ Está bien, vamos a mi casa.

Nada más entrar a casa de Matías no puedo contenerme ni un segundo más le veo hay mirándome como si no pasara nada, estoy harta de que nunca me tenga en cuenta.

-No me puedo creer que seas tan egoísta, Matías. 

Me mira sorprendido y niega con la cabeza. 

-¡No soy ningún egoísta!

Me cruzo de brazos y le fulmino con la mirada.

-¿No te parece egoísta pretender que renuncie al trabajo que tanto me ha costado conseguir solo para seguirte a otra ciudad?

-Vamos, lo normal es que si me ofrecen un puesto de directivo en otra ciudad donde ganaré el doble que mi futura mujer, ella se ponga feliz por mi éxito. Es más la única egoísta que hay aquí eres tú. No entiendo la necesidad de malgastar tu tiempo en ese trabajo mal pagado cuando con mi sueldo podríamos vivir perfectamente.

-Mis amigos, mi familia, hasta mi pastelería favorita. Tengo una vida, eso de pretender que la mujer deje todo por amor es del siglo pasado, no pienso renunciar a mi independencia. Mi lugar está aquí.

-Mira Amalia, tu lugar está donde esté yo.

Maldito egoísta pero quien sea creído para hablarme así. No es solo una, si lo hubiera sido quizá me habría planteado mudarme con él a otra ciudad. 

Llevo meses intentando pasar por alto actitudes machistas y egoístas cómo está, cegada en parte por lo que siento por él y por todos los años que llevamos juntos.

Sin embargo, esta vez ha rebosado el vaso y si no espabilo y me doy mi lugar siento que voy a estallar.

-¿ Sabes lo que te digo?_Pregunto y continuó hablando sin esperar  una respuesta- no pienso seguirte a ningún lado, y por mi parte nuestro compromiso queda anulado. Espero que seas muy feliz en tu nueva ciudad, yo me quedaré aquí con mi trabajo mal pagado.

-¿Qué estás diciendo?- la incredulidad con la que me mira es casi comica.

Debe extrañarle mucho que su callada y sumisa prometida haya sacado las garras, pero es que me ha tocado mucho las narices. 

-Te volviste loca- murmura todavía en shock.

Le miró con suficiencia e ignoró sus palabras, me quitó el anillo y lo lanzó a sus pies antes de perder el valor.

Giro sobre mis talones y salgo por la puerta, el portazo que doy resuenan en todo el pasillo. La sensación de liberación que siento es lo más placentero que he experimentado en toda mi vida.

Nota de la Autora

Gracias por leer mi historia

Casada con mi jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora