Wolf of Desert(Wyatt Lykensen x Oc)

18

—volviste a soñar con la chica—repitió lo que su hermano le había dicho.

—si, esta vez casi pude ver su rostro pero...—suspiró—. Pero desperté.

—no te preocupes Wyatt, ya te explique el motivo del sueño, significa que la conocerás pronto—tomó más de su batido.

—es que...ya no puedo esperar. Quiero verla—sacudió su cabello con desesperación.

—no te alteres, ten paciencia.

—bien...

Era molesto y desesperante no poder ver a su soulmate, es tan importante para él y ni siquiera puede verla por completo, eso lo irritaba mucho.

—entiendo tu impaciencia y desespero—le acaricia el hombro—. Pero guarda la calma. Vamos a fuera, necesitas aire.

Willow llevo a su hermano fuera de la tienda para que respirase mejor, y calmara su estrés, ya que un hombre lobo estresado o molesto no es muy agradable. Salieron de la tienda encontrándose con Wynter, Walker y Zack platicando de cosas sin sentido, mientras que Addison, Zed, Lukas, Eliza y Bucky seguían en la tienda. Wyatt sintió la brisa chocar con su rostro, desordenando un poco su cabello, era relajante y tranquilizante.

Ella lo miraba con una sonrisa, le gusta cuando Wyatt esta calmado y tranquilo, porque sabe perfectamente que Wyatt es mucho más peligroso que ella y Willa cuando se enoja o desespera, es por eso que siempre tiene que estar calmado y en paz. Él seguía disfrutando de la brisa entre sus cabellos, cuando algo se impacto en su pierna. Abaja la mirada encontrándose con una pequeña pelota roja, y no muy lejos de ellos estaba parada un pequeño niño, parado en su lugar y tieso como roca, les temía, pero era algo de entenderse.

Wyatt se pone de cuclillas para tomar el juguete y ofrecerselo a al niño con una sonrisa, mostrando sus colmillos el pequeño lo dudo, pero se comenzó acercar a él, hasta estar lo suficientemente cerca, le recibió la pelota a Wyatt y él aún con su sonrisa, él también le sonrió para luego irse. Él le vio irse hasta sus padres, volvió a ponerse de pie sin dejar de ver a al pequeño jugar con su madre.

—Willow...—ella le miró—. ¿Creés que si todos los humanos del mundo...se enteran de nuestra existencia...nos odiaran?.

Ella alzó las cejas, por esa pregunta, nunca había pensado eso y mucho menos imaginado que Wyatt también lo pensara.

—n-no sé...no sé qué decirte, Wyatt.

—yo tampoco se que decirme, lo único que quiero es vivir mi vida libre, sin tener que esconderme del mundo.

—el mundo aún no está listo para saber sobre nosotros....puede ser que... nos tomarían como ratas de laboratorio o nos encerrarían para siempre y nos mantuvieran como sus prisioneros...—respondió mirando el cielo azul—. Para ellos...somos monstruos, animales peligrosos, o bestias salvajes. Nadie quiere monstruos cerca de sus hijos o familia—Wyatt chasqueo la lengua.

—nadie sabe cómo somos en realidad, sólo los habitantes de Seabrook, ellos nos aceptaron.

—porque ellos fueron convencidos por Addison y Zed, las demás personas del mundo no serán fáciles de convencer.

—¿no quieres salir al mundo?, ¿y caminar por las calles como una persona normal?.

—sabes que eso no es posible.

—¿porque nada tiene que ser fácil?.

—nosotros no somos personas normales. Wyatt—respondió con frialdad—. Somos hombres lobos, seres que ellos conocían por viejas leyendas o cuentos de hadas, nadie espera vernos caminar por las calle, y si así fuera, nos querrían encadenados de pies a cabeza y con un bozal. No todos los humanos son buenos.