Cuando La familia Hwang fue bendecida con dos hijos el rey y la reina no podían ser mas felices, pero eso término convirtiéndose en su decepción cuando se dieron cuenta que Félix y Hyunjin eran destinados.
Cuando un alfa le pidió la mano de su herma...
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No se presento a su funeral, no tenía algo mejor que hacer. Chaewon no significo nada para el y ciertamente prefería estar vigilando a Félix, verlo tocar el piano y cantar en muy raras ocasiones era mejor que cualquier cosa. Ver a Félix era una obra de arte andante, su pálida piel, ojos color miel, labios hermosos y un aroma delicioso.
Que no solo le agradaba a el, y eso le enojaba pero cuando en pecoso llevara su marca en un futuro -no muy lejano- se aseguraría de impregnarlo con su aroma. Y de no compartir con nadie ese aroma tan dulce.
Eso pasaba antea, sin embargo últimamente se sentía mal, el aroma del pecoso omega ya no era de su total agrado, aunque por algunos segundo su lobo revoloteaba de alegría. Pero era por escasos segundos.
Félix por su parte podía sentir fuertes tirones de un lazo -inexistente- día con día su lobo se debilitaba por la lejanía de Hyunjin. Ahora ya sabia que Hyunjin era su alma gemela, pero al mismo tiempo sabia que eso no lo llevaría a ningún lado, a ninguno de los dos por eso no iba a hacer nada. En el fondo sabia que era algo incorrecto porque eran familia, hermanos.
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Con la lluvia haciendo mas difícil el recorrido se detuvieron, aunque esa no fue la mejor idea. Porque el lugar colapso debido a lo blanda que estaba la tierra. Arrastrándolos al vacío, el ultimo intento por separar a el lazo de Hyunjin-Felix. Aunque el daño ya estaba hecho, los recuerdos de Hyunjin hacia su hermano y sus sentimientos iban a desaparecer, a menos de que una marca lo impidiera a tiempo.
A base de un hechizo Hyunjin y Félix se empezarían a distanciar tanto que su lazo de gastaría tanto por tratar de unirlos hasta al fin romperse.
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—Como el hijo mayor del rey, tomaras el trono de tus padre—-. El consejero le informo a Hyunjin una vez regresaron del cementerio. —Mañana sera la ceremonia, y tomaras el trono. Además de tener que elegir una esposa y tener herederos— hizo una reverencia y se retiró sin decir mas.
¿Esposa? ¿Hijos? Era una estupidez pero tenían razón. Debía de seguir la tradición familiar, ¿y Félix? De repente su pecho se contrajo, al pensar en su hermano. Estaba tan confundido con el sentimiento de culp por a verlo abandono a Félix.
Hundiendo su rostro en sus pálidas manos suspiro, pesadamente. ahora tenia que pensar en tener una esposa y hijos, y dejar que Félix organizara su vida mientras el trabajaría en armar la suya.
Félix estaba en su habitación, recordando el beso con Hyunjin, su mente estaba ocupada en pensar en Hyunjin. Pero debía aceptar la horrible realidad que vendría después. Hyunjin tendría una esposa, la marcaría y se olvidaría de el, su pecho dolía con la simple idea.
Odiaba la sensación de los celos en el, sin duda odiaría a quien se casara con Hyunjin. Aunque el apreciará no poder odiar a nadie lo haría con toda su alma.
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El día llego y todos en el palacio eran un desastre, todos alistaron un gran banquete. Además de poner todo en orden.
Los invitados a la ceremonia, en cualquier momento empezaría todo el alboroto. Llegaron diferentes personas de la realeza, princesas y príncipes de diferentes lugares, reinas y reyes también.
Y entre ellos un futuro rival de Hyunjin.
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