Capitulo 9: En busca de soluciones.

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Cuando Charlie llegó con lo solicitado por el joven peli naranja, Ichigo soltó el abrazo y comenzó a limpiar las heridas de Yuzu.

No era un experto, pero había visto a su padre tratando a sus pacientes, y más o menos sabía cómo hacerlo.

Tocó suavemente con el algodón las heridas poco profundas de la menor, percatándose de algunas cicatrices anteriores.

"¿Desde cuándo lo has estado haciendo?"

Hace unas cuantas semanas atrás, Ichigo notó una cortada superficial en el brazo derecho de Yuzu, justo por debajo de la cicatriz que le dejó aquel accidente con Isshin anteriormente.

Le preguntó a su pequeña hermana como se había hecho la herida, a lo que contestó que se había rasmillado con una rama cerca de su escuela, y que no se preocupara por ello.

"¿Cómo no lo noté? ¿Qué clase de hermano soy?"

Se estaba recriminado. Estaba tan enfadado consigo mismo por no saber cómo actuar en aquella situación.

Yuzu aún sollozaba. Charlie se acercó hasta ella para tratar de calmarla. Se habían hecho bastante cercanos en el tiempo que habían estado juntos cuidando de su padre.

-Pequeña Yuzu ¿Sabes? No soy quién para decir esto, pero ¿quieres hablar de ello? Sacar la tristeza de tu corazón es la mejor medicina para toda esta situación.

Charlie era un joven amable, de cabello grisáceo y ojos azulados, apenas unos años mayor que Ichigo.

Yuzu miró al muchacho, tratando de decir unas palabras, pero su llanto le impedía hablar con normalidad.

Finalmente, trago saliva y soltó todo su dolor.

-En mi escuela...desde que volví a la escuela mis compañeros se comportan extraño. Hace poco, me encerraron en el baño y me tiraron agua. Mojaron mis cuadernos, escondieron mi mochila, dicen que papá está enfermo porque no soy buena ¿Qué debo hacer? Mi profesor me dijo que me defienda, pero no quiero lastimar a nadie. No quiero darle más problemas a mi hermano. No quiero que papá se entere. La única solución que encontré fue callar, sacar el dolor de otra forma. No he podido concentrarme en mis estudios, mis calificaciones son horribles. Siento que ya no sirvo para nada. Si tan solo...si tan solo hubiera sido yo en vez de Karin...

Ichigo escuchó en silencio con un nudo en la garganta, terminando de vendar el brazo de la menor. Charlie, por su parte, acarició la mano de la pequeña, alentándola, dándole apoyo emocional.

Cuando el ojimiel finalmente terminó, Charlie le dio un ligero abrazo a la muchacha.

-Ya está bien, no tienes que lastimarte más. Lo hiciste bien, soportaste mucho. Ya es tiempo de descansar. Eres fuerte, tienes un coraje invaluable y tu vida es valiosa para muchas personas.

Charlie acarició parte de su cabello, y miró a Ichigo, quien sólo observaba la escena, con amabilidad.

Yuzu se quedó dormida después de llorar tres horas seguidas.

El pelinaranja la arropó, acarició su cabello y salió de la habitación desorientado.

¿Qué podía hacer en esta situación? Necesitaba asesoramiento.

Rascó su cabeza con fuerza, culpándose aún por no darse cuenta de los problemas que su hermana cargó en silencio durante meses.

- ¿Ichigo? ¿Yuzu se durmió?

Charlie apareció. En su mano llevaba una bandeja con una taza de té y unas galletas.

-Si...

Observó el semblante tranquilo del contrario. Charlie era un joven apuesto, su cabello gris tapaba parte de su rostro y su tez blanca hacía resaltar las pequeñas pecas que se esparcían desde su nariz hasta sus mejillas, como también su lunar debajo de la boca.

El color de tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora