Los zapatos de Felix producían un sonido fuerte con cada pisada que daba en el alabastro, su cabello rubio yacía rebelde como de costumbre con unas ondas por aquí y por allá., en su mirada azulina como el mismo cielo en vez de reflejar una simpatía eufórica, con lo que te topabas al mirarlo era pura irritación y molestia.
Como era de esperarse barría con tan sólo la mirada a todo ser que se interponía en su maldito camino hacia la universidad. Su jodida alarma no había sonado y como consecuencia esta misma había dado a parar en la pared de su cuarto.
Cuanto odiaba llegar tarde a clases.
Juró que ese día no sería para nada bueno, ya que desde que se levantó solo putadas le han pasado, comenzando con su maldita alarma, con el café que derramó en sus hojas de trabajo, el jodido perro del vecino arruino sus bonitas plantas, un maldito Alfa en celo trató de tocarle el culo y ahora llegando tarde a clases justo en el receso.
Perfecto.
Solo rogaba que su aroma no haya incrementado por la caminada rápidá haciendo, aunque al pisar la cafetería donde siempre tomaba su café con leche, gruñó por la excesiva atención que recibía por su olor.
Ser un Omega era muy jodido. Toda esa mierda de feromonas, celo, lubricante y sumisión le desagradaba. Había deseado ser un fuerte Alfa, pero lamentablemente no todas las cosas que deseamos se hacen realidad, por tal razón se presentó como Omega a los quince años.
Con su entrecejo fruncido, Felix compro su respectivo aperitivo, por supuesto junto a su café con leche. Mientras se sentaba en la mesa más apartada de los demás puestos que yacían ocupados por el resto de estudiantes.
Felix es considerado una persona libre de decidir si quiere ser parte de cierto grupo o no, porque era de esos indecisos que no le agrada ni le gusta ser agradable con nadie. Por eso es que su círculo amistoso se reduce a dos: Su mascota que era un conejo y Han Jisung, aunque de este último no tanto ya que llevaba cuatro meses de conocerlo.
Ser un león omega macho tenía sus ventajas y a la misma vez su desventaja. La mayoría del tiempo le gusta dormir, sentir la calidez de su cama era una de las cosas más maravillosas para él. Por consiguiente, también le encanta comer mucho y mantener su estómago satisfecho que es su medicina para no rugirle hasta a las piedras, y el hecho de ser el depredador más grande de la universidad le atribuía cierto estatus que nadie se atrevía a desafiar. Era casi como el Rey león, aunque pareciese más Scar que Mufasa o Zimba. Todo eso era la supuestamente ventaja.
Porque por otro lado no quería siquiera pensar en las desventajas.
Un gruñido de advertencia vibró profundo en su pecho cuando cierto chico de grandes mejillas se digno en interrumpir su sagrado momento de comer. Cuanto deseo encajar sus filosos colmillos en su cuello para destrozarlo. Total, con alguien tenía que desahogar su actitud de mierda.
—¿Cuántas veces quieres que te repita que no me gusta que me jodan cuando estoy comiendo? Han— rugió Felix recibiéndolo con una mirada fría.
Jisung, acostumbrado a la actitud de ese leoncillo solo se atrevió a alzar las manos indefenso, ya que si lo contradecía, posiblemente terminaría como el tonto Alfa que trató de doblegar a Felix el día anterior. De tan solo recordarlo su cuerpo se estremeció.
Felix le había roto dos costillas y fracturado el brazo izquierdo.
Pobre tipo.
Una vez Felix haya terminado y disfrutado del último bocado de su merienda, Jisung de atrevió a saludarlo con una amigable sonrisa, una que ni siquiera recibió de regreso. Pero qué va, ya se había resignado, Felix era todo un hueso duro de roer.
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Tonto, pero no Tanto. ʰʸᵘⁿˡⁱˣ
FanfictieFelix, un macho Omega León respetado, con una actitud de perra ha logrado doblegar a cuantos Alfas intenten cortejarlo, su inmenso tamaño como depredador causa pánico hacia las otras especies y más con su actitud gruñona y malhumorada. Se tiene que...