Umbra

Capítulo 9

TESSA

¿Qué acabo de hacer?

Una vez que subí al taxi y le di indicaciones al conductor comencé a temblar, no podía mantener mis manos quietas, apenas y pude tomar mi móvil para escribirle un mensaje a Tim.

Tessa: Voy en camino, cúbreme.

La tranquilidad volvía a mi cuerpo y mis temblores disminuían, una sonrisa comenzó a formarse en mi rostro, pegué un grito que hizo que el conductor se girara hacia mi y me preguntara si estaba bien. Me pase las manos por el cabello aun húmedo para arreglarlo.

Es lo mas cerca que he estado de Julen Daft, que lo he sentido, que lo he visto semidesnudo, joder, este chico está mejor de lo que me esperaba. Tener su respiración a centímetros de mi rostro, ver sus pupilas dilatarse con la luz de aquel relámpago haber tomado ese instante de control y ver su rostro desconcertado. No creo volver a tener una noche similar a esta.

Llevé mi mano a mi entrepierna, de la emoción ni siquiera noté lo mojada que estoy, apenas coloqué un dedo sobre mis bragas salió completamente empapado, pude ver de reojo como el taxista me daba vistazos por el espejo retrovisor, le saqué el dedo del medio y quitó su vista sobre mi rápidamente.

Julen Daft, días antes de ingresar al instituto lo había visto en su motocicleta y no me lo he podido quitar de la cabeza, de eso hace ya un mes. Cuando lo obligaron a enseñarnos el edificio no podía creerlo, ni siquiera sabia que estaríamos en las mismas asignaturas. A veces el destino te tiene preparadas las mejores sorpresas.

Mi móvil vibró nuevamente en el bolsillo de mi sudadera, era una llamada de mi hermano.

—Dime —respondí aun con una sonrisa en el rostro.

—Más te vale llegar ya, no se cuanto mas pueda distraerlo.

—Tranquilo, ya voy en camino.

—Apresúrate —llegué a escuchar unos murmullos imperceptibles del otro lado y luego la llamada se cortó.

Algo me dice que esto no va a acabar muy bien. Ya es tarde y mi padre se pondrá furioso.

El taxi se detuvo frente a casa, le di el dinero y bajé no sin antes notar que el tipo se me quedo viendo, volví a sacarle el dedo y rodeé la casa. Ingresé por la puerta trasera en silencio, aun no es la hora de la cena, así que no debería haber nadie en el comedor.

El sonido del piano hace eco en mi cabeza al poner mi mano sobre la puerta.

—Joder —susurré para mí.

Abrí la puerta y caminé en dirección a la sala para llegar a las escaleras, estaba esperando encontrarme con él, ya lo sabe.

—Sabes que tu hermano no sabe mentir —comenzó aun tocando esa hermosa melodía.

Me detuve detrás de él esperando a que terminara su pieza y continuar nuestra charla, tomé asiento en el sofá mientras espero.

Solo tengo en mi visión a mi padre con esa luz naranja tenue de el fuego de la chimenea iluminando su ancha espalda, aun esta con su traje, sus cabellos castaños con algunas canas en él y su bastón acompañándolo en todo momento.

La música termino y él se giró hacia mí.

—No hace falta que me digas, ya lo se.

—Lo siento.

—Te dije que no lo dijeras —se levantó y tomó su bastón—. Ve a ducharte, la comida está en camino.

Me levanté para acercarme a él y darle un beso en la mejilla, luego subí las escaleras. Podía sentir sus ojos sobre mi en todo momento. Tim me detuvo antes de llegar a mi habitación.