III

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- ¿Quién eres tú? - pregunte mientras aun seguía tirada en el suelo

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- ¿Quién eres tú? - pregunte mientras aun seguía tirada en el suelo.

- oh, ¿me viste? - tenía una voz calmada, baja y grave. - ¿Cuánto contemplaste? - seguía de espalda, giro su cabeza a un costado, quedando de perfil.

- Todo. - mentira, ni siquiera podía verlo bien a él, pero bueno, la curiosidad me invadía. - Voy a llamar a la policía -, mencione, lo cual era otra mentira, sentí cuando mi teléfono se cayó de mi bolsillo y no tuve la valentía de rescatarlo.

- ¿Sin teléfono? - me mostró mi celular, mi bebé estaba bien, con algunos golpes en la pantalla pero bien. - ¿Cuánto contemplaste? - estornude. -salud. -

- Gracias - sonreí levemente, al menos era educado. Iba a responder cuando a lo lejos vi otra figura, ¿Qué pasa en estos senderos poco alumbrados? - V-viene alguien - mi receptor volteo y como un parpadeo desapareció de mi vista. Quien venía corriendo era el profesor Rengoku.

Sospechoso.

Negué, no había razón de sospechar, ni yo misma sabia que ocurría ...

- ¿¡Que haces aquí afuera!? - su voz sonaba más como un regaño que con alegría, cosa que me sorprendió. - Es peligroso, podrías caerte y lastimarte, estos senderos están prohibidos por una razón. - Me ayudo a levantarme y luego de unos minutos le expliqué lo que había pasado. TODO. Desde lo que sucedió, luego que se fuera de la oficina, hasta lo que ir a ver a Miwa y el raro chico que venció a la extraña sombra que me venía siguiendo. Luego de unos segundos de silencio, él rompió en carcajadas. - ¡Que historia más hilarante y divertida!. ¿Eres parte del club de escritores? -

¿Hay un club de escritores?

- Es la verdad profesor - Me crucé de brazos - Le juro lo que vi. -

- Déjame decirte lo que paso joven Vega. - Se giró y yo solo descruce mis brazos y espere su explicación. - Lo que sucedió fue que luego de que salieras de la oficina, fuiste a ver a tu amiga, viste al conserje arreglando los alumbrados del sendero principal, lo que ocasionó que te asustaras y salieras corriendo, tu teléfono se cayó, él lo recogió y te persiguió, tú entraste en estos senderos prohibidos por lo peligrosos que son de noche; te caíste provocando un desmayo. El conserje fue a buscarme y yo estoy aquí. - Me quede asombrada. Tenía sentido.

- P-Pero que me dices del chico que vi - Señale al frente como si estuviese allí parado.

- Un sueño, cuando llegue estabas apenas despertando -

Todo tenía sentido, pero sabía que algo estaba pasando, no estoy tan loca como para imaginar personas, aparte el conserje estaba adentro cuando yo salí. Pero no le di más vueltas al asunto.

- Tiene razón. Disculpe las molestias - Me disculpe agachando la cabeza, Y luego de que me preguntara por tercera vez si estaba bien se fue, dejándome en claro no entrar a esos senderos.

Rubio sol Morena luna  - Rengoku Kyojuro -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora