vivimos y aprendemos

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Era noche, mejor dicho, las primeras horas del 29 de junio, las estrellas brillaban, la luna casi se posaba en su fase mas brillante, el cielo estaba despejado, mientras yo cargaba en mi espalda a Yvaine y ella felizmente me contaba acerca de lo maravilloso que era ser reconocida en su trabajo como alguien competente. Nos encontrábamos en Birmingham, cerca de mi departamento, y le dije con un tono apenado "¿segura que quieres ir conmigo?", a lo que ella soltó una carcajada estruendosa como siempre solía hacer, "¡apresúrate, vamos a la aventura charles!". Subí las escaleras de mi edificio, con ella sobre mi espalda, como si fuese una niña pequeña, saque de mi bolsillo mis llaves y la introduje en el picaporte, difícilmente podía moverme con ella encima, y especialmente cuando todos dormían e Yvaine gritase con tanta intensidad que tenia hambre y moria de sueño.

Entonces al cerrar la puerta, camine lentamente hacia mi alcoba, y la deje sobre la cama como si se tratase de un jarrón de porcelana al que tuviese miedo de romper. Ella se movió libremente sobre la cama, mientras estiraba su cuerpo y me decía "te quiero charles". Sonreí por escuchar eso, no era la primera vez que me lo decía una mujer, pero hubiese deseado que lo fuese. Sali de la alcoba, tratando de no hacer ruido para que los tacones de mi calzado no golpeasen el piso y despertara a mis vecinos del piso de abajo.

Empecé a quitarme el exceso de ropa elegante que llevaba puesto, debido a que me agradaba vestirme formal, pero no con un tiempo muy excesivo. Fui a la cocina y me serví un vaso de agua, lo bebi con prisa y mientras el agua deslizaba a través de mi garganta seca por el esfuerzo de caminar y subir cargando a mi amada, me sentía agotado.

Fue entonces cuando escuche un grito como de una niña pequeña la cual acabara de tener una pesadilla y llamara a sus padres para buscar un refugio y consuelo. Entonces la vi, de pie, en la puerta de mi alcoba, descalza, con el peinado arruinado, con los brazos caídos mientras sostenía mi almohada, y me decía "por favor no me dejes sola". Inmediatamente fui hacia ella, lleve su cabeza a mi pecho mientras la enrollaba con mis brazos y le dije "aquí estoy, no temas". La tome de la mano y caminamos juntos hacia la cama, nos acostamos el uno frente al otro, mientras nos mirábamos a los ojos, yo tocaba sus suaves cabellos, mientras acariciaba con mis pulgares sus cejas.

¾ Eres tan hermosa – dije mientras acariciaba con mi mano su rostro.

¾ ¿Qué es lo que ves en mi?

¾ ¿debería ver algo?

¾ Yo ya te he dicho el por que me robaste el corazón

¾ Lo has hecho, sí

¾ ¿entonces que es lo que ves en mi?

¾ No lo se

¾ ¿Cómo es que no lo sabes? ¿entonces cual es el motivo que estes conmigo?

¾ No lo sé – respondí nuevamente

¾ Eres un estupido – me dijo al momento que sus ojos se llenaban de lagrimas y se daba la vuelta dándome la espalda sobre la cama

¾ No se lo que veo en ti, solo se lo que me haces sentir. Hace muchos años yo esperaba que alguien me dijera las palabras que me has dicho. Hace tanto tiempo iba por ahí, paseando mi amor, hasta que me encontraste y te lo di plenamente a ti.

¾ ¿Hablas en serio?

¾ Nunca he sentido que lo he hecho, solo ahora es que estoy seguro que lo hago.

¾ ¿Puedes abrazarme?

¾ Claro

¾ ¿soy especial para ti?

¾ Demasiado

¾ ¿Prometes amarme de verdad?

¾ ¿y tú a mí?

Más allá de tu miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora