Cuando La familia Hwang fue bendecida con dos hijos el rey y la reina no podían ser mas felices, pero eso término convirtiéndose en su decepción cuando se dieron cuenta que Félix y Hyunjin eran destinados.
Cuando un alfa le pidió la mano de su herma...
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Ya había pasado un año desde que los reyes sabían que sus hijos eran destinados y eso era una completa decepción para ellos. Que solo sentían asco y odio por el simple hecho que las diosa luna los predestino. Su que poco pudieran hacer lo harían para deshacer ese enlace.
Pasaron un par de horas en un despacho lejos de todos y todo para discutir de lo que debían hacer.
--Separemoslos-- propuso el rey con una expresión seria, no querían ser el hazmerreír de todos los reinos vecinos, tampoco estaban de acuerdo con las relaciones de personas del mismo sexo, absurdo pero nadie les quitaba de la cabeza que eso era asqueroso que eso era.
-Esa es la mejor opción, - la reina Olivia dijo sin mas, ella no iba a permitir que sus apellidos fuera una deshonra, porque ellos tenían que mantener una impecable imagen. Así tuviera que ir en contra del destino -¿pero cómo? -
-Sabes que Hyunjin algún día tomara el trono así que debemos comprometerlo con alguna omega de un reino vecino-. El alfa asintió -La hija de los Lee o de quien sea mientras no de trate de Félix-
-Haremos que ese estúpido lazo se rompa cuando Hyunjin marque a una omega, mientras que con Félix pues no es tan importante que consiga un o una alfa, el es una cero a la izquierda - La reina asintió dudosa, tampoco quería privar a Félix de la felicidad pero su nombre era lo mas importante así tuvieran que dejar a un lado a su hijo.
lamentablemente ella compartía muchos pensamientos en común con su alfa.
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-Comer, quiero galletas de fresa....- el menor aplaudió cuando Hyunjin dejo la bandeja de galletas y leche sobre la mesita de noche del cuarto de este. -jinnie, galletas... - gimió mientras Hyunjin le entregaba un vaso con leche
-¿Si quieres que pintamos algo..?- el menor asintió con una sonrisa y Hyunjin saco sus cuadernos y lápices de colores. -dibujemos una flor- ambos rieron y alistaron todo para empezar a dibujar como siempre lo hacían antes de dormir.
Aunque la puerta de la habitáculo de Hyunjin se abre, dejando ver a su madre.
-Niños...- Olivia entro con una falsa sonrisa dibujada en su rostro. -Hyunjin... tu padre quiere hablar contigo-
Hyunjin fruncio las cejas pero asintió y salió de la habitación. Dejando a su madre con Félix, pero la reina apenas podía creer que su hijo menor fuera a ser hecho a un lado. Pero tenia que cuidar las apariencias. Así la criaron y así seria su manera de aparentar.
-Mami....- Félix miro a su progenitora con un brillo en los en los ojos, pero la mujer no le sonrió como solía hacerlo, tampoco lo abrazo.
-Eres una vergüenza hijo mio- Dijo antes de mirarlo sin una pizca de cariño, solo lo miro con desprecio como si el hubiera la culpa de lo que estaba pasando. -Desde ahora tienes prohibido entrar a la habitación de tu hermano, ¿me oyes?-. Agarró con fuerza la delgada y frágil muñeca del menor para sacarlo a rastras de la habitación de Hyunjin y dejarlo tirado en medio del pasillo -A tu cuarto, ¡ya!-
El menor entro corriendo a su habitación con lágrimas deslizándose por sus mejillas, ¿porque su madre estaba siendo así con el? ¿Porque con Hyunjin eran distintos?
Eran pregunta que nadie le respondería, por que aun era muy pequeño y no comprendía algunas cosas. Se escondió en su armario y se hizo bolita mientras lloraba y sollozaba, solo porque Hyunjin no estaba ahí con el para abrazarlo y decirle que todo iba a estar bien.
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-Responsabilidades, desde ahora tienes que aprender a ser un rey, porque cuando tu madre y yo estemos viejos tu seras el rey.- Hyunjin asintió mientras su padre le entregaba una daga con empuñadura de oro y filo de plata. --Mañana aprenderás a usarla, y otras cosas, por ahora ve y duerme mañana enviare por ti-
El pequeño Hwang asintió y salio del despacho de su padre, tenía un mal presentimiento, había notado como sus padres trataban a Félix desde que la mujer le dijo que debía cuidar a su hermano. Pero sabia que su hermano no había hecho nada malo.
Subió a su habitación u se tiro a la cama, pero ¿donde estaba lix? Pensó que seguramente estaría en su cuarto con su madre leyendo historias de princesas.
Aunque la realidad era que su hermano estaba llorando solo en su habitación mientras sus padres alistaban todo para empezar a distanciarlos y romper su lazo.
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