Beso (4)

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Xiao Xingchen se detuvo para mirar a Song Lan a la cara. Habían estado comiendo un postre con fresas y algo de crema dulce y veía embelesado los labios de Song Zichen. El plato estaba vacío en las manos del cultivador de negro.

- ¿Pasa algo? – preguntó Song Lan, dejando de comer.

- Ah, sí... tienes manchada la mejilla – le mintió, para después tomar un pañuelo y pasarlo por el rostro de Zichen, que se quedó quieto mientras era observado por Xiao Xingchen. El trazo del pañuelo pasó de la mejilla a las comisuras de los labios bajo la tierna mirada de Xiao Xingchen, y luego a sus labios.

Zichen se dejó hacer, porque ser mimado y consentido era algo que solo se permitía si era con el cultivador de blanco. Xingchen entonces se paró de puntitas y se acercó casi peligrosamente a los labios de Lan... quien cerró sus ojos y dejó que los labios de Xiao acariciaran los suyos.

El roce fue lento, ninguno se atrevía a mover los labios, tan solo se quedaron quietos, hasta que Zichen dejó el plato y pasó una de sus manos por la cintura de Xingchen, atrayéndolo hacia sí. Fue entonces cuando empezaron a besarse en serio...

Una de las manos de Xiao Xingchen estaba en el hombre de Song Lan, quien había tomado la otra mano de su compañero de cultivo. El beso era suave, con sabor a crema y fresas mientras el tiempo parecía detenerse y lo que les rodeaba parecía ser ajeno a aquella escena.

Los labios de Song Zichen eran algo rígidos, unas cuantas cicatrices estaban allí, pero eran los labios de Zichen... y Xiao Xingchen tan solo pudo sostenerse con fuerza del hombro del cultivador que lo abrazaba.

La mano que estaba en si cintura acariciaba con cuidado, mientras se recorría cada vez más hacia su espalda, terminando de pegar su pecho con el de Zichen. Su otra mano era tomada con gentileza, así que no pudo hacer más que seguir el beso lento y apasionado al mismo tiempo... como si lo hubiese estado esperando por tanto tiempo.

Dejó de pararse en puntitas, pero Zichen no quería parar el beso, así que soltó la mano que tomaba y lo tomó de la barbilla, levantando su rostro mientras él se inclinaba solo un poco...

Se separaron cuando escucharon los murmullos a su alrededor.

Las personas les veían atentamente, sobre todo las damas. Song Zichen seguía con su brazo en la cintura de Xiao Xingchen y no lo soltó, ni siquiera cuando reanudaron su camino a las afueras del pueblo.

Y Xiao Xingchen sintió por fin lo que era que le robaran el aliento.

Besos de Luna y Nieve SongXiaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora