los días de nuestras vidas

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Había comenzado nuestra relación un dia con una lluvia torrencial, al igual que cuando termino. Siempre recuerdo aquellos días que viví al lado de Yvaine debido que me habia mostrado el mundo más allá de lo que yo conocía. Recién era un 24 de junio, tenia pocos días del nacimiento de nuestro romance, cuando recibí una carta en mi buzón de mi departamento, era una carta de ella, con solo una frase escrita: "te espero hoy a las 17 horas donde conectamos". Sabia que era el sitio donde previamente hizo una rabieta y me pidió ser suyo. Inmediatamente mire mi reloj, y solo pensé "vaya suerte la mía", por que eran casi las 16 horas, yo estaba echo un desastre, me duche y vestí lo mas rapido que pude, el agua estaba helada, sali temblando de frío de mi departamento, olvidando mi abrigo, mis llaves pegadas a la puerta y con el corazón acelerado por la emocion de verla. Al llegar al sitio, estaba ella, esperando, con una sonrisa en su rostro, una sonrisa que desvanecía sus labios y que solo por el uso de aquel color carmesí en sus labios, me permitía definir sus limites. Llevaba puesto un vestido color vino, ajustado a su hermoso cuerpo, un vestido que pareciera que cada ciertos centímetros parecía desdoblarse, muy elegante, sobre un antebrazo un abrigo negro, y en el otro una bolsa de mano color café. Su cabello perfectamente partido a la mitad, dejándose caer y asi cubriendo sus hombros que su vestido dejaban al descubierto por un discreto escote que se marcaban sus limes por una franja color negro. Me tomo del brazo y me dijo "te ves muy apuesto", a lo que nerviosamente baje la cabeza y dije "gracias" con una voz apenas perceptible.

Caminamos unos minutos y finalmente llegamos a un viejo café, entramos, nos dieron la carta de alimentos, y mientras decidíamos que tomar hablábamos de nuestro dia. Ella me contaba que habia tenido en el trabajo una reunión que definiría su empleo, habia presentado un proyecto pero estaba tan emocionada que aunque no lo aceptaran sus jefes directos ella queria verme, ya fuera para que celebraremos juntos o ella pudiera quejarse en mis brazos, aun no sabia realmente la decisión de sus empleadores pero estaba nerviosa. Salimos de aquel café y pasamos la tarde juntos, mientras ella tomaba mi hombro y yo simplemente era feliz por sentir un sentimiento asi.

Al dia siguiente recibí una llamada de Yvaine, muy feliz, mientras decia "mi proyecto fue aceptado". No pude contener mi emocion e invente una mala excusa en el trabajo para poder huir de ahi e ir a verla. Llevaba un vestido color gris, largo, muy formal, aquel dia tome una cantidad de mis ahorros y le dije muy emocionado "deseo comprar una cámara fotográfica". Me acompaño y compre el modelo mas reciente. La primera fotografía que tome, fue de ella sonriendo por su logro.

Era un 28 de junio de 1959, un dia que jamás olvido. Era la celebración en la oficina de Yvaine por la aceptación de su proyecto que además incluía un ascenso laboral con mejores prestaciones para ella. Era poco común que una mujer, especialmente una extranjera obtuviera aquel puesto. Me habia pedido que yo pasase por ella a su departamento, el cual era pequeño, pero con facilidades ya que los dueños del edificio eran parientes lejanos de ella. Aquel dia por primera vez la vi asustada, pase por ella en un taxi, ella salio corriendo de la calle de su domicilio, iba sosteniendo su abrigo, y se apresuro a abordar de manera nerviosa, me dijo "vamonos rapido". No entendí el mensaje que trato de darme, pero no trate de ahondar más allá. Jamás olvido el como lucia aquella noche, velaba un vestido ajustado, color azul dentro de el se delineaban líneas de colores, líneas que alternaban entre una franja roja, azul marino, crema, blanca, azul, blanca y asi en una secuencia que rodeaba toda la tela, era un vestido de escote recto, con tirante, que le permitía lucir sus muslos, y que abrazaba sus hombros y terminaban cruzándose en su espalda, zapatos de piso de un color azul que combinaban con aquel vestido, y en su cuello le adornaba una cadena de oro tan delgada como sus cabellos, que apenas si se notaba el grosor, pero que tenia un brillo hermoso, y justo en medio, una perla. Blanca, hermosa, sí, muy hermosa, pero jamás comparable a ella.

Yvaine era el sueño de cualquier hombre, tan hermosa, inalcanzable, yo no podia decir que ella era mía, pero podia decir que yo le pertenecía, era un objeto que a través de mi amor la hacía sonreír. En cambio yo, no supe que poderme, use un pantalón de color oscuro, una camisa azul cielo, y una corbata azul marino, nunca habia ido a un evento tan elegante asi que no sabia como vestir. Estaba tan emocionado por ver lo maravillosa y brillante que lucia yvaine, que saque mi cámara de mi maletín, e inmediatamente pedí que nos retratásen. Que magnificaran aquel momento, aquellos días de nuestras vidas, el recién comienzo de muestro amor. Y cuando me entregaron en mis manos aquella fotografía con los nervios y la ansiedad de cómo luciría al terminar de revelarse, y que al verla sentía que mis lagrimas de emocion y felicidad estaban apunto de desbordar mis ojos, ahí estábamos, sentados, ella y yo, mientras yo con mis brazos sostuviera a aquella mujer como lo mas valioso, mientras besaba su mejilla.

Esa sensación de verme a mi, pro primera vez amando a ese grado a una persona, me hacia recordar las palabras de mi padre cuando me hablaba de las maravillosas emociones que te genera el amor.

Aquella noche entre aplausos y múltiples brindis, entre musica y bailes, mientras nos tomábamos de las manos y nos movíamos al ritmo de los bellos sonidos emitidos por la orquesta contratada exclusivamente para celebrar a yvaine, experimente eso que todos llaman "enamorarse de una persona". La noche se hacia larga, muy divertida, yo no estaba acostumbrado, y me sentía exhausto. Mientras ella por el exceso de brindis en su honor empezo a notarse un poco ebria. La convencí de irnos, era tarde y afortunadamente yo habia contratado un taxi para que acudieran en nuestro auxilio a cualquier momento. Mientras el tiempo pasaba y el viaje avanzaba ella no soltaba mi brazo mientras yo acariciaba su cabello y me sentía agradecido de poder amarla. De golpe me soltó y me pidio, que no la llevase a su departamento, me dijo que queria ir a pasar el resto de la noche conmigo. En mi inocencia pense que al llegar le cocinaría algo para que nos alimentáramos.

El conductor nos bajo cerca de mi departamento, ella al bajar, se estiro y dijo en voz alta "mi calzado me esta matando charles". Por alguna razón parecía una niña pequeña, tan tierna, tan linda, la cargue en mi espalda, y mientras ella sostenía su calzado en sus dedos mientras enrollaba sus brazos en mi cuello y se recostaba en mi espalda, comenzamos a charlar.

-¿pára ti que es el amor charles?

-no lo se, realmente nunca he tenido mucho con alguna persona

-¿y como te sientes conmigo?

-me encanta pasar tiempo a tu lado

-te quiero charles

-¿eh?- dije tan sorprendido que solo senti que pude traicionar aire hacia mis pulmones por la fuerte impresión.

-he dicho que te quiero charles, se que parezco fría, que a veces actúo infantil, qué hay días que me comporto como si quisiera estar todo el día contigo e inmediatamente me comporto como si no quisiera verte.

-lo entiendo yvaine...

-perdóname charles, te quiero, deseo tanto tu compañía, se que yo dije que queria que fueras mio. Anhelo tanto amarte, poder decir "te amo" como en aquellas novelas que tanto lees, eres tan romántico que no dudo que escribas en algún libro o en alguna parte los sentimientos que te provoco.

-imaginas cosas- dije con una voz nerviosa debido a que, efectivamente, en muchas partes escribía todo lo que me provocaba.

-charles, quiero amarte. No se como, tenme paciencia, doy la impresión que conozco mucho del amor, pero no es asi.

-yo no se lo que es estar enamorado yvaine, pero creo que por primera vez lo estoy experimentando.

-eres alguien tan extraordinario que me te juro y muero por experimentar la vida a tu lado.

-no se realmente que es "amar" a otra persona, pero ahora se que lo conoceré a tu lado.

Y asi mientras yo la llevaba en mi espalda y conversábamos acerca de nuestro amor, con las estrellas y la brillante luna de aquella noche, en mi interior, yo le estaba jurando mi amor a yvaine. 

Más allá de tu miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora