Estoy Sola. Carl Grimes. ||Chandler Riggs||

13.- No me dejes

La noche me parecía infinita, mi hermana estaba sana y fuerte. Papá había pérdido la cordura, mamá había muerto. Le disparé a mi madre.
Daryl apenas y hablaba y cuando lo hacía sólo era para recordarla.

Parecía infinita y no era la primera vez que me sentía así, pero cuando eso ocurría, siempre estaba ella para hablar. Parecía que nunca dormía porque en todas mis noches de insomnio ella estaba ahí, despierta y con más energía que cualquiera.
Parecía infinita, y esa noche la pasaría viendo a mi pequeña hermana dormir y probablemente escucharía un sollozo de Sam o Daryl. Si bien me iba, papá regresaría en un rato, tal vez por fin podríamos hablar.

Al estar profundamente aproveché para salir del bloque, tomé asiento en una mesa, en la misma mesa dónde la ví sentada por última vez. Busqué en mi pantalón y encontré la figura diminuta que me había obsequiado unos meses atrás. Era de Spiderman, la había encontrado en un auto y me la dió.

Pensé en ti en cuánto la ví.

Me sentía más solo que nunca.
Ella ya no estaba, no volvería a verla. No volvería a escuchar sus malos chistes, o la risa absurda que soltaba cuando hacía un comentario que sólo a ella le daba gracia. Las canciones que cantaba cuando pensaba que nadie la escuchaba. Jamás volvería a ver la mueca chistosa cuando algo le daba asco. Y sus ojos miel jamás me volverían a mirar.

La puerta se abrió causando un gran estruendo por la fuerza que se ejerció y ví a Glenn entrar con un cuerpo en manos.

- Está viva. -dijo con alegría mientras hacía un esfuerzo sobrehumano al bajar las escaleras- Ábreme.

Me levanté de mi asiento sin entender a quién se refería pero obedecí.
Cuando pasó junto a mí pude ver su cabellera casi rubia, y me dí cuenta de lo equivocado que estaba.
________ estaba viva, seguía con nosotros.

- Rápido, tráeme agua y algo de comer. -ordenó Glenn mientras entraba a la primer reja que veía.

Salí corriendo en busca de lo que me pidió y al volver me encontré con Sam que sollozaba contra la cama, ví a todos salir de sus celdas, probablemente el ruido que hizo Glenn al entrar los había despertado.

- Estará bien. -dijo Hershel después de revisarla- Mañana abrirá los ojos, sólo está cansada. Ni siquiera se molesten en despertarla. -se apartó de ella- Eres un hombre con suerte. -se dirigió a Daryl que estaba en shock en la entrada de la celda.

- Siempre lo he dicho. -respondió- Soy un idiota con suerte.

Todos volvieron a sus respectivas celdas, incluso Sam por órdenes de Daryl, que sin duda iba a quedarse a su lado toda la noche hasta que despertara.

- ¿Puedo entrar?

- Claro, ¿por qué no? -tomé asiento a un costado de la cama a la altura de su cabeza, recargue mi cuerpo en la pared- Esto es irónico, justo así comenzó nuestra conversación cuando le dispararon.

- Lo recuerdo bien, ¿sabes qué es aún más irónico? Que sigo sin conocerla y sí, aún me interesa.

- Ah, y a mí sigue sin caerme bien Sam. -ambos soltamos una carcajada.

- Hemos aprendido a soportarnos.

- ¿Por qué dices qué sigues sin conocerla?

- No sé nada de ella. Bueno, de su antigua vida. Sé que su cumpleaños es en octubre, le gusta el color rojo, su comida favorita son las enchiladas, y si el mundo hubiera seguido normal, de grande sería abogada o arquitecta. No más, no menos.