Capítulo 10: Acercamiento y el comienzo de un nuevo problema

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La semana rutinaria volvió a comenzar y como era costumbre, Ichigo y Rukia se encontraron nuevamente en la Universidad para sus respectivas clases de Arte.

- ¿Desde cuando te volviste tan buena?

Preguntó el muchacho viendo los avances de la azabache.

-He estado practicando, aunque no lo creas.

La joven sonrió con alegría. Pese a que su fin de semana no fue el mejor, estaba feliz de volver a ver al chico.

El trato frío de su llamada "familia" no perturbaba en absoluto su buen humor.

Sus ojos violeta inspeccionaron todo el rostro del mayor con detenimiento, tratando de no perderse ningun mínimo movimiento en su expresión.

Cuando lo conoció, pensó que era un chico sombrío.

Ahora, y en ese preciso momento, lo veía como alguien confiable y amable.

Pensó que si el corazón tuviera un color, probablemente el de Ichigo sería beige, un color opaco, pero con destellos amarillentos.

"Cálido, pero aún con cierta oscuridad"

El peli naranja aún seguía mirando detenidamente las hojas en sus manos, pensativo.

Volteó su vista solo para encontrarse con aquellos preciosos ojos mirándolo furtivamente.

-¿Qué te parece comenzar con el cuerpo humano?

-...¿Eh?

La muchacha apenas y estaba escuchando, perdida en sus pensamientos.

El ojimiel sonrió, acercó su mano a la frente de la muchacha y, seguidamente, golpeó sin mucha fuerza aquella zona libre con dos de sus dedos.

-Auch, idiota, eso duele.

-Concéntrate en tus clases. Si no me haces caso no podré enseñarte nada.

La azabache bufó por lo bajo.

-Siempre te hago caso, incluso más de lo que quiero.

La ojivioleta desvió su mirada luego de pronunciar aquello.

Por su parte, Ichigo se congeló. No sabía el por que, pero las frases de la joven siempre lo mantenían nervioso y le sorprendían a tal grado de no saber como responder a ellas.

Sintió algo de calor en sus mejillas, y luego siguió con la explicación de lo que harían aquel día, restando importancia a los fuertes latidos de su corazón.

- Como te dije, comenzaremos con lo básico del cuerpo humano. Lo primero que debes aprender es el croquis.

-¿Cro- qué?

La muchacha miraba confundida como el joven posicionaba una hoja en el caballete y comenzaba a dibujar con carboncillo.

-Un croquis. En palabras sencillas, es lo que llamaríamos boceto, es la imagen de un cuerpo elaborado al ojo, sin necesidad de utilizar herramientas como la dimensión o la precisión.

La muchacha vio todas aquellas líneas y manchas sin forma que el muchacho dibujó.

Extrañamente su ojo podía divisar entre todo aquello algo  parecido a una silueta.

-Entonces ¿De qué me sirvió todo lo que aprendí?

El muchacho soltó una carcajada.

-Tonta, eso te servirá más adelante. Por cierto ¿Ya adivinaste que es lo que estoy dibujando?

El color de tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora