7.- Ponerle un fin.

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Los días pasan, aún sigo en reposo. Y Sophia, sigue sin aparecer.
Todos son muy atentos conmigo, Glenn pasa todos los días a verme, es mi mejor amigo, y Carl no sale de la habitación, por lo cual Sam casi no pasa el tiempo conmigo.

-Muy bien, _______ creo que es hora de levantarse, sólo trata de no hacer mucho esfuerzo -habló Hershel.

-Tengo ganas de correr -reí un poco y me levanté, sujetándome de Carl.

-Esto va a ser divertido -añadió el hijo del sheriff.

-¿Crees poder tu solo? -preguntó el líder de los Greene. Grimes asintió con la cabeza.

-Gracias por todo -dije-, has estado conmigo​ en todo este tiempo. No sé qué habría hecho sin ti -su mano de rodea mi cintura y mi brazo su cuello, es cómo mi bastón.

-Yo sí sé qué habrías hecho sin él -una tercera voz se añadió a la habitación, giramos la cabeza y ahí estaba Sam. Recargado en el marco de la puerta, con los brazos cruzados, y cara de pocos amigos-. Pasar más tiempo conmigo.

-¡Sam! -gritó Carl-, amigo justamente estaba pensando en llevarla contigo.

-Oh no, nada de amigo, Grimes. Tú y yo, no tenemos nada en común -contesto Sam, y se acercó a nosotros.

-Claro que tenemos algo en común -peleó Carl-. Ambos estamos enamorados de la misma chica -dijo con un tono gracioso, a lo que yo me reí. Vaya valor que se cargaba el chico a sus escasos doce años y medio.

-¿Eso crees?, Carl -dijo Sam, y le dió un empujón, lo cuál provocó que me tambaleara y cayera, Grimes estaba siendo mi apoyo.

-Está bien, Sam -dije molesta desde la cama-. Ya ha sido suficiente, fuera de aquí -dije señalando la puerta-.

-No -replica firmemente-. Nada de "fuera de aquí" -dice haciendo comillas en la palabra y con un tono de niña-. Tenemos que hablar.

Giro a ver a Carl, con la mirada le suplico que nos deje solos.

-Suerte -me sonríe, pasa a un lado de Sam y se echa a reír-. Adiós..., hermano.

Sam cierra la puerta con fastidio. Y se sienta a lado de mí.

-¿Entonces? -dice-

-¿Entonces? -contesto confundida-

-Tenemos que hablar -repite. Esas tres palabras resuenan en mi cabeza una y otra vez. Tenemos que hablar.

-Normalmente cuando la gente dice eso es una de estas -levanto mi puño y con ello mi dedo pulgar-: Voy a repetir año -levanto mi dedo índice-. Estás embarazado -lo miro de arriba a abajo-, lo cual dudo mucho -levanto mi dedo corazón-. Vas a pedir matrimonio -levanto un cuarto dedo-. Quieres que nos mudemos -y ahora alzo el quinto y último dedo de mi mano derecha-. Me vas a cortar.

-No, _______, no te voy a cortar.

-Mh -dudo en lo que voy a decir un par de segundos-. No puedo repetir año porqué puesssss -digo alargando la "s" y miro nuestro alrededor-, no estamos estudiando, claramente. No puedes estar en cinta, eres un niño... Simplemente no puedes. No tenemos a dónde mudarnos... -me interrumpe-

-_______, no nos podemos mudar. Sólo somos niños.

-Lo mismo digo -le tomo de las manos-. No nos podemos casar, primero, tengo trece años. Segundo, no estoy lista. Y tercera pero no menos importante, Dixon te mataría.

-No es nada de eso. Déjame hablar -suelta un suspiro-. Te gusta Grimes.

-Wow, wow, wow. Esa es una grave, muuuuy grave acusación -le suelto-. Grimes es muy grande para mí, está casado y tiene un hijo.

Estoy Sola. Carl Grimes. ||Chandler Riggs||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora